¿Se han puesto ustedes a pensar qué es el ruido? El ruido es un sonido que interfiere en una conversación, en el descanso, etc.
El ruido no necesita ser siempre fuerte. A veces algo muy suave, como una gota de agua en la noche puede quitarnos el sueño. Desde luego que los ruidos más fuertes son, sin duda, los más perjudiciales.
El ruido puede afectar al oído y aumentar la presión sanguínea o producir problemas al corazón. El ruido anima a la violencia, ocasiona estrés, disminuye la concentración. Se dice que a los niños les afecta en el crecimiento e interfiere con su aprendizaje.
A veces el ruido desgasta, cansa. Es por eso que una misma cantaleta todos los días disminuye la energía y la productividad de la sociedad. De tanto ruido, el gobierno federal está cansado.
No hay día en este país donde Peña Nieto, no escuche lo de Tlatlaya, lo de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, lo del tren rápido México-Querétaro, lo de la “Casa Blanca”; lo de la otra casa donde Peña Nieto, utilizó como oficina en las Lomas de Chapultepec durante su campaña presidencial. Lo de la casa de Videgaray. Lo de la otra casa de Peña Nieto en Ixtapan de la Sal.
Han sido tan fuertes cada uno de estos escándalos, que sólo mediante otro escándalo mucho mayor se puede contener el anterior.
Tal vez yo sea el único en este país que no cree en lo que ha publicando el New York Times, sobre José Nelson Murat Casab.
Es el único personaje en este país que se puede prestar a este tipo de marrullerías. Murat, ha estado en los escándalos más sonados de México y ha sabido escabullirse con facilidad de todos y cada uno de sus problemas. Él es como un marrano encebado: difícil que atrapar.
No dudo que el mismo José Murat, se haya inventado esta puntada y Peña Nieto, se la haya permitido para silenciar un poco los escandalosos problemas que vivimos.
La mayoría de los oaxaqueños conocemos al exgobernador de Oaxaca Murat Casab. Se le conoce como agresivo, vanidoso, malhablado, irrespetuoso, marrullero, traicionero, pero eso sí, muy práctico. Muchos políticos que fueron hechos a su imagen y semejanza practican aquella frase de él cuando decía: “vayan, pártansela, y quien quede vivo viene a negociar conmigo”. Además, le encanta presumir que él tiene control sobre todas las cosas.
Quién no se acuerda de su autoatentado de “la parabrisas” de su vehículo, y que días después fue ridiculizado en televisión por el payaso Brozo. Es el mismo quien, supongo, planeo la estrategia para silenciar, aunque sea por un momento los escándalos del Presidente de la República.
Al principio de este sexenio, Murat, tuvo su momento al inventar el Pacto por México. Algunos dicen que el sacrificado de todo el escándalo por lo del New York Times, será su hijo Alejandro. Pero lo único que podrá perder el cachorro es lo que nunca ha tenido.
El gobierno de la República ya lo hizo una vez, por si ya lo olvidaste, compró la revista Times, del mes de febrero del 2014, para posicionar a Enrique Peña Nieto, como el salvador de México. Yo creo que no le cuesta nada volver a comprar un medio tan importante como el New York Times, para tener en el ojo del huracán al único político que puede soportar todos los embates: José Nelson Murat Casab. Sólo él puede silenciar todas las voces antipriístas de este país.
Espero no equivocarme.
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