Diana Mendez
A 22 años de los hechos ocurridos en la Escuela Normal Rural de Mactumactzá, en Chiapas, la Coordinadora Estudiantil Normalista del Estado de Oaxaca (CENEO) expresó su solidaridad con la comunidad estudiantil de esa institución y exigió que los responsables de la represión no queden impunes.
El 6 de agosto de 2003, bajo el gobierno estatal de Pablo Salazar Mendiguchía, fuerzas policiales irrumpieron en las instalaciones de la Normal con gases lacrimógenos, golpes y destrucción de infraestructura. De acuerdo con testimonios, la acción dejó más de un centenar de estudiantes, mujeres y niños agredidos físicamente, y buscaba justificar el cierre de la escuela bajo el argumento oficial de una “reestructuración educativa”.
Para la CENEO, las Escuelas Normales Rurales representan espacios de formación docente comprometidos con comunidades campesinas, obreras e indígenas, así como con la defensa de la educación pública. La organización señaló que, históricamente, este modelo educativo ha sido blanco de políticas de abandono, desprestigio y represión por parte del Estado.
En su posicionamiento, la coordinadora recordó que el normalismo rural no solo brinda oportunidades académicas, sino que impulsa una educación digna, transformadora y con sentido social. Reafirmaron que continuarán defendiendo estos espacios frente a cualquier intento de desaparición.
