Desde hace más de dos décadas, México reclama una reforma fiscal que fortalezca y estabilice las finanzas públicas. La “mini reforma” promovida por el Presidente Felipe Calderón el año pasado que aumentó en un punto porcentual el Impuesto al Valor Agregado e incorporó otras modalidades de impuestos especiales, ha demostrado que el país no se puede dar el lujo de emprender cambios diminutos, sino que debe atacar forzosamente todos los huecos fiscales que reducen la reacaudación a nivel nacional. En este aspecto, generalizar el IVA es una tarea fundamental.
Experto Opina
A corto plazo, sólo el impuesto puede sanar las finanzas
“No generalizar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) en México, es pura demagogia” señaló el investigador de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Pablo Pineda Ortega. El académico identifica en los huecos fiscales el prinicipal obstáculo nacional para construir una base fiscal sustentable. “Las excenciones son sitios de privilegio en nombre de la defensa a la economía popular, a pesar de las innumerables pruebas que desmienten esta visión”.
El especialista en temas económico-financieros considera que ante la dificultad para ampliar las base de contribuyentes a corto plazo, el IVA aparece como la única opción en el horizonte para garantizar la estabilidad del presupuesto público. Asimismo, agrega que la generalización del IVA no es una extrañeza global, ya que en América Latina se ha gravado en niveles que en México serían impensables. “En Argentina y Brasil, el IVA es de 18 y 23% respectivamente y está generalizado, sin matices absurdos”.
Para terminar, el académico sostuvo que una generalización del IVA, aunada a un fortalecimiento del programa Oportunidades, sería un escenarios que impacatría positivamente en el mecanismo redistributivo de la riqueza nacional. “El IVA con el que contribuyen los sectores económicamente más débiles de la sociedad es muy poco, sin embargo, al subsidiar los pocos pesos al pobre, estamos subvencionando miles de millones de pesos a las clases más enriquecidas de este país, así es, el esquema actual de IVA subsidia al rico”.
Controla tus Finanzas personales
1.- Lleva un registro de tus gastos.
Antes que nada, haz un rastreo del dinero que usas. En definitiva, ten mucha claridad en lo que gastas. Un buen ejercicio consiste en anotar durante 15 días lo que desembolsemos y en qué. En ese periodo debes anotar desde gastos variables como propinas o café hasta gastos fijos mensuales como la luz o el teléfono.
2.- Análisis de tu balance.
Si en esos 15 días has gastado cuatro mil 500 pesos y tu medio sueldo mensual es de cuatro mil pesos, rápidamente verás que estás gastando 500 pesos de más cada 15 días o sea, mil pesos más al mes. Es un dinero que no tienes y que sí estás consumiendo. Se trata, en definitiva, de dinero prestado: ¡Ojo con la tarjeta de crédito!
3.- Evaluación de cada gasto.
Haz una evaluación de cada ítem. Por ejemplo, si gastas 200 pesos al mes en cafés (uno grande en una tienda departamental oscila en los 15 pesos), analiza fríamente: ¿realmente son tan importantes esos cafecitos? o ¿podrías comprar un termo y llevarlo a tu lugar de trabajo? Cada uno de los ítems que consideres fundamentales puedes dejarlos. Los demás: ¡Afuera!
4.- Establecer metas.
Gastar menos es la meta general. Pero ¿cuánto menos? ¿Para qué? ¿Durante cuánto tiempo? Estas preguntas son importantes para poder llevar a cabo ese objetivo. Intenta armar una meta a largo plazo y establecer un fondo de ahorro para el retiro.
5.- Resistir tentaciones.
Todos tenemos justificaciones, excusas, que nos “disparan” el deseo de comprar. Es importante ver cuáles son las nuestras y poner en práctica el complicado arte de aguantarse. Al principio será muy difícil. Luego, moderadamente difícil y más adelante ya no lo será. Sobre todo en ciertas cosas.
6.- Olvídate del “me lo merezco”.
No te mereces pasarte 18 meses pagando por lo que compraste en un día. No te mereces estar angustiado por la falta de dinero la mayor parte del tiempo. ¿Pensaste en estos “no me merezco”? Todos nos merecemos tener cosas buenas, no se trata de “meritocracia”, se trata de planificación y de aprender a esperar para tener lo que deseamos.
Fuente: blog&lana.
En México existen muchas excenciones fiscales al pago de IVA: desde la tasa menor en la frontera hasta los libros y revistas y, por supuesto, todos los alimentos y medicinas que tiene tasa cero, o sea, no pagan un centavo de IVA. Dichas excenciones ascienden a 5% del PIB, de los cuales el 40% provienen de la falta de cobro a alimentos y medicinas (unos 180 mil millones de pesos).
Según estadísticas del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), 10% de las familias más pobres del país dedica 46% de sus ingresos en alimentos y medicinas, lo que equiavale aproximadamente a tres mil pesos anuales. Si se decidiera generalizar el impuesto, el incremento sería de 450 pesos, unos 37 pesos al mes por familia. Sin embargo, 30% de las familias más ricas del país, consumen mucho más y compran lujos que los sectores más pobres no pueden. Por ello, si se les cobrara IVA a alimentos y medicinas, estas familias pagarían alrededor de 100 mil millones de pesos en total, algo así como unos cinco mil pesos anuales por familia, lo que significa, diez veces más que lo que aportarían las familias más pobres del país.
Estos 37 pesos al mes que gastarían las familias más pobres, es una parte importante, aunque reducida del ingreso mensual de las familias. La caída del poder de compra de las familias sería de alrededor de 7%, es decir, en total, cada integrante de la familia “perdería” nueve pesos para ser utilizados en cualquiera de sus gastos. Dicha cifra es cercana a la inflación que experimentamos cada año.
En México, cada punto porcentual que no se cobra por consumo de alimentos y medicinas equivale a 11 mil millones de pesos. De esta cantidad de dinero, las ocho millones de familias más pobres de México se ahorran alrededor de 660 millones de pesos, mientras que las tres clases más ricas son subsidiadas con ingresos que ascienden a cerca de siete mil millones de pesos.
Si tomamos en cuenta que el presupuesto público tiene como prinicipal objetivo reducir las asimetrías sociales mediante la inversión en educación, salud y los distintos programas sociales, los recursos desembolsados por las clases más necesitadas podrían ser subsanados a través de distintos mecanismos que orienten el gasto de las clases adineradas a las clases populares. Por ejemplo, 7% que impacta a las clases más pobres se convertiría en 40% más de recursos recaudados por el IVA, que podría aumentar en gran cantidad el presupuesto a educación que este año ascendió a 300 mil millones de pesos o duplicar las ayudas que ofrece el programa Oportunidades a 5.8 millones de familias a nivel nacional.
De esta manera, las familias perjudicadas tendrían acceso a mejores planteles educativos, mejores centros de salud y demás servicios públicos que tienen como objetivo equilibrar las enormes distancias entre ricos y pobres existentes en este país.
Reacaudación del IVA en el mundo
(Puntos porcentuales del PIB)
A diferencia de los países europeos y latinoamericanos, México recauda una diminuta cantidad de ingresos por IVA. Brasil duplica a México en este rubro y países como España y Suecia lo superan ampliamente. Esto explica en parte la deficiencia de los servicios públicos en México comparados con estas naciones.