08:14 El Banco de México decidió este viernes mantener sin variación la tasa de interés de referencia, en 4.5 por ciento anual, después de considerar que la incertidumbre en los mercados financieros locales asociada con la crisis en Europa se ha relajado y el valor del cambio del peso frente al dólar comienza incluso a recuperarse.
La producción y las exportaciones manufactureras de México han reflejado el dinamismo de la actividad industrial en Estados Unidos, apuntó el banco central, en un comunicado. El consumo y la inversión del sector privado continúan rezagados, aunque recientemente han presentado una cierta mejoría, añadió.
Expuso que la incertidumbre asociada con la crisis europea generó una mayor volatilidad en el mercado cambiario del país, aunque aseguró que el tipo de cambio ha tendido a estabilizarse y ha mostrado en las últimas fechas una apreciación. Por su parte, apuntó, las tasas de interés de largo plazo han disminuido de manera importante.
El banco central dio cuenta de que la inflación anual en mayo descendió a 3.92 por ciento, inferior al 4.27 por ciento anual de abril. El comportamiento de los precios, apuntó, refleja efectos de temporada, como la disminución de tarifas eléctricas por inicio de verano, pero también es cierto que los precios muestran una evolución favorable más allá de dichos efectos.
“Hacia adelante, se estima que el comportamiento de la inflación siga siendo congruente con la previsión que se dio a conocer en 2009”, de que este año los precios no superen 5.2 por ciento anual.
En el comunicado el organismo consideró que el reciente episodio de inestabilidad en la Unión Europea ha acentuado las diferencias sobre las perspectivas de crecimiento económico entre regiones y países. En Estados Unidos, las previsiones para el consumo y la inversión no residencial han mejorado; no obstante, el desempleo se mantiene elevado, apuntó.
Dijo que el impacto de los eventos en Europa sobre la economía estadonidense parece limitado, ya que el nivel de sus exportaciones hacia esa zona es bajo y la exposición de sus instituciones financieras a la deuda de los países en problemas es reducida.
“En la Unión Europea, si bien la volatilidad en los mercados financieros ha disminuido recientemente, ello ha resaltado la necesidad de que la región consolide su situación fiscal, por lo que los riesgos a la baja para el crecimiento económico mundial se han acentuado. Por su parte, las principales economías emergentes han mantenido un ritmo de crecimiento vigoroso e, incluso, en algunas ya existen preocupaciones de sobrecalentamiento e inflación. Lo anterior ha conducido a una menor sincronía entre los ciclos monetarios de los países”.
La Jornada