Mucha gente dice y asegura que las personas bellas o guapas tienen más oportunidades de ser aceptados en la sociedad y triunfar en la vida, que los que no poseen esas cualidades.
Asegura la mayoría que la apariencia física es lo que le gusta a la gente, y por lo mismo, se le abrirán más fácilmente las puertas en cualquier parte, y como resultado, va a percibir un salario más alto.
Desafortunadamente así son las cosas. Si ustedes se dan cuenta, en las escuelas primarias es lo mismo. Los que se llevan la peor parte son los niños menos agraciados físicamente. Esto, claro, según investigaciones realizadas en el medio escolar.
Cuando una persona ingresa su solicitud de empleo a alguna oficina, los reclutadores de personal son expertos en poner sus ojos sobre el atractivo físico antes que en el curriculum, y rechazan de entrada a todas las personas que no tengan un buen ver. Lo hacen porque siempre buscan presencia en lugar de eficacia.
Todo mundo prefiere tener un ramo de flores sobre su escritorio, a un cactus o a un nopal, pues éstos últimos no le darían brillantez a la oficina.
En el mundo político es algo parecido. Los partidos políticos casi siempre se esperan a que destapen al candidato contrincante para poner a la persona que luzca mejor que su oponente.
¿Esto te parece frívolo, injusto? Desde luego que sí, pero nadie puede quitar esas reglas que están establecidas desde hace siglos. Así es el comportamiento humano.
Aunque este tema suene completamente banal, hay patrones en el ser humano que toma modelos de belleza para determinadas actividades como son los artistas plásticos, los fotógrafos, los cineastas, los encargados del mundo de la moda y el modelaje, y por supuesto, la mayoría de los medios de comunicación visual.
Antes de que iniciara este sexenio se nos presumió mucho que el gobierno estaría integrado por los mejores hombres: dignos de la entidad.
Pasaron los 100 días de gobierno de Alejandro Murat, y lo que percibimos a lo largo de los tres meses y días, es que aquella gente competente nunca se presentó a trabajar, sólo la gente bonita que no ha logrado conseguir ningún papel destacado en beneficio del gobernador, sino para beneficiarse personalmente. A estas alturas del arranque gubernamental algunos de ellos ya están pensando cómo lanzar su candidatura en los próximos meses.
Esos personajes identificados como los “yuppies”, dicho más oaxaqueñamente: “Yupis” dentro del gobierno de Alejandro Murat, ven al “sexenio del milagro” como si se tratara del “Rey Midas”.
Midas fue un rey salido de la mitología griega. Era más rico que cualquiera en el mundo. Todo lo que tocaba se convertía en oro. Estos “yupis” ven al gobernador como quien tiene el “toque de Midas”, pues es el único que los puede hacer exitosos con solo tocarlos para convertirlos en diputados o senadores.
Muchos de estos “yupis” fueron extraídos de las universidades privadas. Para los “yupis” es más importante hacerla de “damos” de compañía que ponerse a trabajar. Para ellos es más importante tomarse la foto junto al mandatario estatal en cada evento que éste tiene, que quedarse en su escritorio a buscar el verdadero desarrollo de Oaxaca.
El Plan estatal de desarrollo ya está listo, aunque se estén haciendo mesas de trabajo de todo tipo (son solo para aparentar que se le toma en cuenta al pueblo). Pero ¿cuántos de los “yupis” arrastraron el lápiz para sacarlo adelante? Les aseguro que solo uno o dos, y creo que exagero.
Se nota a distancia que estos yupis perciben ingresos altos. Visten a la moda, están tecnológicamente al día, usan los celulares y las tabletas más sofisticadas, y lo principal, les importa mucho lo material y el estatus de convivencia.
Hay oaxaqueños muy observadores que aseguran que esos “yupis” siempre se mueven con acertada precisión para aparecer en la foto junto a su benefactor.
Con esto se da uno cuenta que no siempre la belleza acompaña a la inteligencia, aunque hayan estudiado varios años en universidades caras y de mucho prestigio.
Los que han dado mejores resultados en este gobierno, son los que no gozan de tanta belleza física. No cabe duda que los que se valen de esa trampa, de su belleza física, en eso se quedan, por eso no dan resultados.
Ya que estamos en eso de las comparaciones, les diré que el único que ha cumplido con su tarea dentro del gobierno de Alejandro Murat, es el Secretario de Sinfra. Tal vez sea uno de los menos agraciados físicamente, pero es el único que ha hecho algo en estos primeros cien días de gobierno.
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