No se cansa el presidente de acusar a sus “adversarios conservadores” de ser culpables de todos los males que nos aquejan, sin incluir al coronavirus que, según dijo: “nos vino como anillo al dedo”.
Cada “mañanera” el gobernante lanza culpas, ironías, burlas, amenazas y descalificaciones a diestra y siniestra contra los “adversarios” que no comulgan con ideas, planes y programas del presidente que no son viables a causa de la pandemia como el Tren Maya, la Refinería Dos Bocas y el Aeropuerto de Santa Lucía, construcciones que insiste continuar, omitiendo prioridades en salud, economía y educación, en momentos graves para la nación. Necedades caprichosas del presidente que amplían la brecha que lo separan más de las fuerzas productivas del país; necedades y descalificaciones que propician la división de la nación y que el presidente las descalifica como fuerzas conservadoras, neoliberales, corruptas, traidoras, hipócritas, etcétera, etcétera…
Posición política de un presidente que no sabe que hacer frente a los verdaderos adversarios como el coronavirus, enfermedad para la que su gobierno no está preparado para hacerle frente pues los insumos y hospitales con los que se cuenta son insuficientes para atender a la cantidad de enfermos y a contagios que a diario se multiplican. Adversario es el bicho invisible que satura hospitales; el derrumbe de la economía de cero crecimiento y que lamentablemente va en franco retroceso como lo pronosticó Arturo Herrera; adversario es la actitud del presidente contra los empresarios que solicitaron apoyo fiscal, aduciendo que su gobierno no debe ni puede quedarse sin ingresos. El presidente olvida la solidaridad del sector empresarial cuando solicitó apoyo de 20 millones de pesos a cada uno de los empresarios que asistieron a Palacio Nacional para degustar un tamal acompañado de jarros de chocolate.
La respuesta de los empresarios fue solidaria, la charola se llenó de cheques pues los capitanes de empresas han comido varias veces los platillos preparados en las cocinas del gobierno y conocen bien el consejo que dice: “Nunca te pelees con la cocinera”.
No son adversarios los trabajadores que están sin trabajo, ni los empleados que laboran desde sus casas evitando salir a la calle para no contaminar o enfermarse, como el estudiantado que permanece encerrado conscientes de que el tiempo pasa y no hay soluciones, y si desacuerdos, ofensas, amenazas y discordias que les hacen dudar sobre el incierto futuro del país que se encuentra en riesgo de padecer peores desgracias como el cierre de empresas provocando más desempleo el cual causaría más perjuicios económicos y más violencia social.
Adversarios del presidente son “la agudización de las contradicciones” -como dirían los seguidores de Nicolás Maduro-, las cuales producirán más desconfianza de lo inversionistas hasta el punto de “quebrar” la economía y dejarla sin fuerzas productivas capaces de superar las crisis que atravesamos, como sucedió con las locuras de un tirano que dejó sin papel sanitario a los habitantes que no pudieron salir del infierno instalado por un demente “aconsejado por un pajarito”.
Enfermedad contagiosa llamada coronavirus; economía en recesión; fuga de capitales que asciende a 4,600 millones de dólares en marzo por retiro de inversionistas extranjeros ante los riesgos que representa el brote del coronavirus y las políticas internas del gobierno de AMLO según estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI); devaluación de la moneda a 25,45 pesos por dólar; incertidumbre por la salud financiera de Pemex ante la enfermedad y la caída de precios del petróleo que impacto a Pemex al grado de ser calificado en situación de alto riesgo por Standard & Poors (S&P) de 414 puntos a 1,117.
Estos son los verdaderos adversarios contra los que el presidente de México debe luchar si es que en verdad desea el bien de México. Basta de soñar personificando a Juarez, cada quien debe vivir sus tiempos, las Reformas ya las hizo el presidente histórico, ahora es el turno de un nuevo jefe de estado que debe enfrentar a los verdaderos adversarios de México y dejar de ver “moros con trinchete”.
@luis_murat