En el último Encuentro de Periodistas, organizado por la revista En Marcha, Realidad Municipal en Oaxaca, y 102.3 de FM, La Voz del Pacífico Sur, José Hernández y Antonio Helguera, caricaturistas de La Jornada y las revistas Proceso y El Chamuco, dieron una conferencia a la que, de última hora, invitaron a un servidor. Poco podía decir este que escribe a lado de esos que, para mí, han sido importantes maestros pero, sobre todo, inspiración y ejemplo a seguir… aunque parezca discurso de primaria en el pleno del micrófono en un funesto lunes de honores a La Bandera.
En dicha charla, muy amena y divertida, por cierto, Helguera y Hernández hablaron del tema esencial del encuentro: La Transición. Dijeron que era esperanzador el proceso, ese cambio, pero advirtieron también que había que estar alertas y que es necesario no confiar en que ese cambio esperado se dé en realidad. Hicieron un recuento de lo vivido por ellos como caricaturistas en las elecciones en que Vicente Fox ganó la presidencia, y ejemplificaron lo que podría ocurrir en Oaxaca con habilidad de profetas: Que en el sexenio de Fox apenas alcanzaron las esperanzas para los primeros meses y tuvieron que volver a publicar la revista El Chamuco, que habían decidido dejar de editar porque igual que muchos mexicanos sintieron esa chispa de anhelo y se hicieron a la idea de que, con el positivo cambio prometido y vislumbrado, no habría mucho que criticar. Y se equivocaron.
Empero, en Oaxaca la coalición fatídica desde su naturaleza obtusa anunciaba por lo menos un embarazoso desarrollo político-administrativo si llegaba al triunfo; la substancia de esa alianza multicolor era demasiado heterogénea, aún cuando en su mayoría buscaban un fin común: derrotar no al PRI sino a URO… y tal vez ésa fue más terrible error.
En dicho encuentro ocurrió algo más: Algunos medios tuvieron la amabilidad de entrevistar a un servidor y les interesó y hasta conmovió que declarara que la APPO sea una mentira. El tema era complicado, complejo, y si bien no me di a entender o hubo confusiones con respecto a mis declaraciones, sí atinaron en resolver acertadamente que mi posición es definitivamente esa con respecto a ese movimiento, pues el fundamento de tal afirmación lo construí sobre una verdad irrefutable: NADA HECHO AL VAPOR FUNCIONA; DEBE SER CONSTRUIDA TODA IDEA O CONFECCIONADO TODO MOVIMIENTO SOBRE CIMIENTOS FIRMES, IRREBATIBLES Y SOSTENIBLES… VEROSÍMILES, PUES. Pero en el caso de Oaxaca, La Torre de Babel es para morir —literalmente— de la risa o la pena.
Ocurrió en Cuba: El Che Guevara no pudo al frente del Departamento de Economía; fueron revolucionarios, no estaban listos ni experimentados para la administración pública.
El triunfo de Gabino Cué y de “la izquierda” en Oaxaca es sólo un alivio fortuito, como tragar saliva en medio de una terrible inflamación de las amígdalas, pero no será jamás el alivio para que podamos tragarnos un pollo entero. El problema está en el sistema en que se basan la política y la administración pública, las leyes que nos legislan, la ausencia de verdaderos intelectuales que luchen por vigilar y guardar las leyes más elementales de la vida. Ese sistema no fue construido por políticos, legisladores ni por funcionarios; ese sistema fue construido por nosotros mismos, por la sociedad, quienes auspiciamos, pagamos y permitimos desde dentro de nuestros componentes básicos como la familia, la escuela y los grupos sociales que la corrupción y los malos hábitos se gesten.
Que no nos extrañe, pues, si uno de nuestros hijos llega al poder y comete genocidio si lo enseñamos a odiar todo lo diferente; que no nos extrañe que nuestro vecino haga fiestas monumentales con música en los altavoces a todo volumen si nunca tomamos cartas en el asunto; que no nos extrañe que a nuestras costillas se embrutezcan de alcohol a quienes amamos si nunca nos tomamos por lo menos un minuto para averiguar los motivos de su ira y sanar los dolores de su corazón; que no nos extrañe un hijo perdido, un sueño truncado, un dragón extinto o un maravilloso país destruido si no defendimos las más hermosas conmociones positivas del espíritu.
Gran parte de la culpa es de los políticos y sus torpes decisiones, pero La Caricatura es el reflejo de la sociedad, no de la torpeza o necedad de un personaje; La Caricatura es un reflejo, el efecto de un tsunami que sucumbe sobre un personaje específico pero que comienza desde lo más profundo de la sociedad, de ahí que nos identifiquemos o familiaricemos muchas veces, casi siempre, con aquel a quien la responsabilidad cae como un piano desde lo alto de un edificio de diez, veinte pisos, por la irresponsabilidad de quien no ató correctamente la cuerda a las poleas.
Au revoir
Mario Osiris Benavides Morin
Catedrático de la Universalidad de Oaxacalifornia
http://benmorin30.blogspot.com
TWITTER: @benmorin30
Nota: Las Caricaturas las podrás ver en la sección “Parodias”