La Noche de Rábanos en Oaxaca es una celebración única en el país, las manos oaxaqueñas transforman los rábanos, el totomoxtle y la flor inmortal en composiciones plásticas imaginativas y variadas.
Esta tradición cautiva desde hace 115 años a habitantes y turistas que acuden a admirar la muestra del arte popular oaxaqueño un día antes de la Nochebuena en un espacio emblemático de la ciudad, el Jardín de la Constitución.
El cronista de la ciudad Rubén Vasconcelos Beltrán, refiere que esta celebración surgió en 1897 por iniciativa del entonces presidente municipal Francisco Vasconcelos, quien promovió muchas actividades culturales en la ciudad y le propuso al gobernador Martín González un concurso en el que participaran las y los hortelanos de los barrios Trinidad de las Huertas y de la Consolación para que presentaran los productos que cosechaban y el premio sería para quien mejor exhibiera su cosecha.
Desde entonces esta celebración cultural está reconocida entre las 10 festividades navideñas más importantes de América Latina y la única en su tipo a nivel nacional.
En esa época, refiere Vasconcelos Beltrán, las y los comerciantes y horticultores de Trinidad de las Huertas, hoy un barrio de la ciudad solían adornar los rábanos con flores, los cuales se exhibían y vendían en puestos para ser usados como adorno de mesa para la cena de Navidad.
El antiguo mercado de flores y legumbres fue el primer escenario en el que los horticultores destacaban el colorido, texturas y aromas de hortalizas y demás vegetales que se consumían en la comida de abstinencia del 24 de diciembre. Esta celebración ascética, junto con las calendas y la Misa de Gallo, eran las festividades navideñas del siglo XIX.
Para realizar esta celebración las y los hortelanos seleccionaban la semilla, la sembraban, cuidaban la planta, recolectaban y seleccionaban las piezas para después transformarlas en obras de arte.
De acuerdo con el cronista de la ciudad, esta festividad también se realizó en la capilla del exconvento de Santa Catalina de Siena, instalaciones que actualmente albergan el Hotel Camino Real y después en el Palacio de Gobierno.
Pero fue a partir de 1990, que a esta celebración se agregaron elementos como el concurso de totomoxtle, flor inmortal y un taller en el que niñas y niños elaboran sus composiciones en rábanos para darle más realce a esta festividad.
El taller infantil surgió por iniciativa del maestro Atanasio García Tapia, pintor oaxaqueño que siempre ha gustado de compartir con los niños y niñas el amor por el arte y la tradición.
Desde esta época, debido al crecimiento urbano y la muerte de las y los hortelanos, trabajo que dejaron de hacer sus hijos e hijas, la cosecha de los rábanos se lleva a cabo en los terrenos de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Forestal, Pesca y Acuacultura ubicado en el bosque El Tequio.
Después de la cosecha, las figuras caprichosas de los rábanos, la filigrana de la flor inmortal y la suave textura del totomoxtle, son sometidas por nuestros artesanos y artesanas a formas simbólicas que recrean escenas tradicionales de nuestro Patrimonio Cultural.
Cada 23 de diciembre, el Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez, a través de la Dirección de Turismo Municipal, realiza el Concurso de Figuras de Rábano, Flor Inmortal y Totomoxtle, al cual convoca previamente y se lleva a cabo en el Jardín de la Constitución, a esta invitación responden personas que participan en diversas categorías.
En la categoría Tradicional participan aquellos trabajos con temas representativos de las tradiciones y costumbres de las ocho regiones del estado. Este certamen comprende las siguientes modalidades: Figuras de rábano tradicional, Figuras de flor inmortal, Figuras de totomoxtle natural y Figuras de totomoxtle decorado.
En tanto que en la categoría Libre quedan inscritos los trabajos con temas de expresiones contemporáneas del arte, y solo participan en la modalidad Figuras de rábanos.
También hay participantes en la modalidad de Figuras de totomoxtle, en sus categorías natural o decorado, así como en la modalidad de Figuras de flor inmortal.
Los tres primeros lugares de cada categoría reciben un premio monetario y un reconocimiento.
En este concurso, el Jurado califica de manera meticulosa la técnica, el tema, la materia prima y los accesorios utilizados en la confección de las figuras de rábanos, flor inmortal y totomoxtle natural o decorado.
La evaluación consiste en que las piezas estén hechas con elementos naturales, en la modalidad de rábanos deberán utilizar tallos y hojas del tubérculo, heno, pasle, lechuga, cebolla, coliflor, hortalizas en general, podrán unirlos con espinas, carrizo, palillos de madera; y por supuesto la creativad del artesano en el uso y aprovechamiento de la figura natural del rábano para representar su idea. En el caso del concurso de totomoxtle blanco y decorado se evalúa la creatividad.
Durante la noche del 23 de diciembre, las y los espectadores hacen filas para apreciar el arte popular realizado por infantes y personas adultas en los módulos instalados para el lucimiento de las figuras.