Tengo el honor de coordinar la maestría en Derecho Constitucional y Procesal Constitucional de la Benemérita Universidad de Oaxaca, de la que esta semana se graduó la segunda generación.
Son casi una veintena de abogadas y abogados que se formaron con rigor en las disciplinas de constitucionalismo y el litigio constitucional.
Hoy que se inaugura en México un nuevo paradigma constitucional y una nueva manera de elegir a los jueces, hay quienes con pesimismo propalan que ya no tiene sentido estudiar derecho y menos aún el Derecho Constitucional.
Dicen que murió el Estado de Derecho, que hemos dejado de ser una democracia y que caminamos rumbo a una dictadura de la que los jueces seremos reclutas y brazos ejecutores.
Lo único que diré por el momento es que eso está por verse.
Y adelanto que nunca como ahora se hace necesario estudiar y ejercer responsablemente el derecho y todas sus ramas, desde la judicatura, pero también desde la docencia, la investigación, la academia y el litigio.
Hoy más que nunca México necesita de sus abogados.
Y cuando escribo que hay que ejercer responsablemente la profesión, pienso al menos en una doble dimensión : la formación técnica y el compromiso ético y social.
De este proceso saldrá un nuevo género de abogados y abogadas.
Ninguna profesión como la abogacía esta llamada al darwinismo. Solo sobrevivirán profesionalmente los que mejor se adapten.
Y adaptarse no tiene que ver con perder el rigor científico del derecho ni con la claudicación en la defensa de principios y valores, personales y profesionales.
La muerte del amparo y de la tutela de los derechos humanos depende de las personas y no de cambios de diseño institucional.
Y hacia allá apunta el compromiso de este programa académico que coordinó con los mejores especialistas de México quienes, más allá de opiniones y convicciones personales, son apasionados de la ciencia de derecho y de la docencia.
Son ellas y ellos personas, además de expertas, generosas que han hecho posible la consecución de este proyecto de vida de 17 abogadas y abogados de diferentes estados del país que hoy son Maestros en Derecho Constitucional y Procesal Constitucional.
Rafa Estrada Michel, Eduardo Alberto Osorio Rosado, Luis Octavio Vado Grajales, Eréndira Salgado, Darío Ángeles, Silvano Cantú y Román Lazcano son algunos de los constitucionalistas que dieron clases en nuestro programa.
Y está por publicarse ya la convocatoria para la tercera generación, a la cual desde ahora , están convocados.
México comenzará a reedificarse y necesitamos a los mejores ingenieros constitucionales participando, dejando huella.
Son estos los mejores tiempos para ser constitucionalista.
*Magistrado Presidente de la Sala Constitucional y Cuarta Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca.