La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), se fundó el 16 de noviembre de 1945. Su sede se encuentra en París, Francia, justo en la Place de Fontenoy 7 y cuenta con más de 50 oficinas fuera de París.
La misión de esta organización mundial es la de contribuir a la construcción de una cultura de paz, de erradicar la pobreza, de apoyar el desarrollo sustentable y fortalecer el diálogo intercultural, a través de la educación, las ciencias, la cultura, la comunicación y la información.
La preside Irina Bokova desde el 15 de noviembre del 2009 y reelecta para un segundo mandato en el 2013. Irina Bokova es la primera mujer de Europa del Este (Bulgaria) que encabeza la UNESCO.
Lo anterior me recuerda que un mexicano, Jaime Torres Bodet, destacado diplomático, secretario de Educación Pública en el gobierno del presidente Manuel Ávila Camacho, Secretario de Relaciones Exteriores en el gobierno del presidente Miguel Alemán, titular de Educación Pública en el gobierno del presidente Adolfo Lopez Mateos y presidente de la UNESCO de 1948 a 1952. Fue el primero y único mexicano que ha desempeñado esa responsabilidad.
Dicho lo anterior volvamos al tema de la Organización que tiene responsabilidades, obligaciones, deberes y compromisos que cumplir con gran parte del mundo, a través del financiamiento y contribuciones económicas de casi todos sus miembros que hasta el pasado miércoles eran 195. Estados Unidos dejó de cubrir sus cuotas desde el año 2011.
México por su parte, ha desempeñado papel preponderante en la Organización desde su fundación al haber sido uno de los catorce países que formaron la Primera Comisión Provisional y el séptimo país en rubricar el acta Constitutiva de la Organización.
Destaca el hecho de que México fue anfitrión de la Segunda Conferencia general de la UNESCO la cual reunió a 37 estados miembros y a 27 organizaciones no gubernamentales.
En el ámbito de la educación nuestro país cuenta con más de 500 escuelas incorporadas a la red del Plan de Escuelas Asociadas a la UNESCO, 41 Reservas de la Biósfera inscritas en la Red Mundial, 33 sitios escritos en la Lista de Patrimonio Mundial, diez Acervos en el Registro Internacional Mundial y siete expresiones culturales inscritas en la Lista representativa de Memoria del Mundo y siete expresiones culturales inscritas en la lista Representativa del patrimonio Cultural Inmaterial.
Oaxaca por ejemplo, ha sido una de las entidades que es muestra de las ventajas que se tiene al ser miembro de la UNESCO debido a la riqueza arqueológica que posee al igual que otros estados de nuestro país como Yucatán, Morelos, Hidalgo, Puebla, Chiapas, Estado de México, Paquimé en Chihuahua, Quintana Roo, Tabasco, Campeche, Tlaxcala, San Luis Potosí, Colima, Tzinzuntzan en Michoacán, Veracruz y Durango, que han aprovechado su riqueza histórica y cultural estrechando los vínculos con la UNESCO para desarrollar sus comunidades en los rubros educativos y turísticos.
Pero así como la institución desarrolla planes y programas con éxito con países como México en ocasiones enfrenta situaciones difíciles con sus miembros como son ahora los casos de Estados Unidos e Israel al haber decidido salirse de la Organización alegando un “sesgo contra Israel” y estableciendo una “misión de observación”, según anuncio Heather Nauert, vocera del departamento de Estado.
La UNESCO funge como palanca de apoyo altruista de los países miembros para realizarlos donde se necesiten como son las naciones africanas, los países árabes devastados por las guerras, los estados balcánicos que no han alcanzado el pleno desarrollo por las mismas razones y algunos países latinoamericanos con poblaciones de extrema pobreza.
La decisión no se tomó a la ligera y refleja la creciente preocupación de Estados Unidos con la deuda creciente con la UNESCO, la necesidad de una reforma fundamental de la organización y el continuado sesgo anti Israel en la UNESCO, afirmó la vocería del Departamento de Estado al surgir temas que han causado la indignación de Israel contra la UNESCO por aquella resolución que ignora los vínculos judíos con la Explanada de las Mezquitas.
Poco después de conocerse la retirada de Estados Unidos de la Organización, Israel anunció su salida y el inicio de retirada del organismo mundial.
La retirada de Estados Unidos de la UNESCO, obviamente significa una pérdida importante para la Organización de Naciones Unidas, toda vez que la universalidad es una de las bases de la Organización para el cumplimiento de sus fines como son el construir la paz y la seguridad internacionales tan afectadas en los últimos tiempos debido al crecimiento del terrorismo internacional y al aumento de la producción y venta de armas.
El actual retiro de Estados Unidos de la UNESCO no es nuevo, tiene sus orígenes desde el año 1974 cuando Estados Unidos había suspendido sus contribuciones financieras al organismo como represalia por el reconocimiento que la ONU hizo de la Organización para la Liberación de Palestina y sus condenas al Estado de Israel.
En 1984, Estados Unidos se retiró definitivamente de la organización y pasados 19 años, después de los ataques terroristas de Al Qaeda, siendo George W. Bush Presidente de Estados Unidos, decidió regresar al organismo.
Fue hasta el 2012 que la UNESCO aprobó el ingreso de Palestina a la organización como miembro de pleno derecho dando como resultado el malestar de Estados Unidos y que en represalia volviera a suspender el pago de sus cuotas al organismo.
Hay que agregar que, ante la actitud del gobierno de Estados Unidos, la UNESCO le canceló el derecho de voto dentro de la organización.
Por su parte el ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia dijo que la UNESCO “no perdía nada” con la decisión.
Sin embargo, es lamentable que las diferencias religiosas y políticas afecten labores pacíficas, educativas y culturales en beneficio de las naciones más necesitadas confirmando aquella máxima de Thomas Hobbes en su obra El Leviathan (1651) “El hombre es el lobo del hombre”.
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