Este pasado martes 2 de febrero fue de conmemoración religiosa, día de La Candelaria que en todo México se festeja y paladea con un platillo especial, los exquisitos tamales que en las casas se preparan para reunir a las familias y disfrutar de una convivencia agradable y tradicional.
También, fue un tanto diferente a los que hemos vivido pues hubo algo más que celebrar. Me refiero a que el Instituto Nacional Electoral dio a conocer a nivel nacional una muy importante noticia la cual se refiere a que por fin los engorrosos y lentos tramites de la “credencialización” electoral para los paisanos residentes en todas partes del mundo se terminaron al haberse conformado una estructura sencilla que facilita el trámite para obtener una credencial de elector. Solo presente su acta de nacimiento y su comprobante de domicilio, tómese la foto en el consulado y la credencial se la envían a su casa, así de fácil es ahora.
Esto es importante porque el voto para los mexicanos en el extranjero se implemento desde el año del 2005. Desde esa fecha se han efectuaron dos experiencias electorales en el proceso electoral 2005-2006. Las cifras del INE registran por ejemplo, resultados de la inscripción de los residentes en el extranjero cuyos números fueron de 40,876, de los cuales 17,622 equivalente al 43% fueron mujeres y 23,254 fueron hombres equivalente al 57%, cifras que hacen un total de 32,621 votos es decir 79.8% de participación para votar en la elección a Presidente de la República.
Por el PAN con Felipe Calderón votó 19,016; 59.29%. Por el PRI con Roberto Madrazo votaron 1,360 equivalente al 4.17%. Por AMLO con el PRD, votaron 11,090 equivalente al 34.00%; el resto de los candidatos los votos no fueron significativos al no superar más de mil votos que se emitieron a favor de Roberto Campa y Patricia Mercado quienes solo asumieron posiciones lamentables de comparsas para barnizar el proceso electoral como democrático.
Se podría decir, y con razón, que dichas cifras no tuvieron un importante significado dentro de la votación global que contó con la participación de millones de votantes dirigidos y cooptados por los partidos políticos y sus alianzas, utilizando múltiples recursos de convencimiento como las miserables migajas repartidas entre los habitantes de los pueblos más desprotegidos como el Mixe hasta la compra y venta de candidaturas para arribar a las cámaras o de plano, las imposiciones del dedo mayor o del cacique, que continua imponiendo el orgullo de su nepotismo en candidaturas controvertidas al margen de las leyes electorales con toda la tolerancia cupular.
En efecto, fueron cifras muy pequeñas las que se expresaron en aquellos procesos electorales y todo debido a la incapacidad de la instituciones tanto electorales como las de exteriores para unir esfuerzos y juntos, como equipo gubernamental, implementar estrategias que dieran resultados electorales de participación positivos, efectivos y sobre todo, que no desanimaran la intención de los mexicanos residentes en el exterior. No obstante, la problemática burocrática no ayudó a que los paisanos se interesaran en trámites electorales engorrosos para obtener su credencial de elector verdaderamente.
Y, aun cuando se les autorizó votar desde el 2005 el desánimo prevaleció entre nuestros paisanos que dieron muestra, una vez más, de estoicismo después de haber soportado ser expulsados por el desempleo, la inseguridad, la pobreza económica y política y la corrupción a todos los niveles de gobierno.
Esta muestra de calidad humana, de patriotismo y de amor familiar se ha venido demostrando con hechos que hablan por sí mismos, porque en ningún momento, aun viviendo la crisis económica que atraviesa el mundo, y ser tratados como ciudadanos de segunda en su propio país, los envíos de dinero a México no han cesado. Envíos que se le conoce como remesas y que significan una de las tres fuentes de entrada de divisas más importante que recibe el país, superando el ingreso de divisas por la venta de petróleo cuyos precios no superan los 30 dólares por barril.
El envío de remesas en el 2015 alcanzaron un poco mas de 24,700 millones de dólares, cifra que representa un incremento de más de un 30% respecto al año anterior, según estudio del Dr. Alejandro Canales de la Universidad de Guadalajara y director de estudios de población de la misma institución.
Esto ha significado para México una verdadera máscara de oxígeno dada la situación económica en la que el país se debate, aun cuando las autoridades hacendarias se llenan la boca con discursos que nadie cree. Como sea, las remesas son y significan poderoso sostén de la economía mexicana.
Pero, lo que no cuadraba era y es todavía, el trato injusto que nuestros paisanos han recibido por los diferentes gobiernos mexicanos contemporáneos, incluso al retornar al país en época de vacaciones, son abusados y asaltados no solo por los malos sino por las propias policías de los estados durante su recorrido que los llevará al hogar familiar.
Pues desde ahora, el 2 de febrero, día de Candelaria, es también el día del paisano ya que los que envían las remesas tienen todo el mecanismo electoral completo y sencillo para obtener la fuerza electoral que como derecho ciudadano les corresponde.
Seguramente, esta noticia no será bien recibida por los partidos políticos ya que una nueva etapa político-electoral está por escribirse, será muy difícil de aquí en adelante poder manipular e imponer voluntades a 6 millones de paisanos que no dependen de los partidos políticos para conseguir un empleo ni de la voluntad del dedo mayor para elegir a sus favoritos.
El voto de los dueños de las remesas está llamado a decidir, si se desea, hasta la más alta e importante candidatura en México. Las remesas y quienes las envían así lo podrán hacer si el futuro de México les sigue interesando.
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