Morena: tú, ¿le crees a Obrador?: Moisés Molina

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Pocas cosas venden tanto como la novedad, incluso la que es aparente y la política no se sustrae a ello. La novedad, verdadera o falsa, se vende muy bien en política porque el centro de su estrategia propagandística es la esperanza, la inacabable y siempre renovada esperanza del noble pueblo mexicano. Los mexicanos, hoy siempre necesitamos creer; es un auténtico imperativo en nuestras vidas ante la descomposición que, en todos los órdenes de la vida nacional, vivimos.

Esperamos, con todo lo que conlleva, felicidad para nosotros y progreso para el país y en medio de lo que a diario vemos, leemos y escuchamos cunde la zozobra susceptible de ser capitalizada para fines políticos o electorales.

He leído el decálogo del señor López Obrador para afiliarse a Morena. No es su primer documento a manera de diez mandamientos. El mesías tropical –Krauze dixit- vuelve a la carga. Hay al menos tres previos de 2012: uno del 11 de abril en materia de seguridad, otro de agosto 8 para invalidar la elección y uno más del 7 de septiembre para la desobediencia civil. Cada uno con una intencionalidad diferente.

La intención de este último, difundido a través de su cuenta de twitter, es clara. Busca sin ambages membresía para su nuevo partido que institucionaliza la esperanza como industria. Bien vale la pena preguntarse lo que preguntó Elba Esther respecto de Roberto Madrazo ¿Tú le crees a López Obrador? Es pregunta que dejo abierta.

Y es que la política es asunto de credibilidad, de confianza. Y en el mercado actual hay solo dos acaparadores: Enrique Peña Nieto y López Obrador. El primero administra por todos los medios la esperanza que nació del triunfo; el otro, la esperanza que nació de la derrota. Para desgracia nuestra comienza un nuevo juego de suma cero en que uno de los dos ganará lo que el otro pierda.

Morena es una apuesta a que le siga yendo mal a México para poder ganar, a que sigan, desde la óptica de Andrés Manuel, existiendo infelices, a que el poder siga siendo puesto al servicio de quienes lo detentan, a que siga existiendo caciquismo, corrupción, influyentismo, sectarismo, nepotismo y clientelismo; a que siga habiendo indignidad, derechos a medias, injusticia, exclusión y privilegios, corrupción, impunidad, abuso de poder y enriquecimiento ilimitado de unos cuantos.

Suponiendo que todo ello exista en el México actual, tiene que seguir presente con Peña Nieto para que Morena tenga éxito. Es, para López Obrador, un deseo velado y la panacea, el remedio a todos los males es MORENA, o sea, él. No hay posibilidad alguna al éxito del presidente y su gabinete, sigue siendo AMLO el mesías, el redentor.

Pero ¿Qué hay detrás de la retórica que intelectuales orgánicos de la izquierda escriben para obrador? La respuesta más contundente tenía que venir de otro célebre izquierdista. El sub comandante Marcos categórico dijo: “Es el mismo que no acaba de madurar y reconocer sus errores. El mismo que encabeza un grupo ávido de poder, pleno de intolerancia”.

Obrador es el único referente anti priista de peso aunque dista de serlo respecto de la izquierda bien entendida que, por otra parte, redefinió tramposamente a conveniencia. Para ser de izquierda solo es necesario “actuar con honestidad y tener buen corazón”. Si se es honesto y se tiene el corazón bueno, no se puede ser de centro ni de derecha, solo de izquierda y preferentemente de MORENA.

El próximo lunes, será pedido formalmente el registro de MORENA como partido político ante el IFE y el martes inicia su campaña de afiliación. Estará llamado a ser un pilar importante para el equilibrio de nuestro sistema político y ello requiere responsabilidad. Está demostrado que el país necesita de la oposición para avanzar, pero habrá de ser una oposición reflexiva, objetiva, razonable.

Está por verse hasta donde MORENA y su dueño predican con el ejemplo sus diez mandamientos alejados de todo cuanto critican. El tiempo dirá si representa una opción realmente distinta en esencia para la izquierda (lo que excluye a PRD, PT y MC) o solo una nueva estrategia como medio de venganza, ni siquiera de revancha.

Por lo pronto y aún a pesar de no poder competir en las boletas electorales sino hasta 2015, ubicará candidatos en sus sucursales. PT y MC le prestarán por ahora el membrete para recibir la reciprocidad de la conservación del registro. Ya en 2015 vendrán las coaliciones y el PRD se quedará solo con su legitimidad en vilo como partido de izquierda.

AMLO quiere el monopolio de la izquierda mexicana con el que gana incluso perdiendo y buscará después ganar ganando. El juego personal de AMLO y su círculo cerrado es siempre a ganar, aunque el fin justifique los medios. Vuelvo a preguntar entonces: Tú, ¿le crees a Obrador?

Twitter @MoisesMolina

moisesmolinar@hotmail.com