Los errores en la medicación de enfermos causan la muerte al año de 7 mil personas en Estados Unidos y se calcula que el costo promedio de un evento adverso es entre seis y ocho mil dólares, reveló el director Global de Asuntos Médicos para Baxter Healthcare Corporation, Idal Beer.
Durante una presentación en el marco de la edición 18 del Foro Internacional de Medicina Crítica, el especialista explicó que los errores de medicación ocurren con más frecuencia al administrar fármacos por vía intravenosa.
Además, el médico señaló que estos errores también suceden en pacientes polimedicados y en terapia intensiva, siendo una de las principales causas la sobrecarga de trabajo del personal de salud.
Estas fallas, mencionó Beer, pueden o no tener efectos adversos en el paciente, se originan a la hora de que el médico prescribe el fármaco u otro profesional de la salud lo transcribe, lo dispensa o lo administra.
En esta última fase es en la que se registra mayor cantidad de errores, con 38 por ciento y sólo se intercepta 0.2 por ciento; en contraste con la fase de prescripción en la que se cometen 39 por ciento de errores, pero se interceptan 48 por ciento.
En México no existe una estadística sobre estos eventos, sin embargo, un estudio elaborado por la Subdirección de Pediatría del Hospital General Dr. Manuel Gea González, en 2007, reveló en una primera fase que de 232 expedientes, 133 tenían uno o más errores.
En éstos, se detectó que 37.5 por ciento fueron por redacción de la prescripción; 35.1 por ciento por el cálculo de la dosis y 15.6 por ciento por la dilución.
Además, el documento señala que tras implementarse medidas preventivas, en una segunda fase, se analizaron 226 expedientes de los cuales 40 presentaron errores, es decir 17.6 por ciento menos.
Por otra parte, el ejecutivo explicó que los errores de medicación no sólo repercuten en la seguridad a los pacientes, sino también en las finanzas de los sistemas de salud, sobre todo cuando existen eventos adversos.
En ese sentido, Beer citó un estudio hecho en el Instituto Mexicano del Seguro Social en el que se estima que la reducción de los errores de medicación podría ahorrar hasta tres mil 445 millones de pesos.
De acuerdo con el subdirector de Medicina Crítica del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, Guillermo Domínguez Cherit, la comunidad médica de todo el mundo trata de gestionar sistemas de detección de estos errores.
El funcionario afirmó que el entrenamiento intensivo, el uso de nuevas tecnologías y el trabajo en equipo pueden evitar en general los errores médicos y sobre todo, los de medicación, lo que también repercutirá en menos eventos adversos que provocan más tiempo de hospitalización.
Domínguez Cherit destacó los esfuerzos que México hace para implementar el expediente electrónico, con el cual también se evitarán errores derivados de una escritura poco legible del médico.
Los centros hospitalarios, agregó, capacitan de forma constante a su personal y se pretende que los hospitales de México cuenten con tecnología inteligente, para que la administración de fármacos intravenosos sea más segura.
En un inicio es en terapia intensiva en donde se administran más medicamentos a los pacientes por su situación, dijo el funcionario, quien señaló que se estima que en México hay 1.6 camas de terapia intensiva por cada 100 mil habitantes.
Se estima que uno de cada 10 pacientes hospitalizados en países desarrollados sufre daños a consecuencia de la atención médica, cifra que podría ser superior en países en vía de desarrollo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Cada año decenas de millones de pacientes son víctimas de lesiones discapacitantes o mueren como consecuencia directa de prácticas médicas peligrosas, según el organismo global.
Los errores de medicación se encuentran entre las prácticas que se realizan a los pacientes hospitalizados, ya que entre siete y 10 por ciento de quienes son atendidos en servicios destinados a casos agudos tiene una reacción adversa a algún medicamento.
De estas reacciones, del 28 al 56 por ciento son prevenibles, indica la OMS.