A 520 del llamado Descubrimiento de América los descendientes de los pueblos originarios siguen padeciendo las penurias que trajo consigo la conquista española; por lo que la Conmemoración del “Día de la Raza” es oportuna y obliga a ponderar esfuerzos y solidaridad en integrar un marco legal que matice los rezagos sociales, que erradique los problemas de identidad y discriminación potencializando a la vez, una creencia de lo nuestro, nuestra identidad fuerte y orgullosa, asentó el Senador de la República Benjamín Robles Montoya.
Por lo que, consideró: “Requerimos redefinir el bien jurídico tutelado acorde a los instrumentos internacionales, a la libre determinación, preservando la pluralidad étnica y cultural que caracteriza al pueblo mexicano, elevando a rango constitucional la definición del sistema normativo interno como el conjunto de principios generales, normas jurídicas, orales o escritas, procedimientos e instituciones, que los municipios y comunidades reconocen como válidas y vigentes”.
Y agregó que: “Estas normas nuestros pueblos las utilizan, entre otros, para regular sus actos públicos; establecer su organización sociopolítica y los requisitos de participación ciudadana; para elegir a sus autoridades locales; resolver sus controversias internas; tomar participación en los asuntos que son susceptibles de afectarles; y proteger sus principios, valores y culturas políticas propias”.
El representante de Oaxaca ante el Pacto Federal destacó que es necesario construir una sociedad incluyente, en la que la tolerancia sea el pilar de la cultura, una sociedad sin racismo y xenofobia para acercarnos a una sociedad más justa e igualitaria. “Requerimos hoy más que nunca, una sociedad en la que todos tengan acceso a empleo, educación, salud, alimentación, al desarrollo”, dijo.
“Reconocemos que el Estado de Oaxaca, cuna de al menos 60 grupos lingüísticos, el mayor Estado con riqueza originaria, sea vanguardia de legislación y procurar los derechos y el respeto a la autodeterminación de las comunidad y pueblos indígenas, expresada en la autonomía política, esto es, la facultad y capacidad que tienen municipios y comunidades para dotarse de sus propias reglas y procedimientos para la elección de sus autoridades”, enfatizó Robles Montoya.
El 12 de octubre de 1492 representó para Europa la posibilidad de unir dos mundos, con la idea de la expansión de mercados, y de sus propios dominios. A 520 años del desembarque español a tierras americanas, Cristóbal Colón nunca se imaginó que con ello, sobreviniera más de 3 siglos de imposición de una cultura ajena a Mesoamérica. Con la dictadura del evangelio se catapultó la batalla por aniquilar la raza originaria e instaurar en el colectivo clasista la abominación de lo indígena, de lo indio, reprochó el congresista.
Es cierto, el llamado descubrimiento de América trajo consecuencias económicas de expansión importantes al crearse rutas comerciales hasta la fecha desconocidas; también lo es que el mundo no puede entenderse sin la simbiosis que representó la unión entre la cultura precolombina y la europea, la riqueza de la mixtura que los pueblos americanos y los pueblos del viejo continente aportaron conocimientos, costumbres, formas de vida, forma de gobierno, manifestaciones artísticas y muchas cosas más que prevalecen hasta hoy en día.
Pero, aclaró que “limitarnos solo a estas implicaciones resultaría traicionar los 60 millones de pobres que aún existen en nuestro México. Olvidarnos de los medios que justificaron los fines de la Corona española, representa ignorar que gran parte de la población americana, especialmente aquella que desciende de sus naturales habitantes sigue padeciendo las penurias que trajo como consecuencia el proceso de conquista y colonización”.