Coicoyán de las Flores y Yogana, son sólo dos de un sin número de municipios de Oaxaca, que han alcanzado los niveles de pobreza, marginación y miseria de países africanos. Aquí los habitantes rara o casi nunca comen carne, pan y tortillas porque no existen recursos económicos suficientes para darse esos “lujos”.
En estos lugares son comunes las enfermedades “pobreza”, derivadas de la falta de servicios básicos, salud, agua. Aquí, el alcohol es la salida para saciar el hambre.
Las familias inician a sus hijos desde muy pequeños en el alcoholismo, debido a la falta de circulante que les permita comprarse una caja de leche, pan, tortilla y demás productos de la canasta básica, importante para una buena alimentación.
Esta situación es similar con la que sucede en países de África, en donde los niños, hombres y mujeres no tienen que comer, viven en condiciones insalubres, incluso, no cuentan con los recursos suficientes para hacer al menos una comida diaria.
En su investigación “Los Matices de la Pobreza”, de Ana Luz Ramos Soto, profesora de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca, revela que en la entidad, cientos de sus habitantes han vivido por más de tres décadas con diversas carencias.
Durante 1970, el estado de Oaxaca, se encontraba dentro de los primeros grupos de alto grado de marginación, mientras que en 1990, se ubicaba en la segunda posición de muy alto grado de marginación, en tanto en el 2005 ocupó el honroso tercer sitio de muy muy alto grado de marginación.
En el estado, el 45 por ciento de su población no recibe ningún tipo de salario. En tanto el 67 por ciento cuenta con un ingreso de menos de dos salarios mínimos.
Sin embargo, y de acuerdo al libro “Las políticas neoliberales”, agudizadas desde el periodo presidencial de Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón Hinojosa, han sido erróneas, ya que lo único que ha hecho es aumentar el número de pobres.
Lo anterior, no sólo en estados como del Sur-sureste; Chiapas, Guerrero y Oaxaca, sino que también a nivel nacional, por lo que el libro revela que ante la crisis económica por la que atraviesa el mundo entero, México, será uno de los países a los que más le costará enfrentar esta situación.
El desempleo, que se agudizará más con las políticas y reformas de Enrique Peña Nieto, así como la falta de oportunidades, el recorte a la educación, a las Secretarías de Turismo y de la Reforma Agraria, no sólo abonará a que el comercio informal continúe creciendo de forma desmedida, sino también a que las inconformidades de los sectores más vulnerables deriven en estallidos sociales.
Aunado a ello, el incremento de pobres en todos sus matices, social, coyuntural, estructural, económico, patrimonial, hereditario.
“Las políticas han sido equivocadas, debido a que se ha homogenizado a la pobreza. No es lo mismo una pobreza económica que una coyuntural o estructural. Además las políticas no sólo deben de ir acompañadas de buena voluntad sino también de recursos económicos”, expone el documento.
El incremento de impuestos no contribuirán a combatir los problemas de la falta de recursos económicos y el combate a la pobreza, ya que se está cayendo en un círculo vicioso: cobrar más a los que menos tienen para poder mantener al estado.
Sin embargo, no representan una verdadera estrategia o una solución de fondo a este problema que padece más de 12 millones de mexicanos y de un poco más de 100 millones de pobres en el mundo. “Es necesario contar con un aparato económico activo, para combatir este tipo de problemas que tanto mal causan a los mexicanos”, de acuerdo al libro.
Carina García
Vía Viral Noticias
