* El presidente y las Fuerzas Armadas violan las garantías constitucionales de quienes llevan ayuda, con su retención ilegal, robo, daño en propiedad ajena, amenazas, lesiones, abuso de autoridad, etcétera.
* La imposición de la dictadura ocurrirá en 2024 con el apoyo de las fuerzas armadas, cuando Andrés Manuel López Obrador no acepte el triunfo de la opositora Xóchitl Gálvez en la elección presidencial.
Mucho daño ha hecho a México la simulación, incongruencia e hipocresía de los ministros de las Iglesias, gobernantes, políticos, empresarios, medios y periodistas, salvo honrosas excepciones.
Al generalizarse y “normalizarse” equivocadamente esta nefasta actitud, ha acelerado y profundizado el grave proceso de descomposición social de pueblo y gobierno de nuestro país.
En un ejercicio de creación de escenarios futuros, adelantamos que la militarización en la atención del desastre provocado por el huracán Otis en Guerrero, es el ensayo para imponer la dictadura.
Solo los ciegos y sordos no quieren ver ni oír por ingenuidad o abierta complicidad el grave peligro que enfrenta realmente México como país libre e independiente, como nunca antes en su historia.
El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no alertó para que la destrucción fuera total. Otis Arrasó la propiedad privada y el empleo. La gente dependerá de las dádivas de Morena.
AMLO desapareció 122 fideicomisos. Monopolizó la compra y distribución de medicina y vacunas del Covid; quiere una sola distribuidora nacional de medicinas y monopoliza la ayuda a Acapulco.
Prohibió criminalmente a las asociaciones civiles altruistas, incluyendo a la Cruz Roja, ayudar a damnificados para que como en las dictaduras su gobierno sea el único que les lleve comida.
Mandó a perifonear con su voz para decirle a los damnificados que “los quiere mucho”. Mandó a mil servidores de la Nación a talonear votos en Guerrero con sus chalecos de López Obrador.
El presidente y las FFAA violan todas las garantías constitucionales de quienes llevan ayuda, con su retención ilegal, robo, daño en propiedad ajena, amenazas, lesiones, abuso de autoridad, etcétera.
Son peor que delincuentes. La represión institucional ya está aquí, y me temo que será peor el 2 de junio de 2024 al final de la jornada electoral con la derrota de la candidata presidencial de AMLO.
Fue necesario que un juez de la CDMX otorgara un amparo y ordenara que la entrega de víveres y ayuda humanitaria por el huracán Otis pueda realizarse sin restricciones del Ejército en Guerrero.
No es una locura ni estupidez del presidente AMLO. Es una genial y perversa maniobra diabólica para avanzar en la destrucción de las instituciones nacionales como el INE y la Suprema Corte.
La imposición de la dictadura ocurrirá en 2024 con el apoyo de las fuerzas armadas, cuando enloquecido Andrés Manuel López Obrador no acepte el triunfo de la opositora Xóchitl Gálvez.
Es el siguiente paso firme y sólido tras el golpe de Estado técnico con las reformas del Congreso de la Unión a la Constitución para dinamitar al INE y a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Y se dará, para no aceptar la derrota electoral ante el inminente triunfo presidencial de la senadora Xóchitl Gálvez Ruiz en la madre de todas las batallas, a realizarse el próximo 2 de junio de 2024.
Hay suficientes pruebas evidentes, públicas y notorias del lejano y reciente pasado, que Andrés Manuel López Obrador jamás ha aceptado una derrota, al considerarla siempre fraude electoral.
Las víctimas de Otis afirman que por la crueldad presidencial de lucrar con la tragedia pasarán la factura a su delfina. “Los votos son de este lado y se los vamos a cobrar”. ¡Y suman un millón!
“No, no estamos enojados, estamos emputadísimos”. “Se las vamos a cobrar en las próximas elecciones”, advierten damnificados. La 4T teme las consecuencias de su negligencia criminal.
No hay luz, agua ni víveres. La gente tiene hambre y está a la intemperie. Hay muchos muertos más de los que se reconocen oficialmente. Elementos de la Guardia Nacional participan en saqueos.
En medio de la crisis por el daño del huracán, AMLO priorizó la promoción de los programas de Bienestar de su gobierno, durante una gira por tres municipios del oriente del Estado de México.
Hoy, más que nunca, López Obrador no reconocerá la derrota presidencial. Por el peligro que entraña, no es una locura ni estupidez reiterar esta advertencia temeraria, en tiempo y forma.
Lo hicimos como coordinador general del Movimiento Social Ciudadano Unidos por Oaxaca #UNO, al final de la Marcha en Defensa del Poder Judicial, la División de Poderes y la Democracia.
Reiteramos, el grito de alerta, para no perder la libertad, en la Mesa de Análisis de Estado Actual, con Taré Alaníz y Jorge González. Pedimos no pecar de ingenuos porque es pecar de tarugos.
Gracias a Dios, no somos los únicos que vemos el peligro, cibernautas advierten: “Estamos viendo en Acapulco el laboratorio y prueba piloto de la implantación de un régimen comunista militar”.
“Se evalúan reacciones de la sociedad y tomarlas en cuenta para la estrategia a gran escala. Para López y las Fuerzas Armadas este trágico episodio natural les cayó como anillo al dedo”.
¿Hasta qué punto nos daremos cuenta de que Acapulco es el laboratorio perfecto para Lopez Obrador de su dictadura Narco-Castro-Chavista? La demagogia y el rencor de AMLO no tienen límites.
Ricardo Pascoe: “Reina en Acapulco un ensayo de cómo podría funcionar un Golpe de Estado en Guerrero y, después, en el país. ¿Está AMLO ensayando un Golpe de Estado ante la eventualidad de una derrota electoral el próximo año?”.
Circula profusamente en las redes sociales el audio de un ciudadano que fue asaltado y golpeado por elementos del Ejército y la Guardia Nacional, mientras llevaba ayuda con sus hijos a Acapulco.
Es inaudito pensar que quienes están para protegernos son los que nos joden. Y esto pasa porque López Obrador le ha dado un poder fuera de todo control constitucional a las Fuerzas Armadas.
Afortunadamente, el socialismo es derrotado en Latinoamérica. Gustavo Petro perdió las elecciones regionales en Colombia, Bucaramanga, Barranquilla, Cartagena, Cali, Medellín y Bogotá.
Si hay justicia, el guerrillero Gustavo Petro, el peor presidente de la historia de Colombia, que llegó al poder de forma ilegal financiado por el narcotráfico, deberá terminar sus días en prisión.
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