“No es tarea fácil dirigir a hombres; empujarlos, en cambio, es muy sencillo”
Rabindranath Tagore
El lunes 11 de Mayo de 2015, en la Ciudad de Oaxaca, fuimos testigos de un esfuerzo sin precedente en las campañas políticas para Diputados Federales: pudimos presenciar un debate entre los candidatos, al menos los del Distrito VIII, el que incluye la Ciudad de Oaxaca de Juárez. Muchas veces en las campañas políticas vemos ejercicios de este tipo, la mayoría de las veces desde esfuerzos académicos (universidades) o de medios de comunicación, pero pocas veces se realiza un debate organizado por la autoridad electoral, las cámaras empresariales y con la participación de todos los candidatos.
En ese esfuerzo por intentar informar a la gente acerca de los planes y acciones que realizarán quienes pretenden llegar a ser nuestros representantes en San Lázaro, se contrató a Luis Carlos Ugalde, reconocido académico, especialista en temas electorales y exconsejero presidente del extinto Instituto Federal Electoral, ahora INE. Lo que se debe resaltar es que dicho debate fue realizado por la Corporación Oaxaqueña de Radio y Televisión, transmitido en vivo en cadena estatal tanto en televisión, radio e internet en tiempo real.
Habrá que aplaudir a los organizadores y promotores de este evento por su esfuerzo al tratar de profesionalizar las campañas e intentar acercar la información a los votantes. Eso sí, la producción dejo mucho que desear. La transmisión estuvo plagada de errores: el evento comenzó con 10 minutos de retraso; hubo una confusión mayor con la preguntas, lo que hizo que la transmisión se detuviera por algunos incómodos minutos. Los dispositivos tecnológicos no funcionaron, incluso, Carlos Ugalde, terminó contando el tiempo con un teléfono celular. Los candidatos parecían no conocer las reglas del ejercicio aún cuando sus representantes las pactaron y, un largo etc. Más allá de todas estas fallas técnicas que dejaron al descubierto el vergonzoso estado de nuestros medios públicos y de las autoridades electorales, las situaciones anteriores no fueron lo peor.
Lo que es de llamar la atención fue la participación de los nueve candidatos. Ninguno, independiente y extrañamente, ninguno con un triunfo de elección en sus haberes (aun cuando casi todos han participado activamente en cargos públicos e incluso de elección popular), pudieron expresar sus ideas y e intentar contestar las preguntas realizadas por el moderador. Esto fue lo peor, por más extraño que parezca.
En poco más de dos horas, casi todos los candidatos no expusieron verdaderas propuestas, si acaso expresaban algunas ideas aleatorias e improvisadas. Casi ninguno contestaba directamente la pregunta realizada por Carlos Ugalde, e intentaban siempre evadirla al llevar la conversación a una repetición de slogans, clichés de discurso político y sinsentido, cantinflearon a sus anchas. La carencia de propuestas y discursos no era una sorpresa, lamentablemente es la constante en las campañas políticas de nuestro país. Pero aún cuando todos esperábamos que el debate se centrara en ataques y señalamientos entre los candidatos, esto no sucedió. SI bien existieron algunos golpecitos e indirectas pero de embestirse ni se atrevieron.
En cuanto al desempeño de los que tienen alguna posibilidad de ganar, pudimos ver a Beatriz Rodríguez, del PRI, nerviosa, hablando demasiado rápido, incomoda, y no logró hilar una intervención buena en toda la noche. Sergio Bello, de Acción Nacional, por momentos se escuchó bien, eso sí, muy reiterativo de su postura a favor de la movilidad, pero se metió en algunas rencillas menores de las cuales no salió tan bien parado. En cuanto a Francisco Martínez Neri, del PRD, se le vio seguro y con ideas concretas, su expresión fue algo monótona pero con claridad, aunque constantemente centraba sus intervenciones, sin importar la pregunta, sobre la educación. Humberto López Lena, de MORENA, tuvo buenas intervenciones y puso temas puntuales a la conversación como la Reforma Educativa y la incapacidad del Legislativo local, aunque más de una vez pareció ansioso y a punto de perder los estribos, incluso, cuestionó las reglas del debate con el moderador.
Pero bueno, los partidos y sus candidatos saben bien que una campaña no se gana en debates ni expresando ideas y propuestas, o teniendo un plan para mejorar la calidad de vida de los habitantes de los distritos. Saben bien que poco importa lo que se haya dicho el lunes. Todos los que se dedican a la política electoral y los ciudadanos, saben muy bien que la elección se gana regalando despensas, gorras, lonas y demás baratijas. Y no sólo eso, también prometen moto taxis, puestos callejeros, plazas, licitaciones de obra y demás cosas que jamás las cumplirán. Las elecciones se ganan comprando dignidades.
En síntesis: Bien por los promotores e impulsores de este ejercicio; mal por la producción del evento, se puede mejorar horrores; y un tache monumental para los candidatos, sus equipos y sus partidos quienes evidencian a sus candidatos vacíos y sin proyecto, así como los muestran en su publicidad alterada en Photoshop.
Así el debate en Oaxaca.
Twitter: @Pachecoperal
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