Martha es una joven de origen guatemalteco; con tan solo 18 años y un embarazo de 3 meses salió de su tierra natal -San Pablo y San Marcos- en busca de un futuro mejor, lo que encontró a su paso es sufrimiento y dolor, primeramente en Tapachula donde fue asaltada junto con otros migrantes, siendo despojada de todo lo que traía consigo.
Posteriormente toda una odisea para llegar a Ciudad Ixtepec al Centro de Apoyo al Migrante, con ayuda de una amiga salvadoreña que se salvó de ser asaltada y que contaba con 300 pesos para el viaje hacia Los Estados Unidos.
Comenta Martha que solo estudió la primaria, que desde los 10 años trabaja limpiando casas y cuidando niños en Tapachula, Chiapas, por lo cual su acento y su fisonomía podría ser como la de cualquier mexicano. No tiene comunicación con su ex pareja y cuenta con un hermano que vive y trabaja en un hotel en Tijuana, mismo que está ahorrando para pasar al otro lado.
Ella salió de su tierra natal sin informarle a su madre lo que tenía planeado hacer, en su casa se quedaron sus tres hermanas de 9, 13 y 16 años respectivamente; así como su primer hijo que cuenta con 2 y medio años de edad; la encargada de cuidarlo es su hermana menor de 9 años, ya que los demás salen a trabajar en una finca cafetalera, obteniendo por ello tan solo 25 quetzales por dia, cada una (aproximadamente 39 pesos).
Hoy Martha tiene 6 meses de embarazo y con apoyo de una familia oaxaqueña que no la dejó partir y que hizo conciencia en la migrante, va a nacer su hijo acá. Cuenta con apoyo médico y observación de su embarazo.
Se le preguntó que si pudiera enviar un mensaje a su familia en Guatemala, ¿qué les diría?, a lo que con lágrimas en los ojos expresó: “Mama, perdóname, tú sabes que en Guatemala dejé lo que más quiero, estoy arrepentida; cuida mucho a mi hijo, perdóname por no haberme venido sin decirte nada, los quiero mucho y espero verlos pronto…”
Agencia JM