La voz de un aturdido Michael Jackson, supuestamente bajo los efectos de alguna sustancia, protagonizó hoy en Los Ángeles la primera jornada del juicio contra su médico, Conrad Murray, acusado de homicidio involuntario por la muerte del cantante.
Durante la vista se mostró también una imagen de un moribundo Jackson tumbado en una camilla de hospital.
El abogado de la defensa, Ed Chernoff, dio la vuelta a ese argumento e insistió en que el propio Michael Jackson, obsesionado por “hacer historia” con sus nuevos conciertos y víctima de una “total incapacidad para dormir” se autoadministró los medicamentos que le mataron cuando Murray no estaba presente.
“El día que murió (25 de junio de 2009) era el tercero de un proceso de recuperación. El 22 de junio Jackson aceptó cooperar con el doctor para quitarse el propofol. Ese día le dio la mitad de la dosis. La jornada siguiente no le dio propofol, durmió y fue al trabajo”, relató Chernoff.
Según Chernoff, Jackson aprovechó un momento en el que el médico se ausentó de su habitación para tomar una dosis mayor de propofol y pastillas de lorazepam que hubieran puesto a dormir “a 6 personas”.
El médico escuchó muy serio cómo la fiscalía le acusaba de dejar a su suerte al cantante la noche que murió para irse a hablar por teléfono.
“Murray abandonó a Michael Jackson, ese hombre vulnerable, lleno de medicamentos sin los equipamientos apropiados. Eso no solo viola los estándares de la atención medica, eso viola la decencia de un ser humano con otro”, dijo Walgren, quien sorprendió a la Corte con una grabación de la voz del artista que sonaba notablemente confusa.
El audio fue tomado por el propio Murray en mayo de 2009 y en él se escucha a un balbuceante Jackson en un estado de aturdimiento, presumiblemente por el efecto de alguna sustancia, expresar el impacto que quiere causar con su serie de conciertos “This Is It” que iba a comenzar en julio de ese año en Londres.
“Tenemos que ser fenomenales. Cuando la gente salga de mi espectáculo quiero que digan: ‘No he visto nada así en toda mi vida. Él es el mayor artista del mundo”, manifestó el “rey del pop”.
El testimonio del propio Jackson impactó a su familia encabezada por Katherine y Joe, los padres del artista, que estuvieron acompañados en el segundo banco de la sala por los hermanos Janet, La Toya, Jermaine, Tito, Randy y Rebbie.
Walgren aseguró que Murray, a pesar de ver el estado de deterioro en el que estaba Jackson, continuó dándole propofol y cometió una “flagrante negligencia” equivalente a un homicidio involuntario.
Chernoff confirmó que Murray le estuvo administrando al artista propofol durante dos meses hasta que finalmente logró convencerle para que dejara de tomar la sustancia.
“Michael Jackson tenía un problema que no podía superar con su talento”, apuntó Chernoff, quien culpó a anteriores médicos que trataron al cantante de convertirlo en un adicto al demerol, fármaco que tiene entre sus efectos secundarios el insomnio.
Murray se ha declarado no culpable de los cargos que pesan en su contra y en caso de recibir un veredicto desfavorable se enfrentaría a una pena de hasta 4 años de cárcel.
Está previsto que el juicio, que esta mañana congregó a numerosos fans de Jackson y amigos de Murray a las puertas de los juzgados, se prolongue al menos cinco semanas.
Milenio