Con un órgano colegiado “incompleto”, en medio de lo que pudiera transformarse en una grave crisis económica y con uno de los escenarios sociales nacionales más descompuestos, el pasado viernes 7 de octubre se dio inicio formal al proceso electoral 2011-2012, el que habrá de concluir con la elección de los integrantes del Congreso de la Unión y del Presidente de la República. Dice el refrán “que lo que mal inicia, mal acaba”; en verdad que en el caso de este proceso federal deseamos que no sea así, pues lo que está de por medio es la estabilidad y la paz de nuestro país. Por eso sostengo que debemos tener “mucho cuidado”.
Lo que está de por medio no es el proyecto particular de un candidato o el interés de un grupo político; lo que está en juego es la posibilidad de tener un país más justo, más solidario y más equitativo. Para los partidos y coaliciones en competencia es claro que el PRI desea recuperar el poder que perdió hace poco menos de 12 años consecuencia del hartazgo de la ciudadanía. Para el PAN es la posibilidad de sostenerse en la Presidencia a pesar de los severos cuestionamientos de los que son objetos principalmente por su sangrienta lucha contra el narcotráfico. Para la izquierda mexicana es la oportunidad de alcanzar la Presidencia aunque antes deberá superar los vaticinios de ruptura consecuencia de las pugnas y de la necedad de sus militantes. Derivado de lo anterior cada uno de los partidos que aspiran a ocupar la silla presidencial recurrirán a sus tácticas de siempre, razón por la que digo que debemos tener “mucho cuidado”.
Las descalificaciones, la manipulación de encuestas, el rumor perverso, las traiciones y las mentiras serán parte de los recursos que habrán de utilizar quienes están acostumbrados a competir donde todo se justifica en aras del poder, aunque no esté permitido. Los que siempre se alejan del pueblo por la sencilla razón de que lo repugnan, hoy aparecerán como los más solidarios y cercanos a ellos. Se tomarán la foto con la ancianita que vive en la más cruel de las pobrezas debido a su insensibilidad y falta de atención, pero ahora sí le ofrecerán gestionarle todos los recursos y apoyarla, como si esa no fuera su actual obligación. Los que se han enriquecido a la sombra del erario público, con total desvergüenza hablarán de honestidad y de rendición de cuentas, olvidándose que su interés por saltar de escaño es precisamente para no perder el fuero del que hoy gozan para evitar con ello ser llamados a cuentas por las autoridades judiciales derivado de sus evidentes actos de corrupción. Se colocarán la piel de oveja para disfrazar el maligno lobo que en realidad son; de eso hay que tener “mucho cuidado”.
Serán los mismos que en su momento tuvieron la oportunidad de hacer las cosas en beneficio de la ciudadanía; sin hacerlo, los que ahora se erijan en jueces implacables del quehacer gubernamental. Acusarán sin saber que son la razón de lo mismo que están señalando. Denunciarán con ahínco el punto negro en el pizarrón blanco, pues a su entender eso es hacer política. Cual titiriteros se esconderán tras bambalinas para organizar protestas, plantones, huelgas de hambre y movilizaciones para demostrar que “todo está mal” en el gobierno. En su ceguera le apostarán a crear escenarios pasados, no importándoles financiar a quienes solamente se infiltraron en movimientos recientes para obtener canonjías y prebendas y hoy vuelven a ofertar sus servicios. Se equivocarán rotundamente pues no ubican que las cosas han cambiado, a pesar de ser los primeros en impedir que el cambio se cristalice y en denunciar que no hay cambios. Lo que no hicieron ellos en su momento por temor, por desidia o por lo que haya sido, en esta ocasión si se hará: respetar la ley. Por eso sostengo que debemos tener “mucho cuidado”.
En el caso particular de Oaxaca se ha comenzado a vivir una contienda electoral anticipada, donde los que aspiran a ocupar un puesto de elección popular discreta o descaradamente han comenzado a realizar actos anticipados de proselitismo o incluso maniobrado para “agitar las aguas” del tablado político con la única pretensión de crear escenarios que les permitan maniobrar y desestabilizar a quien consideran puede representarles un obstáculo en sus aspiraciones. Y sólo para precisar pondré un ejemplo de cómo suelen operar, la que por cierto no es nada distinta a lo que han hecho siempre. Un reducido grupo de colonos identificados con un partido político cierra el acceso al tiradero de basura, sus promotores les dan el apoyo financiero y les dictan las instrucciones que tienen que seguir. A la par esos mismos promotores salen a denunciar que las calles de nuestra ciudad están llenas de basura, que estamos peor que antes y de inmediato solicitan la renuncia de quien según ellos es el responsable de tal situación, o sean que se convierten en autores intelectuales, materiales y jueces de lo mismo que ellos mismos están generando. Por eso de ahora en adelante deberemos tener mucho cuidado cuando veamos un bloqueo, un paro, un plantón o una protesta pues el trasfondo del asunto puede ser el interés político de generar malestar entre la ciudadanía, suponiendo que la gente se la cobrará contra su gobernante, cuando en realidad la ciudadanía ya ha aprendido de que se trata de maniobras electoreras sin un sustento real, pues a la par ve como programas como 70 y más, uniformes escolares, la vacuna contra el papiloma humano, la generación constante de empleos, entre otras cosas más comienzan a fluir entre ellos, por lo que el sustento a pretender crear un escenario como el del 2006 está fuera de toda lógica.
Cierto, que falta mucho por hacer es innegable; pero los primeros pasos se viene dando precisamente para terminar con esas prácticas del pasado que tanto daño nos hicieron y que hoy nos tiene sumergidos en la peor de las pobrezas que con grandes esfuerzos el actual gobierno viene trabajando para combatir. Mucho cuidado con los falsos líderes que se aprovechan de las carencias de los más necesitados y sólo se acuerdan de ellos en época electoral. Mucho cuidado con los representantes populares que lo único que buscan es mantener su fuero constitucional para evitar ser requeridos por la justicia. Mucho cuidado con las protestas “sociales” financiadas y “dirigidas” por quienes aspiran a recuperar el poder.
De ahí la urgencia y la importancia de que el órgano electoral esté con todos sus integrantes, pues como vemos las cosas, estaremos asistiendo a una de las contiendas electorales más sucias de las que tengamos memoria.
Por eso y más, mucho cuidado.
Twitter: @Mario_Mendoza_F