La Secretaria de Educación Publica (SEP) exigió a redactores y autores que participan en el contenido de los 18 nuevos libros de texto gratuito, firmar un acuerdo de confidencialidad por 5 años para evitar fugas de información, exigencia que no es otra cosa que opacidad y discrecionalidad para evitar que los maestros, padres de familia, pedagogos y expertos en educación se enteren de lo que se pretende hacer para adoctrinar políticamente a los niños, respecto de que todo lo que el gobierno hizo o no en el pasado era y es maligno y únicamente la 4t puede salvarnos.
La SEP y comité encargado de cambiar el contenido de los libros de texto advierte que, en caso de incumplir, de manera dolosa o por negligencia, con las condiciones descritas en un documento que se les presentó en una capacitación virtual estarían obligados a indemnizar al gobierno federal por los daños ocasionados. El documento y responsiva lo deben firmar los creadores, autores, y un representante de la Dirección General de Materiales Educativos de la SEP, con un estilo muy parecido al que se ha aplicado en estados totalitarios o autocráticos donde la palabra del líder o presidente es ley y nadie tiene derecho a refutar o disentir, como sucede actualmente, por ejemplo, en Cuba, donde los libros de educación básica y todos los que esta permitido leer en la isla sometida por los Castro y seguidores, deben ser revisados en contenido y autorizados por el gobierno al estar de acuerdo con la ideología comunista, marxista leninista que impera en la isla desde hace medio siglo y que ha llevado a la ruina la economía y libertad de los cubanos, de la misma forma que hizo la iglesia católica con el Index Librorum Prohibitorum, Índice en el que se incluían todos los libros prohibidos por la “Santa Inquisición” por considerarlos heréticos o inmorales. El Index Librorum Prohibitorum que estuvo vigente desde 1564 hasta el año 1966, es decir 402 años de censura y adoctrinamiento respecto de lo que se debía o no leer según ordenaba el Vaticano. El Índice de Libros Prohibidos fue promulgado por el papa Pio IV durante el Concilio de Trento, debido principalmente al cisma ocasionado por la Reforma Protestante encabezada por Martin Lutero, por lo que la Iglesia Cristiana tuvo que tomar medidas prohibitorias, pues la imprenta recién inventada por Gutenberg resultó resulto ser un medio excepcional para difundir ideas, especialmente las que la Iglesia Católica consideraba peligrosas para sus mentiras y supersticiones que sigue defendiendo como verdades divinas, por ejemplo, la misógina y perversa idea que la mujer fue creada de la costilla de un hombre. Casi medio milenio después, el gobierno federal quiere cambiar el contenido de los libros de texto y, no estaría mal, como se hizo antes con la educación sexual, pero lo hacen ocultos, soterrados, escondidos para que nadie se entere con amenazas de indemnización a los autores y para que nadie sepa que es lo que van a cambiar.