El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró que México paga un “precio muy alto” en la lucha que enfrenta contra el narcotráfico, por lo que pidió tomar el tema con seriedad.
“El gobierno mexicano ha tomado este tema con mucha seriedad y ha pagado un precio muy alto. Nosotros tenemos la obligación de tomarlo igual de seriamente, en parte, porque nosotros somos el destino final de una proposición muy importante de este mercado”, expresó.
En la sesión de preguntas y respuestas, tras la Cumbre de Líderes de Norteamérica, que se realizó de manera privada en la Casa Blanca, Obama refirió que en las partes más remotas de Estados Unidos y Canadá se está viendo el impacto del narcotráfico, por lo que pidió trabajar de manera conjunta.
“Creo que deberíamos preocuparnos por lo que ocurre en México y Centroamérica, porque cuando hay familias, mujeres, niños inocentes que son acribillados en las calles, eso es un problema de todos, no solamente es un problema de ellos”, indicó.
Señaló que si el narcotráfico tiene más espacios en Centroamérica, entonces tendrá un impacto y quizás un “contagio” que afecte a Estados Unidos y a la relación entre los países.
“En lugares como Estados Unidos y Canadá este es un tema que anteriormente era exclusivamente urbano, pero ahora se ha diseminado por todos los países, vemos que en las comunidades rurales hay venta de metanfetaminas que están devastando tanto a los jóvenes como a los viejos y algunas de esas drogas tienen su origen en México”, mencionó.
También Obama se comprometió a disminuir la venta de armas a México y se dijo preocupado por la situación que atraviesa el país en materia de seguridad.
Como parte de la cooperación, mencionó que se busca debilitar el narcotráfico en México. “Sabemos que tenemos la responsabilidad de reducir la demanda de las drogas y de cerciorarnos que no solamente las armas sino que también el dinero a granel fluya a México y el presidente Calderón reconoce la responsabilidad de aplicar medidas policiales y de procuración de justicia en México, así que seguiremos con nuestra colaboración trabajando juntos para tomar todas las medidas que sean necesarias”.
En su turmo, el presidente Calderón advirtió que si no se frena el tráfico de armas a México sería imposible que la violencia termine, e incluso, podría amenazar a la sociedad estadunidense.
Señaló que el gobierno del presidente Obama ha tenido una actitud “mucho más activa que en otros años” respecto a que las agencias de control y legalidad de Estados Unidos frenen el proceso de exportación de armas a México.
“Estoy absolutamente convencido de que si no se frena el tráfico de armas a México, es más, sino se restablecen mecanismos para prohibir las ventas de asalto nuevamente, como ya estuvieron prohibidas en la década de los 90 en Estados Unidos, o al menos para registrar plenamente las ventas de armas de asalto, no solo sería imposible que la violencia termine en México sino incluso puede amenazar en el futuro a la propia sociedad americana”, afirmó.
Mencionó que no puede haber plena seguridad en EU, Canadá ni México si no se tiene un sistema que permita que los mecanismos de cooperación actúen frente a amenazas que no reconocen fronteras, “que son transnacionales y no son sólo vinculadas al narcotráfico que por supuesto es transnacional”.
Sin nombrar el operativo Rápido y Furioso, Calderón dijo estar contra el tráfico de armas dentro de un dispositivo legal. “El gobierno de México no acepta ni lo puede aceptar bajo ninguna circunstancia, un trasiego controlado de armas”.
Al respecto, Obama dijo que se han encaminado esfuerzos para detener el trasiego ilegal de armas de norte a sur. “Es una tarea difícil que hemos tomado seriamente; hemos tomado pasos sin precedente y continuaremos coordinando estrechamente con el gobierno mexicano, porque reconocemos el gran precio que (la violencia) le ha cobrado a familias, comunidades e individuos en México”.
Agencias