En el informe de Alejandro Murat, dentro de sus políticas transversales, habla de los sectores de la población que históricamente han sido motivo de exclusión, para lo cual, dice, se han impulsado políticas públicas que incidan en beneficio de estos grupos.
Para apuntalar su dicho, habla de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Oaxaca, las que reconocen la igualdad de derechos de todas las personas.
Y es cierto, todos sabemos que si el gobierno quiere lograr una sociedad realmente justa y equitativa, debe combatir eficazmente las condiciones de vida de este sector, que histórica y sistemáticamente ha sido mayor a cualquier otro sector de la población.
Entonces, dice Alejandro Murat, que “…el Estado debe generar las condiciones para que la sociedad en su conjunto tenga acceso a ellos.”
Si de verdad el gobernador quiere llevar a cabo este plan, para empezar, debe demostrar que tiene una verdadera voluntad política para establecer nuevas relaciones con los pueblos indígenas. Además, deberá reconocer en forma plena sus derechos culturales, puesto que representan el mecanismo más eficaz para garantizar y proteger sus derechos humanos, individuales y colectivos.
Si de veras Murat quiere hacer algo por los indígenas como lo dice en su Primer Informe de gobierno, lo reto a que responda a estas dos preguntas: ¿cómo le vas a hacer para consolidar los derechos culturales cuando la Constitución misma los restringe y la política indigenista sigue siendo benefactora y de corte integracionista?
¿Cómo vas a promover el bienestar de nuestros pueblos indígenas, mientras el Estado centralista continúa asimilando a la diversidad de México, agrupándola en un esquema nacional de uniformidad política, jurídica, social y cultural? ¿Cómo?
Desde luego que nunca lo vas a lograr, gobernador. Lo plasmado en el rollo del Informe es eso: rollo barato para mostrarle a nuestros pueblos que los tomas en cuenta.
No se logrará ningún cambio en nuestro país mientras el Estado y las instituciones públicas continúen sin modificar el modelo de crecimiento y desarrollo adoptado desde el periodo presidencial de Miguel de la Madrid, y fortalecido por Carlos Salinas de Gortari. Éste último es el responsable del incremento de la miseria en este sector.
Unos renglones más abajo del Informe dice: “El contexto de persistente pobreza y desigualdad socioeconómica en la entidad causa fuertes estragos en niñas, niños y adolescentes, limitando la posibilidad de que cada cual desarrolle su máximo potencial en bien de sus familias y comunidades…”
Éste es otro sueño cultivador porque tampoco podrán registrarse avances bajo el actual sistema legal y de justicia, ya que considera únicamente al individuo e ignora la adscripción de éste a un grupo o comunidad cultural.
El rollo de Murat, solo deja ver que vivimos dentro de un gobierno aparente, simulado, falso.
Para lograr ese sueño que según quiere Murat, necesariamente debe pasar por el reconocimiento pleno de los derechos culturales de los pueblos indígenas. No hay otra manera.
Si de veras el gobierno de Murat es un gobierno democrático, entonces que procure los derechos culturales y los articule en la formulación y ejecución de políticas públicas que garanticen la participación de estos pueblos en la construcción de su destino conforme a su propia visión, sus tradiciones, sus costumbres, conocimientos y saberes ancestrales.
Si Alejandro Murat quiere hacer un compromiso con esos pueblos, entonces que salga al encuentro de ellos y reconozca sus derechos culturales, sus creaciones, y registre que son ellos los portadores de culturas diferenciadas, a fin de que puedan decidir libremente sobre el proyecto de vida y desarrollo que deseen llevar a cabo.
Lo del Primer Informe es solo rollo que los mismos indígenas no lo creen, es más, se los saben de memoria de tanto oírlo en cada informe.
Si con ese rollo quiso apantallarlos, ese no es el camino para acercarse a ellos, gobernador.
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