No soy “La Quina”; y gano $80 mil: Elba Esther Gordillo

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“Josefina y yo pensamos diferente; ella piensa en cómo enviudar y yo en una novela preciosa que se llama Seda, de Alessandro Baricco”.

 

La Maestra. Primer acto. Época actual: los besos y la rebatiña:

¿Que es usted impenetrable?

No es cierto… depende.

¿Lograr que le teman es una de sus corazas?

Me duele, me duele.

Detengámonos, ¿ha vuelto hablar con la niña que fue?

Muchas veces.

A esa niña en este momento: ¿la abrazaría o la regañaría?

La amaría más.

¿Quizá le recriminaría llevar los zapatos sucios?

No, los lleva siempre limpios.

¿Aprende uno a quererse con tanto resentimiento social?

Aprende uno a respetarse y a reconocer que la congruencia es fundamental.

Ahora, con la experiencia que ha vivido, ¿qué le aconsejaría a esa niña?

Le diría simple y llanamente que no deje de soñar y amar.

¿Hay que aferrarse al poder para sobrevivir?

Hay que saber qué hacer con el poder y para qué es.

Volviendo con la niña, ¿le diría que ha valido la pena dedicarse y meterse a la política?

Ha valido la pena luchar por lo que se cree. Pero ha sido muy doloroso el camino.

¿Y ha llegado a pensar que no hay camino de retorno?

Hay camino de reflexión y corrección de lo que se ha equivocado.

¿Difíciles los entresijos de la política mexicana?

Difícil la comprensión y los manejos de muchas cosas que no son controlables por uno, particularmente lo mediático.

¿Al machismo nacional lo que más le molesta es saber de una mujer con la inteligencia como usted?

Lo que les molesta es que estemos al tú a tú, de igual a igual, de poder a poder.

¿Esa es otra de sus corazas?

No, es otra de mis reflexiones. Ojalá muchas mujeres no tengan necesidad de vivir lo que yo.

Pero bien que se ha servido del machismo nacional, ¿no?

Diría qué bien que me ha servido la experiencia de estar cerca de ellos para entenderlos.

“Excepcionalmente seductora como política”, la han calificado.

Excepcionalmente firme y
congruente.

Acaban también de publicar que usted concentra todos los rasgos del carácter mexicano.

No sé, probablemente. Tengo mucho también de centroamericana. Soy chiapaneca.

Honestamente, ¿se siente incomprendida en su tarea política?

¡Sí!

¿Quizá piensa que a los mexicanos nos falte valorarla en su justa dimensión?

Pensaría que nos falta cultura democrática.

¿A la mejor nos falta más educación, no?

Muchísima: no hay duda.

Por cierto, ¿22 años en el sindicato han servido de algo?

Sí, sí. No tengo la menor duda. Un cambio estructural al SNTE y un sindicato que aporta lo que puede a la educación.

¿Un país incompetente, reprobado e incluso todavía analfabeto?

Sí, nomás reconozcamos que yo no soy la SEP, no soy el gobierno.

¿Nos dirá que no manda en la SEP?

No, no. Categórico, definitivo…

¿Y a quién le ha interesado mantener así al país?

Particularmente a los gobiernos que no lo han visto como una prioridad.

¿No se asume ni como corresponsable?

Sí, por eso actuamos, por eso tratamos de cambiar a la propia organización.

¿En qué se ha equivocado?

Probablemente en no haber tenido la fuerza y la capacidad de objetar a quienes nombraron secretarios de Educación.

Hablando de poderes, ¿calculó con precisión el haber reconocido sus pactos con el Presidente?

Las circunstancias en política son muy importantes y cuando hay ideologías definidas, habría que garantizar lo que nos interesaba a uno y a otro.

¿Quién golpea primero pega doble?

Muchas veces quien golpea pude seguir golpeando.

¿Pero vaya revire del Presidente, no?

Él responderá por sus hechos.

Dijo sencillo: “no hay licencia para saquear”.

Valiente, ojalá así sea. Congruencia.

¿En el señalamiento está el delito?

Quizá en el señalamiento esté la urgencia de transparentar las cosas que se deban.

Por cierto, ¿hay otros pactos todavía en resguardo?

No, no. Pero posibilidades a futuro de llegar a acuerdos políticos que aspiro. México exige acuerdo de todas las partes.

¿No siente, maestra, que ya vienen por usted?

¿Quién? La muerte tal vez. Pero todo tiene su tiempo y momento.

¿Y hay manera de deshacerse políticamente de usted?

Mientras sepa que lo que estoy haciendo vale la pena hacer, lo dudo.

¿No espera un quinazo?

No soy La Quina.

Allá afuera dicen que quien a hierro mata, a hierro muere.

Creo en ello: toda acción tiene reacción.

¿Eso que lo escuche Jonguitud Barrios?

Aprendí del maestro cosas buenas; también aprendí otras que no había que hacer.

¿Intocable, maestra?

No, muy tocable. Tan es así que todos los días hay escándalos y dichos sobre mí.

¿A poco Yunes se aventó solo?

Para mí Yunes perdió.

Y en medio de todos, el resto de los mexicanos observando impunes.

Es grave que no haya Estado de Derecho.

¿Así quiere que creamos que le interesa al país?

Y si callamos, ¿cuándo cambiamos?

Porque mejor no nos va detallando qué nuevos pactos prepara para el 2012.

Es clarísimo. Soy maestra, amo mi profesión, tengo nietos, hijos: quiero una mejor educación para mi país.

Y nos puede decir ahora y no dentro de cinco años, ¿qué negoció con la hermana del Presidente?

Nada, la admiro. Yo digo que se parece un poco a mí, es una guerrillera, una mujer que lucha por lo que quiere. No la veo como la hermana del Presidente.

¿Ganará?

Espero.

¿Hay que neutralizar la ira de Calderón, no?

Si la tiene, que la neutralicen los que se la generan.

Por cierto, ¿cómo van las negociaciones con Moreira?

Una buena relación, pero no negocio cosas con Moreira.

¿Usted también tiene inmobiliarias?

No.

¿Y cuántos prestanombres?

No, no, no, lo mío es transparente y claro, no tengo el dinero que dicen.

Cien millones de dólares al año, ¿o miente el ex canciller?

Totalmente, totalmente.

¿Malagradecido?

Me da mucha pena. Él responderá por sus hechos.

¿Suele desarmar señalando las flaquezas de sus contrarios?

No, he callado mucho, mucho.

¿Y es congruente no decir cuánto gana?

No ¿Quieres saberlo?

¿A ver?

¡Claro! Ochenta mil pesos.

Volviendo, ¿dicen que Moreira está muy enojado por Michoacán?

Pues qué pena por él, a mí no me lo ha dicho.

Aquí le preguntamos a Moreira si pensaba que los mexicanos somos tontos, ¿y usted?

No somos tontos, pero sí hay una manipulación real mediática y eso requiere mayor educación.

¿Con maestros como usted?

Mejores que yo; aprendí que el buen maestro es el que el alumno logra superar.

Quizá debí mejor haberle preguntado cómo van sus acuerdos con Peña Nieto.

No los tengo. Hay relación de respeto, de estima, pero ningún acuerdo.

Por cierto, ¿usted con cuánto le entró en la pasada elección del Estado de México?

Con nada que no fuera trabajo.

¿Pensé que iba a decir que lo mismo que Hank Rhon?

¡Perdón, hay una enorme diferencia!

¿Cuál?

Ética.

¿Ni camionetas Hummer?

No. Manipulaciones políticas de intereses en ese momento.

En fin, si lo suyo fue un “beso del diablo” a Ebrard, lo de Carlos Fuentes, ¿qué fue?

No creo que el mío haya sido un beso del diablo, porque no fue un beso. Espero que lo de Carlos Fuentes le sea útil y lo mío no lo afecte.

Aquí entre nos, ¿quién le ha dado más a la educación de este país: usted o Carlos Fuentes?

Depende desde qué perspectiva la veamos. No hay duda, mis respetos a Carlos Fuentes siempre. Es más le quiero decir: Carlos Fuentes escribió un libro a petición del sindicato.

¿“Peña Nieto o el fascismo”?

¡Caray! Peña Nieto, no hay duda: no es fascista.

Regresando con Ebrard, parece que últimamente todos los quieren, ¿no?

A Ebrard y a mí nos une una relación de amistad de hace muchísimos años.

Siempre será mejor tener un presidente enamorado, ¿no?

Siempre será bueno tener un presidente eficaz.

¿Qué guapa su novia, no?

No la conozco.

¿Habría que mandar a volar a las gaviotas?

El asunto de si vuelan o no vuelan y todo eso habrá que poner en las manos de los que son acreedores al voto, el ejercicio de la acción de gobierno.

¿Y si mandamos besos a todos, maestra?

¡Por qué no!… hay que ser amorosos.

¿Lujambio quizás merezca más su atención, no?

Es un caballero.

¿Y a Cordero un beso de larga distancia?

Hay una buena relación. Tengo que negociar presupuesto, salarios de maestros, por favor.

¿A Josefina… aunque la critiquen?

Pensamos diferente; ella piensa en cómo enviudar y yo en una novela preciosa que se llama Seda, de Baricco.

¿Nada más por eso no la quiere?

Nunca he creído que sea saludable que a la SEP lleguen, y esto lo puedo decir con toda franqueza, pero ningún sexenio había sido tan terrible, el que desde la llegada a la secretaría, la obsesión fuera ser presidenta de la República.

¿Qué, si usted no llega a Los Pinos, menos ella?

No, yo nunca he pensado llegar a Los Pinos.

Eso le iba a preguntar, ¿qué si quería ser presidenta o nos dirá que ya viene gobernando desde hace dos sexenios?

Eso sería una falacia. No me la merezco. Es tan importante México, que no puede ser que sea una rebatiña de mediocridades. Quiero para México un gran o una gran presidenta. No creo que sea la señora, porque la conozco.

A propósito, ¿Santiago puede volver a San Diego?

Santiago puedo volver adonde quiera, lo que no puede negar es que miente.

¿No le va a dar otra oportunidad?

Yo, no. Se la dio la criatura que negó y luego reconoció. Y yo creo que con eso, él ha de ser feliz.

¿Y a Manlio cómo se le ayuda?

Con distancia, con distancia.

¿Él puede más por lo que sabe o por lo que calla?

Por lo que es.

Tiene a Calderón frente a sí, ¿qué le dice?

Señor, hicimos una alianza por la educación. Se va ir usted y aún la educación no es política de Estado.

¿Y si tiene a Peña Nieto?

Señor, vea al país en desigualdades, la inequidad… ¿podrá con ello?

Continuará…

Milenio