Con un multitudinario acto, el kirchnerismo celebró ayer sus 10 años de haber llegado al poder, algo que la presidenta Cristina Kirchner definió como “la década ganada” y convocó a los militantes oficialistas y a todo el país “a organizarse y participar porque si no volverán a venir por nosotros”.
“Esto no es un modelo económico, es un proyecto político con objetivos sociales y culturales y esta plaza colmada por ustedes no es una plaza del pasado ni del presente, sino la plaza de futuro, la plaza de los sueños como los que tuvo él (como se refiere al fallecido ex presidente Néstor Kirchner)”.
La mandataria insistió en la necesidad de “empoderar al pueblo, a la sociedad”, para que nunca “nadie pueda arrebatarles” las conquistas de estos 10 años que llamó “la década de la solidaridad”. Acto seguido, advirtió: “Yo no soy eterna, lo he dicho muchas veces, y lo que es más importante, tampoco lo quiero ser”.
En el mismo día en que se conmemoraron los 203 años de la Revolución de Mayo de 1810, militantes de todo el país llegaron a la Plaza de Mayo para escuchar a la presidenta pero también a Café Tacuba, la sinfónica de Venezuela y al grupo brasileño Os Paralamas do Sucesso, que actuaron junto a Fito Páez y a otros músicos locales.
“En nombre de los que estamos aquí, de los que se fueron y los que no están, sepamos disentir sin ofensas. Creemos un clima donde las ideas se debatan con altura”, pidió la jefa de Estado. Resaltó que en estos 10 años pagó el costo político “por no haber reprimido una protesta social y le pido perdón a los que se sienten afectados por las marchas, las protestas y los cortes de calles. Les pido perdón pero no seré una presidenta que reprima a nadie”.
Recordó a su difunto esposo y las medidas que adoptó durante su periodo de gobierno, como la decisión de refinanciar la deuda externa, pagarle al Fondo Monetario Internacional (FMI), decirle que no al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) o estatizar los fondos de pensiones. “Fueron años felices estos pero para el gobierno no fueron fáciles. Cada una de esas decisiones venía acompañada de un ataque y de una ofensiva contra el gobierno.
En la mañana, la mandataria participó de la misa oficial por el aniversario de la Revolución de Mayo en la basílica de la ciudad de Luján, en donde el obispo Agustín Radrizzani criticó que en el país “todavía hay muchos pobres, los cuente quien los contare. Lo que hay detrás de los números son personas, hombres y mujeres, ancianos, jóvenes y niños”.
Luego, en su discurso de 50 minutos, la presidenta reconoció que “todavía estamos peleando por la igualdad, que es el gran signo de esta década”.
También pidió “unidad de todos los argentinos” pero “una unidad con memoria, verdad y justicia”.
Interrumpida en varias oportunidades por sus seguidores, al grito de “¡Cristina Corazón, acá tenés los pibes para la liberación!”, la jefa de Estado resaltó la política de derechos humanos del gobierno pero recordó que “a pesar de haber hecho mucho, con la justicia en la mano, todavía tenemos una gran deuda con las madres y abuelas de (Plaza de Mayo), que es encontrar a sus hijos y los nietos…”. Terminado el discurso, la fiesta siguió, con pirotecnia y fuegos artificiales, para celebrar los 10 años del kirchnerismo.
Agencias