Comunicado
20:15 Si para la selección mexicana no era imposible ganarle a Francia, para los oaxaqueños no es imposible ganarle al PRI, afirmó aquí pleno de emotividad Gabino Cué, el candidato de la paz y el progreso, para enseguida remachar: “Ya lo hicimos en el 2006 ¡volveremos a ganar!”. Centenares de gargantas corearon con la fuerza mixteca, con fuerza centenaria, ¡sí, se puede! ¡sí, se puede!
Junto al impresionante templo levantado en honor a los santos patronos de este lugar, en plena ruta dominica, jóvenes enfundadas en camisetas amarillas reciben entre gritos de júbilo al abanderado de los partidos PAN, PRD, PT y Convergencia, le cuelgan collares de flores, y él saluda, mira sonriente a los ojos de hombres y mujeres que le devuelven miradas de esperanza.
Los ideales de la revolución están siendo pisoteados por la clase en el poder, expresa Rubén López –aspirante a la presidencia municipal de Tepos-; entre tanto, una provocadora camioneta nissan sin placas se instala impúdicamente a un lado de esta plaza para elevar el volumen de su propaganda priísta. No es novedad, ya ha ocurrido en otros lugares, es sin duda una consigna, una orden venida de la desesperación.
El candidato a la diputación por el distrito XIV, Erick Torres, reseña: “Este movimiento cada día se hace más grande, Oaxaca quiere cambiar”; y describe con prístina transparencia: “Gabino no es un producto de la mercadotecnia ni del dedo de nadie; es un hombre honesto que ha trabajado con responsabilidad y eficacia en los cargos que ha tenido.”
La gente renueva el impulso de los aplausos cuando Gabino Cué anuncia: “Viene una buena noticia para todos y todas, y esa noticia es que Oaxaca va a ganar este cuatro de julio. Los ojos del país están muy atentos a lo que ocurre en nuestro estado. ¡Oaxaca va por el cambio!”.
La bruma de la mañana ha cedido el paso a un rotundo sol que ilumina la plaza central de Teposcolula. Gabino desgrana con calma, con la certeza de quien sabe que habla con la verdad, cada uno de los compromisos que ha ido reafirmando a lo largo de cuarenta y siete días de diálogo intenso con la ciudadanía. “No los vengo a convencer –dice- porque sé que ustedes están aquí por convicción.”
Un viejo televisor cercano anuncia el triunfo de la Selección Mexicana. Fastidiado porque nadie le hizo caso, el conductor de la camionetita priista emprende la retirada. El cuatro de julio viene la gran victoria de Oaxaca. ¡Vamos a ganar!, reitera Gabino. La gente aplaude incansable. Es día de fiesta en Teposcolula, y pronostican: “Ganó la selección; va a ganar Gabino.”
