Un grupo de estudiantes del Politécnico desarrollaron un auto eléctrico de bajo costo que se construyó a partir de un chasis de un Volkswagen sedán modelo 1975, conocido como vocho, y que alcanza una velocidad de 70 kilómetros por hora y su batería dura 45 kilómetros.
Los jóvenes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) calculan que el vehículo costaría alrededor de 140 mil pesos, valor 70 por ciento menos al precio de un auto eléctrico de agencia, lo que le permitiría competir con otros compactos que existen en el mercado.
Otra ventaja es que las baterías, que tendrían una vida útil mínima de tres años, se pueden recargar en cualquier enchufe, por lo que no es necesario usar plataformas especiales ni adaptadores, como lo requieren los otros automóviles eléctricos que se venden en México.
El mantenimiento del vehículo también incluiría cambiar las balatas o fusibles, pues al tomar como base un Volkswagen todo es mecánico como la dirección, la caja de velocidades y los frenos, agregaron los estudiantes.
El auto cuenta con un motor de corriente directa de excitación independiente y funciona con un rango de voltaje de 36 a 92 voltios (V) y es alimentado con un banco de seis baterías de ácido plomo de ciclo profundo de 8 V cada una.
También, el flujo de energía se determina a través de un controlador alltrax que soporta hasta 500 amperios (A) pico, lo que permite tener una potencia en el motor de 15 caballos de fuerza, se explica en un comunicado del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Emilio de la Torre, alumno de esta casa de estudios, comentó que además de ser un proyecto para graduarse, el objetivo también fue aportar un vehículo viable para conducir en la ciudad de México, reducir la contaminación y que circulara diario.
El proyecto inició en 2014 y fue desarrollado por los estudiantes de Ingeniería Mecánica, Kelmi Torres, Arlin Acosta, Ivette Luviano, Emilio de la Torre y Daniel Ordaz con la asesoría del ingeniero Víctor Román Reyes González.
Además, el papá de Emilio de la Torre financió el proyecto 180 mil pesos para que se llevara a cabo.
En el desarrollo, que financió con 180 mil pesos el papá del estudiante Emilio de la Torre, se utilizó el chasis de un ‘vocho’ para ahorrar costos de diseño y manufactura, además de ayudar a reducir la basura.
Tras diversas pruebas, el equipo de trabajo decidió cambiar la estructura del auto por una de fibra de vidrio de un VW Bug Boogie, que es un modelo que no salió a la venta, pero que le permite al auto politécnico tener una carrocería que pesa 120 kilogramos.
A pesar de esta mejora, el principal cambio que necesita su modelo es tener un mejor banco de baterías que permita mínimo 80 kilómetros de autonomía del vehículo, por lo que los politécnicos están conscientes de que aún queda mucho trabajo para mejorarlo.
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