Tras asegurar que Jaime Zapata, asesinado la semana pasada en México, murió “no sólo para proteger a su país, sino también al pueblo de México de los cárteles de la droga”, los máximos responsables de los aparatos de seguridad y de justicia de Estados Unidos prometieron no dar tregua a quienes atacaron a sus agentes y colaborar con las autoridades mexicanas para su pronta detención y su rendición de cuentas ante la justicia.
“No vamos a descansar ni a ceder en nuestra determinación hasta ver que los responsables sean detenidos y paguen por sus crímenes”, aseguró la secretaria de Seguridad Interna, Janet Napolitano, durante la ceremonia luctuosa en Brownsville, Texas, para rendir homenaje a los dos agentes atacados en un tramo de la carretera de San Luis Potosí, México, por presuntos miembros de un cártel.
Las palabras de Napolitano ante amigos, familiares y colegas de Zapata fueron secundadas por Eric Holder, fiscal general de EU, quien describió al agente abatido como “un héroe” y aseguró que la mejor manera de rendir tributo a su trabajo y a su memoria, es acabar con “el azote” (del crimen organizado) que segó su vida en México.
“Esa será la mejor forma de honrar al agente Zapata, de rendirle tributo. Y así nos aseguraremos de que, aún y cuando su vida luminosa se haya extinguido, su espíritu se mantendrá vivo”, dijo Holder en la ceremonia celebrada en el Centro de Eventos de Brownsville y que fue seguida por más de mil personas dentro y fuera del local elegido por las autoridades para rendir tributo a Zapata.
El agente asesinado, subrayó Holder, “trabajaba para ayudar a nuestros vecinos y aliados en México a cumplir con sus responsabilidades ante aquellos a los que sirven y para construir una nación que constituye un faro de esperanza y oportunidad, un lugar donde todos los mexicanos puedan vivir no con miedo, sino en unidad. Ganaremos esta lucha, ésa es mi promesa ante ustedes”, concluyó.
Al evento, acudieron autoridades locales, miembros de los distintos cuerpos de seguridad y decenas de agentes de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE). Entre ellos, Arturo Ávila, el otro agente que fue herido durante el atentado perpetrado por miembros de un cartel aún no identificado y que acudió al homenaje en silla de ruedas.
El director de ICE, John Morton, aseguró que los últimos días “han sido muy difíciles” para todos aquellos que trabajan en la agencia: “Pero nadie, ni los criminales en Estados Unidos ni los sicarios en México, van a impedir que sigamos cumpliendo con nuestro trabajo”, advirtió al insistir que Zapata murió “no sólo para proteger a su país, sino al pueblo de México”.
“Juntos, los gobiernos de Estados Unidos y México, conseguirán que el largo brazo de la justicia caiga sobre los agresores de Jaime Zapata y de Víctor Ávila”, aseguró Morton.
Tras la ceremonia, de casi dos horas de duración, el cortejo fúnebre de Zapata se abrió paso a través de una guardia de honor que se distribuyó a lo largo de todo el recorrido hasta el cementerio Rose Lawn Memorial Gardens. Camiones de bomberos, patrullas y coches oficiales con banderas de Estados Unidos salpicaron el camino de la procesión en la que participaron amigos, familiares y colegas del agente abatido en México.
El Universal