“Intereses económicos y políticos de personajes locales y foráneos de la región triqui, generan un clima de desestabilización donde no lo hay, y para ello utilizan a la pobreza y la marginación para chantajear”, denunció el Secretario General de Gobierno, Jesús Martínez Álvarez.
El funcionario rechazó que todos los que se dicen ser “desplazados” de San Juan Copala cubran esos requisitos que establecen los Derechos Humanos, y añadió que en la realidad y legalmente solo hay 4 ó 5 de los indígenas triquis que pueden considerarse como desplazados.
Recalcó que en su mayoría han vivido desde hace tiempo en las comunidades de Yoxoyusi y Agua Fría, aunque también tienen propiedades en Copala, por lo que legalmente no se les puede considerar como desplazados.
Más adelante, rechazó tajantemente que el Gobierno del Estado haya ofrecido diversas cantidades de dinero a quienes hasta hace poco eran los representantes del grupo de desplazados, Reyna Martínez y Marcos Albino.
Sin embargo, confirmó que a cada uno de los “desplazados” y por determinación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, se les entregó la cantidad de 150 mil pesos en cheque nominal, previa identificación y aún así insisten en que el gobierno del estado no ha cumplido con el proceso de retorno a su comunidad, como parte de las medidas cautelares emitidas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Reiteró que una de las obligaciones del Gobierno del Estado es la de generar las condiciones para el retorno de los “desplazados, pero no la de llevarlos personalmente el día y la hora en que ellos lo quieran”.
Sin mencionar nombres, Martínez Álvarez aseguró que “hay gente que no quiere que haya estabilidad, para seguir manteniendo el conflicto en la zona, porque de eso viven y son la ‘mano negra” que insiste en desestabilizar en la región.
El secretario subrayó que personajes locales y de fuera buscan seguir beneficiándose con los recursos que envían organizaciones nacionales e internacionales para la región triqui, utilizando para ello a la pobreza y la marginación en la que viven los indígenas.
Agencia JM