* Gobiernos, políticos y empresarios, usan al crimen organizado y al narcotráfico para matar periodistas, pero no a los propietarios y concesionarios de los medios de comunicación, salvo excepciones, porque son sus cómplices.
* Urgente es demandar la intervención de los organismos internacionales defensores de los derechos humanos de la integridad física y de la vida de los periodistas, así como de la Libertad de Expresión, de Prensa y del Derecho a Saber.
Bienvenidas las diversas manifestaciones de protesta locales y nacionales contra el genocidio de periodistas y, sobre todo, contra la criminal impunidad. ¡Ya basta!
No obstante la trascendencia vital de la unión, más que de la unidad gremial como estrategia de supervivencia, esta no basta por sí sola, si no se acompaña de otras acciones.
Con realismo optimista, no podemos pecar de ingenuos. Debemos empezar por reconocer y aceptar que los periodistas estamos solos en esta lucha. Somos los grandes huérfanos.
¿Dónde está la voz de los propietarios y concesionarios de los medios de comunicación tradicionales, prensa, radio y televisión, a diferencia de la solidaridad de los emergentes?
¿Por qué los gobiernos, políticos y empresarios usan al crimen organizado y al narcotráfico para matar periodistas, pero no a los propietarios y concesionarios, salvo excepciones?
Uno de los ejecutores del periodista Heber López Vásquez es hermano de la ex Agente Municipal de las Salinas del Marqués, de Morena, y esposo de la alcaldesa priista de Jalapa del Marqués.
Mezquinamente, no tenemos apoyo ni solidaridad de los capitanes de los medios de comunicación porque para proteger sus intereses son cómplices del gobierno en turno.
Son tan estúpidos que fácilmente olvidan las amargas lecciones de la historia lejana y reciente por parte de los gobiernos autoritarios y antidemocráticos por dictatoriales.
En 63 años de la dictadura de Fidel y Raúl Castro en Cuba solo existe un diario, radio y televisión estatal, recientemente en Venezuela Maduro se apoderó del diario El Nacional.
Los jefes del crimen organizado y del narcotráfico no deben olvidar que finalmente son traicionados por sus cómplices políticos, militares y policías, en los gobiernos en turno.
Los sicarios enviados a matar periodistas generalmente son ejecutados por sus propias bandas o carteles para callarles y garantizar la protección de sus jefes y cómplices.
El Gobierno de la 4T tiene agarrados a propietarios y concesionarios porque la mayoría evaden impuestos, lavan dinero y son adictos a las drogas. Son conocidos diversos casos.
Por tanto, aunque nos duela e indigne, a querer o no, guste o no, continuará el baño de sangre de periodistas mexicanos, mientras el mundo global no voltee sus ojos a México.
Los imperios, no tienen amigos, sino intereses, y la creciente espiral de violencia, cada día más brutal, genera multimillonarias pérdidas económicas a sus inversiones y empresas.
Los tratados de libre comercio con Estados Unidos y Canadá, la Unión Europea y Asia, obligan a garantizar las inversiones de sus socios empresariales en un clima de paz social.
¡Quien tenga que morir, morirá, pero no del todo, mientras perdure su nombre en la memoria colectiva. Su sangre irriga y abona la primavera de la democracia y la justicia!
De ahí la importancia vital de las quejas y denuncias por la violación de los derechos humanos fundamentales a la Libertad de Expresión, de Prensa y del Derecho a Saber.
Sabemos de antemano que no prosperarán las quejas y denuncias ante las Comisiones Estatales y Nacional de Derechos Humanos, pero tenemos la opción del Juicio de Amparo.
Debemos estar conscientes que la Ley solo se aplica de manera selectiva por venganza política por las autoridades ministeriales y judiciales, pero no en reclamo de justicia.
Agotar las instancias nacionales abre la puerta a demandar la intervención de organismos internacionales defensores de la Libertad de Expresión, de Prensa y el Derecho a Saber.
Urgente es demandar, también, la intervención de los organismos defensores de los derechos humanos fundamentales a la integridad física y a la vida de los periodistas.
Para tener éxito más temprano que tarde, es condición indispensable que la presentación de quejas y denuncias sea masiva por la violación de los derechos humanos y la Ley.
En un Estado fallido trocado en narco estado, sin plena división e independencia de poderes como el actual, el único contrapeso real son los medios de comunicación.
La ingeniería constitucional de México garantiza la plena y total impunidad. Los legisladores no son tan estúpidos para comprar la soga con la que pueden ser colgados.
En consecuencia, gobernantes de cualquier signo y color no temen al imperio de la Ley por sus vicios de origen. Tampoco temen a su conciencia porque no tienen escrúpulos.
Pero los gobernantes y políticos temen al juicio soberano de la historia por egocéntricos y megalómanos, por la soberbia que les invade, hasta hacerles sentir que son semidioses.
Ello explica de manera simple, no simplista ni mucho menos simplona, la causa, razón y motivo por la que el Gobierno de la Cuarta Transformación atenta contra los periodistas.
alfredo_daguilar@hotmail.com
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