Se pone el alto, él se va acercando a los carros para vender golosinas. En su caja se encuentran chicles, pastillas y paletas, las ofrece desde un peso hasta cuatro cada uno, tres automovilistas le compran antes de que se ponga el siga.
Su nombre es Joaquín, tiene 10 años, vive en Naucalpan, va en tercer grado de primaria. Terminó el año con un promedio de ocho, ahora ayuda a su familia para comprar en un mes y medio los útiles y el uniforme de la escuela.
“El mes que nos dieron de vacaciones tengo que ayudar a mi familia, aunque mi papá trabaja mucho, no alcanza para comprar mi uniforme y mis libros que utilizaré en cuarto grado”, dijo el menor.
Se interrumpe la platica, ya que el “rojo” detiene a los automóviles. Joaquín de nuevo vende sus dulces, se acerca a la ventana del conductor para mostrar los chicles, pastillas y paletas.
La venta no fue buena en los minutos que dura el alto, sólo una persona le compra. Ante esto el menor murmura: “no importa en la siguiente venderé más”, al finalizar el día obtiene hasta 250 pesos.
Él labora de las 9:00 hasta las 16:00 horas, pues debe llegar a su casa antes de que anochezca, para poder ir a jugar futbol con sus amigos. En el lugar donde trabaja la gente lo cuida, ya que es amistosos con todos.
Números que atemorizan
Hace unos días, el secretario del Trabajo del gobierno federal, Javier Lozano indicó que la tasa de ocupación de infantes quedó casi en los mismos números de hace dos años pero sigue siendo muy alta.
Ante ello apuntó que “en el 2007 había tres millones 600 mil menores, de entre 5 y 17 años, trabajando, ya para el 2009 laboraban más de tres millones”.
Añadió que “el estado de México concentra el mayor número de niños empleados por no familiares y propensos a convertirse en objetos de explotación, con 154 mil 400 casos. Le siguen Jalisco, con 111 mil 400 niños; Veracruz, 84 mil 300; Guanajuato, 81 mil 200; Puebla, 74 mil 100; Michoacán, 71 mil 900; Chiapas, 52 mil 500, y el Distrito Federal, con 50 mil casos”.
El titular de la Secretaría del Trabajo aceptó que un factor que redujo este porcentaje es la disminución de la población infantil, aunque también lo atribuyó a las políticas aplicadas por el gobierno federal.
Cabe destacar que estas cifras forman parte de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, módulo de trabajo infantil, y revelan que 80 por ciento de los tres millones de niños que trabajan en el país provienen de hogares pobres con menos de dos salarios mínimos de ingreso; sus padres presentan baja escolaridad, pues 65 por ciento de ellos estudió sólo hasta la primaria, cifra que aumenta mientras más numerosa sea la familia.