Como siempre, a minutos de haber ocurrido… no, comenzado en Chile el más ejemplar y audaz rescate de mineros enterrados vivos, en México ya habíamos contado por lo menos una veintena de chistes al respecto.
Para eso sí estamos buenos, para convulsionarnos de la risa con motivo de nuestras más deprimentes desgracias. Por eso “habemos” tantos caricaturistas pero, sobre todo, tantos que no encontramos trabajo porque ya los medios están saturados de vejestorios egoístas o de falsos profetas, que no ya dejan ni un rinconcito a quienes pedimos una oportunidad.
He pensado seriamente un montón de veces abandonar la caricatura, pero no quiero perder el encanto porque, a pesar de saberme capaz de hacer por lo menos una centena de cosas distintas más que esto que hago, quiero cometer la osadía de reclamar el lugar que me corresponde.
Estoy vivo; respiro, me molesto cuando llueve inoportunamente y me pongo loco de felicidad cuando mi hija, que nació hace apenas poco más de un mes, me regala una sonrisa gratuita pero invaluable cuando le digo cuánto la amo con esa tonta pero inevitable manera infantil en que les hablamos a los bebés.
Siento, pienso y, como cualquiera de esos mineros que fueron rescatados, exijo el lugar que me corresponde.
Escribo con tanta libertad que asumo cualquier “impropiedad” o abuso penoso de las letras como una suerte deliberada, y es por eso que exijo que me den mi lugar como mexicano.
No exijo que me llenen las narices de diamantes o me cuelguen gemas, rubíes o esmeraldas del pescuezo. Exijo, como mexicano que con mucho coraje y trabajo paga sus impuestos, que se nos dé ahora mismo el valor legal real, constitucional que me otorga ese pilar abandonado por los senadores y diputados.
Au revoir.
Mario Osiris Benavides Morin (Benmorin)
Catedrático de la Universalidad de Oaxacalifornia
Contacto: benmorin30@gmail.com
TWITTER: @benmorin30
Nota: Las Caricaturas las podras ver en la sección “Parodias”