Movilidad segura: tendrá Oaxaca de Juárez ciclovías emergentes ante COVID-19

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Como resultado de un trabajo conjunto entre la Secretaría de Movilidad del Gobierno del Estado de Oaxaca y el Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez, la ciudad capital fue seleccionada por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) del Gobierno de México para recibir asesoramiento técnico para la implementación de 15 kilómetros de ciclovías emergentes, a fin de propiciar una movilidad segura en el regreso a la nueva normalidad.

 

Oaxaca de Juárez es una de las tres ciudades mexicanas que cumplió todos los requisitos para el acompañamiento de la dependencia federal. La implementación de infraestructura vial emergente tiene como propósito facilitar el uso de vehículos de micromovilidad como la bicicleta para coadyuvar la mitigación del riesgo de contagio de COVID-19, además de propiciar una movilidad sana y segura en el regreso escalonado a la “nueva normalidad”.

 

Al ser seleccionada, la ciudad de Oaxaca de Juárez recibirá el acompañamiento técnico de SEDATU, a través del Gobierno Municipal, lo que incluye asesoría en el proceso de diseño, dimensionamiento de materiales y personal, estrategia de comunicación, implementación, operación, monitoreo y evaluación.

 

Este esfuerzo tiene como objetivo promover y priorizar una recuperación verde en las ciudades, además de incentivar el desarrollo sustentable del territorio mediante la adopción de nuevos hábitos de movilidad en el traslado de personas y mercancías. Se tiene la propuesta de 15 kilómetros de ciclovía en dos ejes principales: uno de norte a sur y el otro de oriente a poniente, en los que por medio de señalamiento vertical (conos) y horizontal (pintura de tráfico) se buscará brindar una alternativa segura para realizar traslados.

 

La implementación del proyecto se contempla en cinco etapas, atendiendo a las rutas: Norte–Sur, Sur–Norte, Oriente–Poniente, Poniente–Oriente y Ciudad Universitaria (Sur); las ubicaciones de las ciclovías emergentes estarían en Lázaro Cárdenas, avenida Independencia, División Oriente, Francisco I. Madero, Proletariado Mexicano, Aldama y Calzada de la República.

 

La selección de las vías se hizo a partir de un proceso de planeación participativa con la Secretaría de Movilidad del Gobierno del Estado y organizaciones de la sociedad civil vinculadas al tema y tomando como referencia la propuesta del proyecto “Corredor Biocultural” de la Casa de la Ciudad, organización no gubernamental de la Fundación Alfredo Harp Helú de Oaxaca.

 

Dentro de los criterios considerados se encuentran las características de las vialidades, la conexión con puntos de relevancia cultural y turística de la ciudad, la cobertura de los cuatro puntos cardinales, así como la conexión con bicivías existentes que se encuentran de manera aislada, tanto en Oaxaca de Juárez como en un municipio vecino, permitiendo con ello una ampliación de hasta 24.42 kilómetros de ciclovías.

 

Oaxaca de Juárez fue seleccionada junto a Tecate, Baja California, y San Nicolás de los Garza, Nuevo León, por la SEDATU que con asesoría de la Agencia de Cooperación Alemana (GIZ), analizó propuestas de 49 gobiernos locales y seleccionó a los que cumplieron con criterios de evaluación como: factibilidad técnica, presupuesto asignado para cubrir los kilómetros propuestos y apoyo político al proyecto.

 

Otro de los objetivos de implementar el proyecto de infraestructura ciclista emergente es también evitar la saturación del transporte público y mejorar la movilidad de las personas, toda vez que se estima que en Oaxaca de Juárez y su zona metropolitana tiene una población flotante de casi 600 mil habitantes, además se estima que en la ciudad capital  circulan, en promedio, 180 mil vehículos al día, de los cuales el 75 por ciento proviene de municipios conurbados y solamente el 25 por ciento corresponden a residentes del municipio.

 

Entre los beneficios en materia de salud que busca generar el proyecto son: incentivar la actividad física en la población, mejorar las condiciones de salud de la población y, ante la situación actual generada por la pandemia de COVID-19, la biciruta permitirá un traslado de personas con menos riesgo de contagio en comparación al transporte público.  

 

En el aspecto social permitirá una mejor movilidad y experiencia de traslado de la población, movilidad más segura para las mujeres e interconexión entre zonas habitacionales y centros laborales.

 

En lo ambiental conllevará una disminución en la emisión de contaminantes a la atmósfera, lo que redundará en una mejor calidad del aire y la disminución de ruido por uso de vehículos de automotor.

 

Por último, el proyecto pretende tener un impacto directo en la economía familiar, ya que permitirá la reducción de gasto en traslados, además de generar un menor uso y por consiguiente ahorro en combustible. Además, promoverá la actividad comercial a lo largo de la biciruta y se convertirá en un atractivo turístico para visitantes nacionales y extranjeros, pues tendrá conexión con puntos culturales y turísticos de la ciudad.