Vestida con uniforme de prisión color caqui y el pelo suelto, Ávila Beltrán confirmó su identidad y su edad, 51 años, con el apoyo de un traductor de la corte.
“No entiendo”, respondió en español cuando el juez John O’Sullivan le preguntó si sabía las razones por las que se encontraba ante una corte de Estados Unidos.
La reina enfrenta dos acusaciones de tráfico de drogas a partir de un encausamiento criminal emitido por un Gran Jurado en el condado Miami-Dade, una Corte del Distrito Sur del Estado de Florida en 2004.
El encausamiento múltiple incluye como coacusados a Leyner, Víctor y Darío Valencia Espinosa, Gadier Villegas Cifuentes, Ramón Alberto Orozco Mejía, así como a Sandra Ávila Beltrán y Julio Beltrán.
La reina es acusada de conspirar para importar a Estados Unidos hasta cinco kilogramos de una sustancia controlada con cantidades detectables de cocaína entre 1999 y 2004.
La segunda imputación es similar, pero el grupo es acusado de intentar distribuir los cinco kilogramos de cocaína durante el mismo periodo.
En el documento, la Fiscalía federal para el sur de Florida sostiene que las acusaciones son hechas con el propósito de confiscar cualquier bien o propiedad de los coacusados.
El gobierno mexicano anunció la entrega en extradición a las autoridades de Estados Unidos de Ávila Beltrán, luego de un proceso de dos años y medio en el que la presunta narcotraficante intentó evitar su traslado a territorio estadunidense.
El juez Sullivan programó la audiencia de instrucción formal de cargos el martes 14 de agosto, para después fijar una audiencia de fianza.
Aunque Ávila Beltrán tiene derecho a un defensor de oficio, se informó que dispondrá de su propio abogado.
Agencias