A confesión de parte, relevo de pruebas… o “por su boca muere el pez”. Patético que un político supuestamente “moderno” tome como referencia en su comportamiento al “Patán que vino de Bajío” Al grado de pretender justificarse y copiar sus dislates. Claro que Moreira es un político “eficaz”; bullanguero, exbailarín del ballet de Amalia Hernández, la mayor deformadora de las danzas regionales. Además como dijimos en nota anterior, Moreira dispuesto a “bailarse” al PAN y a quien se le ponga enfrente. Con una obvia característica: sin aportar idea alguna que marque rumbos ideológicos a un partido exinvencible. El PRI ahora vacío de mensajes, de compromisos duraderos con la población, será “dirigido” por un dirigente sin dirección alguna. Peor para el PRI: que se muestre anuente a remedar a FOX. El paupérrimo vocabulario de Moreira es idóneo para seguir los pasos del abajeño. Pero recordemos que cuando un país o una persona incurren en un proceso decadente, lo primero que se pervierte es el lenguaje. Ahora lo que podemos esperar es que Moreira tome al pie de la letra la sugerencia de Fox: “hacer obras de relumbrón, hablar como habla el pueblo, usar hebillotas y botas de montar”. Y cometer peculado desbozalado: como para hacer un emporio en el norte de África, distraer a la sociedad con gastos chabacanos pero caros en su rancho y ¡jamás contestar a Guillermo Ortíz Martínez que tres ocasiones preguntó dónde estaban las carretadas de petrodólares captados. Fox jamás se molestó en responder.
Pero Moreira amenaza con superar a “Chente” Fox. Éste amenazó con heredarnos en Los Pinos a la lectora de la ignota filósofa “Rabindrata Tagora”. Fox estuvo a punto de dejarnos a Marthita Sahagún en la presidencia, en una reedición mexicana de Juan Domingo Perón al heredar a los argentinos a “Isabelita”. Algún dios de Olimpo se compadeció de México para que la comedia foxista no deviniera patochada increíble. Se habrían consolidado la ignorancia y la estulticia en México. ¡De la que nos salvamos!
Pero Moreira, con control férreo en Coahuila, con el cíngulo que significa el protervo magisterio elbista, intenta establecer el más descarado nepotismo. Dejó un gobernador interino de sus confianzas encargado de preparar la alfombra roja a Rubencito Moreira como candidato del PRI para el próximo sexenio. Continuidad familiar carente de vergüenza y revelador de amplios negocios en el norte del país. Obvio, sin importar que sacrifique la mínima credulidad que el PRI pueda presumir y con el riesgo que el electorado cobre venganza y le recete un “voto de castigo”. La soberbia es mala consejera y “El Bailador” Moreira, exultante al haber aplastado las ambiciones largamente cobijadas por Gamboa Patrón, valido de Carlos Salinas De Gortari, eufórico por su arribo ciclónico a la presidencia del PRI, tiene la seguridad que tomar el partido y conservar la gubernatura es una jugada simultánea. ¡Cuidado! Un fracaso en una, puede destruir la otra meta.
Moreira no ha ocultado su futuro desempeño: cuidar la figura de Enrique Peña Nieto. El gobernador en una entidad en que los feminicidios escandalizan y crecen, pese a sus negativas y el cobijo cómplice de su partido. El PRI, ahora socialdemócrata; adjetivo que la enorme mayoría de los priístas no entienden, ¡ni que fuera tan importante! La clave es ganar las elecciones, recuperar Los Pinos, volver a los tiempos dorados del partido único, de los gobernadores anuentes a lo que dijera “El Patrón” y el uso espléndido de los recursos públicos. ¿Proyecto de Nación? ¿Para qué? Si el país ya sabe que el PRI es la cuna de todos los partidos, el constructor de este país, el creador de una Nación y el padre y abuelo de los tiempos actuales.
Solo que, solo que, “algo” ha cambiado. Oaxaca es un ejemplo, aunque los resultados no sean ejemplares, pero ciertamente no agotan las esperanzas que la oposición despertó. En Puebla, otro caso en que el tricolor fue abatido…con un expriísta connotado y Sinaloa, donde triunfó la oposición para nutrir la nueva administración con los herederos del priísmo más representativo y ñoño. Oposición, carente de cuadros e incorporando a los “júniors” de exgobernadores: Juan Millán y Francisco Labastida. Aunque, incorporar a los hijos del “exMandilón” puede devenir en desastre.
Mientras, Moreira dice que criticará “de una manera MÁS floreada, MÁS cuidadosa, MÁS política” Como si sus declaraciones anteriores hubieran sido “cuidadosas, floreadas, políticas”. ¡Por sus palabras lo juzgarán!
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