¡No me ayudes compadre!: Luis Octavio Murat

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Durante la comparecencia en la Cámara de Senadores, en el marco de la glosa del Quinto Informe Presidencial, Miguel Angel Osorio Chong no sintió lo duro sino lo tupido, pues los senadores lo cuestionaron duramente sobre la angustiante inseguridad que azota al país y la fallida conducción de la Secretaria de Gobernación de la que es el secretario responsable.

La senadora Angélica de la Peña lo responsabilizó de lo equivocado que resultó haber desaparecido la Secretaría de Seguridad Pública, ya que después de cinco años el saldo es negativo por haber trasladado a la policía de manera integral a la Secretaria de Gobernación.

Saldo negativo porque el sexenio está por terminar sin que se cuente con una policía efectiva para la profesionalización y capacaitación de la misma como para reemplazar a las fuerzas armadas en las labores de seguridad pública cuyo desgaste es obvio.

El senador Benjamin Robles, entre otras cosas, lo cuestionó sobre presuntas negociaciones con varias constructoras cuando el ahora secretario de Gobernación fue gobernador del Estado de Hidalgo.

Ante los duros cuestionamientos, Osorio Chong respiraba profundo, transpiraba y trataba de leer, con pésima sintaxis y sin ritmo porque nunca lo aprendió, el escrito que tenía preparado; el coraje le descompuso el gesto.

Y la tunda continuó contra el secretario a quien la seguridad del país se le hizo bolas desde la matanza de Ayotzinapa, y lo que siguió precipitó al país en la grave situación de violencia en la que se encuentra.

Continuó en la tribuna Dolores Padierna y que decir de Layla Sansores que no tuvo clemencia contra un secretario que se agarraba a las cuerdas para no derrumbarse, aún cuando los coros priistas lo aplaudían y le daban ánimos para defenderse de los ataques y duros cuestionamientos de las legisladoras.

Y la semana continuó su marcha proporcionando nota, como la que brindó Luis Videgaray, Secretario de Relaciones Exteriores, cuando en la mini pasarela presentó a tres secretarios del presidente Peña a los embajadores acreditados en México; ellos fueron, José Antonio Meade, Secretario de Hacienda, Enrique de la Madrid, Secretario Turismo e Ildefonso Guajardo, Secretario de Economía.

Para todos ellos el canciller dedicó palabras elogiosas, sin embargo, la presentación de José Antonio Meade fue sobresaliente, incluso, lo comparó con Plutarco Elias Calles, ex presidente de México, fundador de instituciones políticas y de gobierno, y secretario de cuatro secretarias de estado, de ahí la comparación con Meade que también lo ha sido.

Notable semblanza para describir a José Antonio Meade “como uno de los mexicanos más exitosos y preparados de México, con una trayectoria impecable y protagonista de las transformaciones de la política del país en las últimas décadas”, afirmó el canciller.

…Y que se arma el revuelo, los medios se encendieron, alguna columna de la Jornada calificó a Luis Videgaray como el Vicepresidente Ejecutivo de México y verdadero estratega del gobierno que había decidido “destapar” a su amigo, José Antonio Meade como candidato del PRI a la Presidencia de la República.

Al día siguiente de la semblanza pronunciada en la Secretaria de Relaciones Exteriores y cuando las mayorías que integran el medio político daban como un hecho que José Antonio Meade era el candidato del PRI , ¡Zas! Como disparo de cañón tronaron las palabras presidenciales: “No despistarse” ante las interpretaciones de “destape”.

“Yo creo que andan bien despistados todos. Yo creo que el PRI no habrá de elegir a su candidato, a partir de elogios y aplausos…” sentenció el Presidente Peña. Obviamente, Videgaray enmendó lo dicho el día anterior aduciendo que se habían malinterpretado sus palabras y que la decisión del candidato se tomará en donde deba tomarse.

Hace tiempo escribimos sobre la decisión más importante que debe tomar un presidente en un sistema presidencialista como el de México, en aquella entrega nos referimos a la decisión del presidente Peña y a su posible sucesor. Decisión que solo a él le corresponde, a nadie más, ni a Videgaray, como quedó claro cuando el presidente Peña, desde Baja California Sur, le enmendó la plana: “No se despisten”, no se elige con elogios y aplausos.

Seguramente, José Antonio Meade pensó ¡No me ayudes compadre!

Videgaray volvió acelerarse provocando la respuesta del presidente que lo dejo quieto y obligado a corregir lo dicho… y obligado también, a grabarse aquella sentencia pronunciada por Fidel Velazquez, amo de la CTM durante varios sexenios y consultor obligado de los presidentes de la república en turno: “El que se mueve no sale en la foto” advertencia que como lápida debió de haber caído sobre la espalda del secretario de Hacienda.

Nuevamente, el canciller tenebroso, hizo una de las suyas agitando las aguas del mar político de México que se mueve a ritmo de nombres mas no de programas de gobierno.

Las especulaciones arreciaron desde la más cándida como la de que Videgaray es el Vicepresidente Ejecutivo escrita en una columna de la Jornada hasta la que imagina que lo dicho por Videgaray fue un posible adelanto de “destape” acordado por Peña y Videgaray. Como si un presidente necesitara del auxilio de un “adelanto” para tentalear las aguas.

Protagonismo de Videgaray, si, uno más, si, afectó a Meade, si, aunque no tanto.

Lo que fue un hecho es que las declaraciones de los secretarios de Gobernación y de Relaciones Exteriores más las especulaciones de analistas y comentócratas le dieron jiribilla a la política y por lo tanto los medios vendieron más.

@luis_murat

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