La Noche de Rábanos es una ocasión en la que se fomenta, entre las y los infantes, la preservación de las tradiciones oaxaqueñas
Las y los pequeños ganadores recibieron como premio a su creatividad un diploma y una bicicleta
La Noche de Rábanos, que se celebra cada año, el 23 de diciembre en el Jardín de la Constitución de la capital oaxaqueña, es una ocasión no solamente para mostrar la habilidad e imaginación de las personas artesanas de Oaxaca, sino también una oportunidad para preservar las tradiciones de nuestra tierra.
En su edición 114, el Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez fomenta y premia la participación infantil, ya que las niñas y los niños aportan su frescura a esta fiesta y son, además, quienes en el futuro aseguren la continuidad de una celebración que ha dado fama internacional a Oaxaca.
A pesar del avance del tiempo y del cambio de los usos y costumbres de las nuevas generaciones, la ocasión para reunirse en el corazón de la ciudad y compartir con el mundo la interpretación de temas tradicionales a través de elementos asociados a la tierra, como los rábanos, la hoja de maíz y la flor inmortal, sigue siendo algo importante en Oaxaca.
El 22 de diciembre, en los terrenos de la Secretaría de Desarrollo Forestal y Pesca (Sedafp) ubicados en el Parque El Tequio, se llevó a cabo una cosecha especial de los rábanos que fueron convertidos por manos infantiles, en figuras de alucinante fantasía.
Bajo la dirección de la maestra Adriana Audiffred, en el taller que lleva el nombre del maestro Atanacio García Tapia, quien dedicó su vida para llevar el arte a las y los infantes, las pequeñas y los pequeños dieron rienda suelta a su desbordante fantasía.
El 23 de diciembre el Jurado Calificador hizo su recorrido en el área dispuesta especialmente para el arte infantil; las y los integrantes del cuerpo colegiado admiraron con beneplácito y orgullo el trabajo de quienes son la semilla de esta tradición, que con su participación, aseguran la continuidad de una de las celebraciones navideñas más originales del planeta.
Dicho jurado, estuvo integrado por Rubén Vasconcelos Beltrán, cronista de la ciudad de Oaxaca; Margarita Toledo García, presidenta de la Asociación Folklórica de Oaxaca; Soledad Díaz Altamirano, integrante de la Asociación FolKlórica de Oaxaca; Víctor Vásquez Labastida, director de la Compañía de Danza Costumbrista de Oaxaca; Fernando Rosales García, director del Ballet Folklórico de Oaxaca A.C. y Magdalena Rivera Luis, presidenta de la Asociación de Hoteles de Oaxaca.
Finalmente, como jugando, las pequeñas y los pequeños lograron construir obras de apreciable valor artístico, y el esfuerzo fue premiado con una bicicleta y un diploma, la lista de pequeños ganadores de una bicicleta y un diploma es la siguiente: en la Categoría A, el primer lugar fue para, Josué Alejandro García García, con la obra “Mani Duixi Napa Be”; el segundo lugar lo obtuvo Camila Martínez Calvo, con la obra “Oaxaqueña Vendiendo Chapulines”; y el tercer lugar fue para Estrella Betsabé García Contreras, con la obra “Vendedora de Flores”.
En la categoría B, el primer lugar fue para Laura Raymundo Sánchez, con la obra “Jinete de Jaripeo”; el segundo lugar lo obtuvo, Camila Cervantes Cruz con la obra “Cena Navideña” y el tercer lugar fue para Gema Eunice Escamilla con la obra “El Nacimiento”.
Todas y todos recibieron su premio de manos del gobernador Gabino Cué y el presidente municipal Luis Ugartechea Begué.
El Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez, presidido por Luis Ugartechea Begué, tiene la firme convicción de que, a través de la cultura se afirma la identidad y se refuerzan los lazos sociales, por ello, no escatimó esfuerzo, inversión y cuidado en todo el proceso para llegar a esta feliz culminación de Noche de Rábanos, desde la adquisición de las semillas del tubérculo, los implementos para su cultivo, la cosecha de los rábanos y la organización de la exposición de trabajos, el monto entregado en efectivo como premio y la organización de la fiesta.
Para el Municipio de Oaxaca de Juárez, a través de la Dirección de Turismo Municipal, es un orgullo, contribuir a la preservación y difusión de nuestras tradiciones.
A lo largo de 114 años, lo que originalmente fue un mercado de vigila de Navidad, se convirtió en una de las fiestas más renombradas del calendario oaxaqueño, de carácter único entre las celebraciones navideñas de México; en ella, sale a relucir la destreza de las manos oaxaqueñas para convertir casi cualquier material, en una obra de arte popular.