El 31 de mayo de 2002, en el cuarto año de gobierno de Pepe Murat, ocurrió la masacre de Santiago Xochiltepec, en el paraje conocido como Agua Fría, con saldo sangriento de 26 campesinos masacrados.
Los probables responsables materiales fueron los vecinos de Santiago Xochiltepec, Santiago Textitlán, oriundos de Santo Domingo Teojomulco, ambas comunidades indígenas y campesinas zapotecas de Sola de Vega.
Hoy, a 16 años tuvo lugar otra masacre en la zona chontal, en Santa María Ecatepec, presuntamente por la diputa de 3,600 hectáreas, por parte de sus vecinos de San Lucas Ixcotepec, pertenecientes a San Carlos Yautepec, con saldo sangriento de 13 muertos, un lesionado y un desaparecido.
Los comuneros de Santa María Ecatepec habían acudido a limpiar sus supuestos cultivos de maguey, por lo que es indispensable que la Fiscalía General del Estado investigue si son reales los cultivos de maguey o entre éstos hay también cultivo de enervantes.
Es de llamar poderosamente la atención el “modus operandi” en ambas masacres con armas de alto poder por comandos encapuchados, supuestamente por la disputa por límites agrarios, que evidencia organización paramilitar.
A reserva de abundar en otra entrega, no se debe pasar por alto que hasta antes de la masacre ambas comunidades habían sostenido doce Mesas de Trabajo, a partir del 11 de julio de 2017 a junio de este año, con funcionarios de la Secretaría General de Gobierno, la Procuraduría Agraria y SEMARNAT. La siguiente reunión sería el próximo 10 de agosto.
Los representantes de Bienes Comunales de las dos comunidades y el Agente de Policía municipal de San Lucas Ixcotepec ratificaron el compromiso de mantener la paz y tranquilidad en la zona en conflicto en los Acuerdos de la Minuta de Trabajo, levantada el pasado 8 de junio de 2018.
Aun cuando los conflictos agrarios son ancestrales, ahora, sin embargo, hay dos elementos más sumamente preocupantes, la presencia real del narcotráfico y la guerrilla en la Sierra Sur que comprende a Santiago Xochiltepec y Santa María Ecatepec.
Los grupos armados existen en la región desde los 70. Los guerrilleros del PROCUP que ejecutaron al Secretario General de la UABJO, Carlos Hernández Chavarría, dirigente del Partido Comunista en Puebla, eran de Chaneque Verde, Santiago Textitlán.
Los gabinistas infiltrados en los altos mandos y mandos medios en el gobierno de Alejandro Murat sabotean permanentemente los planes, programas y acciones de éste aprovechando, sobre todo, la ineptitud y desconocimiento de Oaxaca de sus amigos y colaboradores más cercanos, motejados como “yupis”.
De esta manera, desde esos altos mandos y mandos medios, ubicados en secretarías y dependencias estratégicas, se traiciona cotidianamente al gobernador Alejandro Murat, a partir de las ambiciones despertadas en los gabinistas por el triunfo de Manuel Andrés López Obrador (MALO) y el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
El candidato presidencial vitalicio de la izquierda populista capitalizó a su favor, asimismo, la estructura burocrática heredada a Alejandro Murat por sus aliados y cómplices Gabino Cué Monteagudo, Jorge Enrique Castillo Díaz y Ángel Benjamín Robles Montoya, entre muchos otros.
Además de sus 18 largos años de campaña, con probable financiamiento del narcotráfico como se ha denunciado documentadamente por diversos medios de comunicación y PejeLeaks, el éxito de Manuel Andrés López Obrador ha radicado en capitalizar a su favor el Estado fallido en México.
Es innegable que habrá más masacres disfrazadas de enfrentamientos por conflictos agrarios en otras regiones, quizás en los Mixes, la Sierra Norte o la zona Triqui. Importante es escudriñar de quién o quiénes son las manos negras que mecen la cuna de la violencia política en las regiones de Oaxaca.
En tales condiciones, obligado es preguntar quién o quiénes están detrás de la masacre de Santa María Ecatepec. ¿Acaso el “garañón” sacerdote guerrillero Uvi, Romualdo, Wilfrido, Francisco, Mayrén Peláez, apoderado legal de la Arquidiócesis de Antequera-Oaxaca?
¿Además del coordinador de la Comisión Diocesana de Justicia y Paz de la Arquidiócesis de Antequera estará detrás de la masacre de Ecatepec, Flavio Sosa Villavicencio, dirigente estatal de Comuna, o la dupla Diódoro Carrasco Altamirano y Gabino Cué Monteagudo?
¿O la mano negra que mece la cuna que está detrás de la violencia política en Oaxaca es la del ex gobernador Ulises Ruiz Ortiz (URO) o bien de la narcoguerrilla? El Fiscal General del Estado, Rubén Vasconcelos, confirmó que hay siembra de enervantes en la zona en conflicto en la Sierra Sur.
Al igual que la retención y agresión a los dos mil trabajadores del complejo de Ciudad Judicial, la masacre de Santa María Ecatepec es una nueva trampa tendida al gobernador Alejandro Murat y Héctor Anuar Mafud en una especie de carambola de dos bandas. Estorban a oscuros intereses.
¿Quién o quienes sabían o “filtraron” desde el propio Gobierno del Estado que una comisión de altos funcionarios del Banco Mundial se reunirían el miércoles del ataque a Ciudad Judicial? ¿Quién o quienes sabían que el gobernador Alejandro Murat Hinojosa estaba ausente de Oaxaca?
La existencia de vacíos de las instituciones de los gobiernos federales y estatales en la región, ha llevado a Organizaciones no Gubernamentales, grupos y sectas religiosas, católicos y protestantes, y partidos políticos, a formar cuadros de base social en la Sierra Sur.
A los anteriores grupos de presión, se suman de manera destacada los representantes del magisterio democrático y cuadros de la guerrilla del Ejército Popular Revolucionario (EPR), quienes manipulan y abanderan las demandas de estos pueblos olvidados.
Es innegable que el PRI-gobierno, fue el primero en mandar “al diablo las instituciones”. MALO, como priista autoritario de viejo cuño, también lo hace, a través del Movimiento de Regeneración Nacional y de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
Que el Estado mexicano siga en deuda con los pueblos indígenas no justifica la violencia. La deuda histórica es más grande aún con los oaxaqueños, que reúne casi la cuarta parte de grupos y pueblos indígenas del país, dieciséis; y que reúne también la mayor superficie de propiedad comunal indígena.
En otras palabras, Oaxaca es la versión postmoderna de la Torre de Babel en la que es más que difícil debatir el complejo tema de los territorios indígenas en el que prácticamente dos tercios del territorio de Oaxaca son territorios indígenas comunales de lo que se aprovecha Manuel Andrés López Obrador, Morena, la CNTE, organizaciones sociales como Comuna y las Iglesias.
La Historia, madre y maestra delos seres humanos, enseña que en el devenir del tiempo el mayor error de los grandes conquistadores militares y políticos de ayer y de hoy, es abrir varios frentes de batalla al mismo tiempo. Al final son derrotados por sus múltiples enemigos.
Craso yerro que por soberbia cometió Ciro II El Grande de Persia, Alejandro III de Macedonia, mejor conocido como Alejandro Magno de Grecia, Cayo Julio César de Roma, Napoleón I Bonaparte de Francia y “El Führer” Adolfo Hitler de Alemania, entre otros.
Los cinco amos de los mayores imperios del mundo conocidos hasta ese momento incurrieron en semejantes o iguales desaciertos. A todos los perdió la soberbia y la desmedida ambición por el poder y las riquezas. Cometieron graves crímenes, traicionaron y fueron traicionados.
La Historia, también enseña que ésta no es rectilínea, menos circular, sino en todo caso elíptica. Ciertamente, de vez en vez suele repetirse a la distancia del tiempo, porque quien no conoce su pasado histórico suele tropezar con la misma piedra dos o más veces. Pepe y Alejandro Murat lo saben muy bien.
@efektoaguila