Cuando muchos pensábamos que ya no se repetiría un momento como el del 2006, en esta ocasión fue peor.
Aunque muchos lo nieguen, los maestros de la 22 tienen mucha responsabilidad por ser los convocantes a las diversas organizaciones a participar en su lucha.
Los grupos invitados actuaron como sus chalanes. Ellos han hecho la obra negra de todo el desmán a lo largo y ancho de la entidad oaxaqueña.
El primer convocante a este movimiento fue Andrés Manuel López Obrador. La sección 22 fue su vocera ante las organizaciones para respaldar la convocatoria del creador de la “honestidad valiente”.
Las instrucciones de la 22, las realizaron con todo detalle en cada uno de los puntos destacados. Allí estaban los del Frente Popular Revolucionario (FPR), los del El Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEP), los del el Frente Indígena de Organizaciones Binacionales (FIOB), los del el Movimiento Agrario Indígena Zapatista (MAÍZ) el Frente Amplio de Lucha Popular (FALP) y la organización COMUNA.
Habrá que agregarle a esta lista los anarcopunks y los supuestos padres de familia que respaldan esa ideología, según la (CNTE).
Es cierto que los ánimos de muchos oaxaqueños están crispados. Hay muchos que están a favor y otros en contra de lo que sucedió el domingo de la semana pasada en Nochixtlán, y de los días siguientes de esta semana, porque todos, participantes o no, de alguna manera nos hemos vimos afectados en todos los sentidos y en todos los aspectos.
En medio de todo el alboroto, la sección 22, en una conferencia de prensa exigió la renuncia inmediata del gobernador del estado Gabino Cué Monteagudo.
Por otro lado, le renuncian al gobernador dos secretarios de su gabinete.
Un poco más tarde, en otra conferencia de prensa, el PRD, se deslinda del gobernador del estado por los hechos registrados en Nochixtlán, y aseguraron que buscarán juicio político contra Gabino cuando ellos mismos, los perredistas, lo llevaron al poder. Ellos son los que gritaron por todos los rincones de la entidad que Gabino era el bueno y que no había otro como él. Ahora nos dicen, estos convenencieros, que es el peor.
Es cierto que Oaxaca está ardiendo. Todos reconocemos que estamos pasando por un momento de peligro. Es cierto también que mucha gente se siente agredida por los muertos y heridos en la zona de la mixteca.
Lo que no se vale, es que a través de mentiras los maestros de la 22 y miembros de las organizaciones que les acabé de mencionar, inciten a la gente a levantarse en contra, ya no del gobierno, sino de la misma sociedad.
Me explico. Desde el mismo domingo 19, comenzaron a circular cuantiosamente en las redes sociales unas imágenes de unos hombres quemados y decapitados tirados a la orilla de una carretera con un pie de foto que hace alusión a lo sucedido en Nochixtlán. Esa fotografía no corresponde a ningún punto de la entidad. Es una fotografía, si no me equivoco, del año pasado que fue un cobro de cuentas entre narcotraficantes.
Esa fotografía la están presentando en los pueblos de la Mixteca, principalmente, como real, y la gente, al verla, se ha enardecido. Ahora muchas de las poblaciones que han comprado esa mentira, dicen estar dispuestos a levantarse en contra del gobierno.
Está bien que la gente tenga enojo, que se sienta impotente ante el poder de las balas, pero lo que no está bien, es que un grupo de maestros y miembros de las organizaciones, recorran los pueblos con esa mentira. Lo que pretenden, es llevar a la gente a que derrame su sangre. Ojalá nunca llegue ese momento.
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