Es claro que fueron priistas quienes propiciaron la derrota del PRI y su debacle pero culpables, con nombres y apellidos, difícil será que asuman culpa. Ya sentenció Juan Ramón Díaz Chismentel: “El culpable es Olises”, pero no tuvo pantalones para asumir parte de la culpa y, menos, reconocer que su administración al frente de SSO estuvo colmada de irregularidades que, después, Mentirosín Vásquez Villanueva se encargó de mitigar con su extraordinaria simpatía y casi mágicas habilidades, igual o mejor que un mago.
Que no nos sorprenda, pues, que salten a los micrófonos y frente a cámaras priistas que, señalando como culpables absolutos y definitivos a Olises y El Chucky, intenten excusarse no sólo de esa culpa de la ruina del tricolor sino como un conato desesperado de ocultar o hacer olvidar sus atropellos, sus transas y abusos de poder.
Esas arbitrariedades del PRI, no sólo autoría de El Chucky y Olises, causaron la devastación de ese partido pero también fueron oportuna e ideal justificación para que las alianzas absurdas consiguieran el poder, aunque creyeron todos los actores políticos que la cosa quedaría ahí nomás, en una oportunidad bien aprovechada para posicionarse el poder, para seguir haciendo lo que quisieran, para seguir abusando y continuar violando las leyes con todas las garantías que las mismas les otorgan con el fuero. No fue así para ellos, empero.
Quizá lo único bueno de las alianzas es que motivaron al pueblo al incluirse en las decisiones; dieron al pueblo su parte de poder al volverse más “incluyentes” los gobiernos que ganaron por vía de coaliciones, y así sea de manera parcial, los ciudadanos están ahora mejor representados por sus funcionarios no porque tengan el poder literalmente sino por, precisamente, esa diversidad ideológica que ahora gobierna y que facilita que unos a otros se vigilen y reclamen el correcto y honesto funcionamiento y de sus funciones, valga la redundancia.
Es por eso que el PRI está tan preocupado. No le preocupa a los priistas que haya ganado el PAN, el PRD o el que sea. A los priistas les duele que el pueblo y todas las organizaciones, tribus y hasta equipos llaneros de fútbol, tengan ahora mayor poder de decisión y exigencia hacia los funcionarios.
Los priistas creyeron que estaría bien, que “bien que mal”, así haya ganado Ladino, por acuerdos y contratos les darían su parte, su pedazo del pastel, pero se han percatado de que ahora están obligados a compartir con el pueblo esa rebanada que les tocó.
La alianzas y coaliciones pueden ser una porquería, pueden ser “antinaturales”, absurdas y hasta cómicas, pero por lo menos en lo que va de las primeras semanas de gobierno de Ladino Cué, en el laboratorio político que ha resultado la entidad, lo crean o no, lo quieran ver o no, con todo lo que haya implicado, desde violar las leyes oaxaqueñas al consentir la ocupación de cargos sin licenciaturas comprobables, a pesar de las mentiras y las decepciones, es importante que esperemos a ver si resulta completamente satisfactorio para el pueblo esto que les comento, esto del gobierno incluyente que ha sido tan incluyente que a nosotros, a los ciudadanos, nos dieron parte del poder, por lo menos de una forma virtual. ‘Ora nomás a no soltar ese pedazo que nos dieron.
Au revoir
Mario Osiris Benavides Morin
Catedrático de la Universalidad de Oaxacalifornia
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Nota: Las Caricaturas las podrás ver en la sección “Parodias”