En punto de la guerra de invasión de Rusia a Ucrania, y lo que ésta tragedia puede significar para el mundo entero, los países del planeta ya se configuraron en bloques de apoyo a uno otro lado de la confrontación: Quienes apoyan al país del girasol, como víctima de abusos y de invasión, y expresan su repudio a la acción bélica del presidente Vladimir Putin, de Rusia. O a la inversa.
Aunque por lo que se ve son más los primeros que los pro-rusos en la tierra. Los intereses van de lo económico a lo estratégico y a la solidaridad regional y nacional, como también a lo humano o al poder de la fuerza militar…
Y en medio de toda esta maraña de indignaciones e intereses, hay países clave. En este caso están involucrados gobiernos de Europa como los Estados Unidos de América: Los países de la OTAN, tan odiada por Putin y tan invocada por la contraparte.
Históricamente Estados Unidos ve como su zona de seguridad nacional a México. El país del sur está vigilado por ellos de forma permanente. Sus agentes pululan con o sin permiso del gobierno mexicano por nuestro territorio para garantizar la integridad y seguridad de EUA y sus habitantes.
Recientemente las cosas se han salido del orden tradicional por el que México ha sido aliado de EUA. Ocurrió en la Primera Guerra Mundial y, por ejemplo, la desactivación de aquel famoso Telegrama Zimmerman de Alemania al gobierno de Carranza. Ocurrió en la Segunda Guerra Mundial y la participación de México a favor de los Aliados. (Aquel Escuadrón 201 es el emblema de esta colaboración.)
Pero esta vez, cuando ocurre la invasión de Rusia a Ucrania, México ha optado por la ambigüedad. Ha optado por dar muestras de irresolución. Por un lado tardó en declarar desde el Palacio Nacional que lo que hacía Rusia era una verdadera invasión y la descalifica. En el Consejo de Seguridad de la ONU, del que el gobierno mexicano es parte, se ha invocado la paz y se alineó con los países que descalifican al gobierno ruso por su actitud beligerante.
Pero también, desde el gobierno federal mexicano se ha dado muestras de que no quiere quedar mal con Rusia y controla sus dichos, sus críticas y sus acciones en contra del gobierno de Vladimir Putin. Y en esto se alía con los países latinoamericanos proclives a Rusia como es el caso de Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia…
Pero México tiene una enorme desventaja: es el país vecino –frontera con frontera—de EUA y esto es un problema para todos en México. Esto porque Estados Unidos no quiere y parece que no permitirá que su vecino, con toda y su soberanía a cuestas, se decida apoyar al gobierno ruso.
Así que la guerra de declaraciones ha comenzado ya. Por un lado los estadounidenses, desde su secretaría de Estado dijeron que le preocupa la proclividad del gobierno mexicano hacia el gobierno ruso. Y esto es muy delicado para todos. De hecho peligroso.
“La agencia de espionaje militar de Rusia (GRU) tiene en estos momentos desplegados en territorio mexicano más oficiales de inteligencia que en cualquier otro país del mundo con el objetivo final de influir en las decisiones que toma Estados Unidos.” Así lo declaró el jueves 24 de marzo el jefe del Comando Norte estadounidense, Glen VanHerck.
El militar hizo estas declaraciones durante una sesión del Comité de Servicios Armados del Senado de EUA, en la que añadió que lo que busca el Kremlin es lograr acceso a EUA desde México.
Estas declaraciones son hechas casi al mismo tiempo que los reclamos que el embajador de EUA en México, Ken Salazar, expresó el 23 de marzo, luego de llevarse a cabo un acto en la Cámara de Diputados para presentar a un grupo de amistad México-Rusia promovido por el Partido del Trabajo y con la participación de algunos legisladores de distintos partidos, incluido Morena.
En este evento que pudo contar con la anuencia de Palacio Nacional, hubo la presencia de diplomáticos rusos, justo a punto de cumplir un mes del inicio de la invasión a Ucrania. “Tenemos que estar en solidaridad con Ucrania y contra Rusia”, reclamó Salazar. “El embajador de Rusia estuvo ayer y dijo que México y Rusia son cercanos, eso nunca puede pasar”, advirtió.
Por supuesto el gobierno de México está en su derecho de simpatizar y apoyar a quien considere que tiene la razón o a quien ve como aliado en defensa de sus propios intereses internos. Aun así, el gobierno mexicano debe medir sus propias fuerzas económicas y políticas –e incluso militares—al decidir sus apoyos en momentos críticos como los que vive hoy el mundo.
La confrontación de las dos potencias: EUA y Rusia, ven a México como parte estratégica para sus intereses por ser vecino de Estados Unidos, que quiere mantener su propia seguridad a toda costa en México; los rusos quieren o intentarán dañar a EUA por el sur de aquel país.
¿La neutralidad mexicana será permitida en cualquier caso? Muy probablemente no. Y eso es de altísimo riesgo para los mexicanos. Pero también es cierto que lo que ocurre fuera de México es una guerra que no es guerra mexicana. No de su pueblo.
El gobierno mexicano tiene que tomar decisiones extremadamente cuidadosas y en defensa de la paz, la integridad y la seguridad nacionales. Es un momento crítico y el gobierno de México debe actuar a la altura de los intereses mexicanos y de nuestra seguridad y preservación intactas.