La presente columna ha descrito con anterioridad y de manera amplia el estilo de gobernar de Gabino Cué Monteagudo en el cual nunca pide nada directamente; sus acuerdos con los actores políticos que le rodean muchas veces deben darse por valores entendidos, es decir, su contraparte debe entender sola cuándo algo es del agrado del mandatario y cuándo no. A diferencia de la enorme actitud impositiva de sus dos inmediatos antecesores, Ulises Ernesto Ruiz Ortiz y José Nelson Murat Casab, el gobernador actual realiza acuerdos –según refieren muchos de los involucrados- y las variables deben ser deducidas por quien participó en esos convenios o pactos. Es, pues, una versión mucho más parecida a lo que fuera el gobierno de Diódoro Humberto Carrasco Altamirano, pero más encapsulada. Por supuesto, es indispensable y justo reconocer una vena democrática en las decisiones tomadas por Cué prácticamente en todos los ámbitos: candidaturas, acuerdos con la Cámara de Diputados, la UABJO, incluso en el funcionamiento regular de sus propias secretarías, no impone. Uno podría con toda justicia percibir una gran libertad para actuar y eso ha provocado líneas muy horizontales de gobierno, muchos mal entendidos de quienes están absolutamente acostumbrados a la ruta vertical de mando del PRI. Por otra parte, se antoja también un exceso en esa nueva forma de aplicar el gobierno al provocarse faltas de respeto evidentes contra el propio gobernador y en fechas recientes, contra la población civil de los normalistas, por ejemplo, así como de la Sección 22 y cada vez más grupos agresivos en sus exigencias. Pareciera confundirse la tolerancia con la debilidad, o al menos, se advierte una línea muy delgada entre ambas, pero lo más grave de este nuevo formato es la creación de grandes huecos de gobernabilidad, donde varios actores políticos intentan llenarlos con actitudes y actividades sectarias, muchas de las veces a nombre del propio gobernador.
LOS CAMBIOS DE GABINETE EN ESE TENOR
Los primeros cambios en el gabinete actual, si Usted amigo lector, lo recuerda, dieron la percepción de haberse tardado muchísimo en darse quizá por esa misma tolerancia infinita de Gabino antes de actuar. Los más sonados y contundentes fueron cinco relevos y una asignación: 1.- Jesús Emilio Martínez Álvarez por Alfonso Gómez Sandoval Hernández en la Secretaría General de Gobierno, Segego. 2.- Salomón Jara Cruz por Edgar Guzmán Corral en la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Forestal, Pesca y Acuacultura, Sedafpa. 3.- Gerardo Albino González por Emanuel Alejandro López Jarquín en la Secretaría de Desarrollo Social y Humano, Sedesoh. 4.- Pedro Silva Zalazar por José Antonio Estefan Garfias, pasando de la Coordinación del Transporte, Cotrán, a convertirla en Secretaría de Vialidad y Transporte, Sevitra, ante la llegada de Estefan. 5.- Gerardo Cajiga Estrada por Enrique Arnaud Viñas en la Secretaría de Finanzas, Sefin. Hubo un nombramiento más en la Secretaría de las Culturas y las Artes, Seculta, con Francisco Martínez Neri, pero esa área no tenía titular, sino encargado del despacho con Emilio de Leo Blanco. Bajo este esquema de cambios, los temas partidistas no se hicieron esperar, pues el fortalecimiento del PRI dentro del gabinete del nuevo gobierno, el que presuntamente derrotó a ese partido con la alianza de la izquierda y la derecha, fue muy evidente: Segego, Sevitra y Sefin para el tricolor cuando antes de esos nombramientos sólo tenía presencia en el Colegio de Bachilleres de Oaxaca, Cobao, con Germán Espinoza Santibáñez. Y se desataron los reclamos por parte de los partidos aliados, quienes sentían, pero no le decían directamente al mandatario, que perdían espacios, porque la Cotrán con Silva era PRD, así como la Sedafpa era PRD-PT con Salomón Jara. Surgió el reclamo soterrado de tener el derecho de poner un perredista en esos lugares; al mismo tiempo, el PAN también reclamaba cuotas, pero nadie decía nada en forma directa, ni los partidos ni el gobernador.
LOS DESENLACES Y LAS PRIMERAS CONSECUENCIAS
Según fuentes de esta columna, uno de los acuerdos entre el PRD y Gabino fue obtener apoyo de ese partido en la Cámara de Diputados para aprobar cuentas públicas, leyes incluida la del transporte y otras minucias legislativas para en reciprocidad nombrar perredistas en dos posiciones del gabinete ante los cambios inminentes avecinados. La referencia indica la intención del gobernador de proponerle la Seculta a Martínez Neri, como finalmente fue, y pidió al partido del Sol Azteca cinco nombres propuestos para la Sedesoh, toda vez arrancada la idea de recrear el Comité Estatal de Planeación del Desarrollo para el Estado de Oaxaca, Coplade, a donde se iría Albino y dejaría la Sedesoh vacante. De los nombres propuestos inicialmente para la esa dependencia, ninguno tenía el perfil, por lo cual se abrió la posibilidad para López Jarquín, quien por una parte, había cumplido los acuerdos de promover las aprobaciones legislativas de interés para Cué, y quien por otra veía la posibilidad de ser Presidente Municipal de Santa Cruz Xoxocotlán cada vez con más complicaciones. Finalmente fue nombrado López Jarquín en Sedesoh y al PAN se le otorgó la titularidad de Sedafpa con Guzmán Corral. Así, las posiciones de esos seis nombramientos quedaron 3 para el PRI –que no tenía ninguno- de lo más relevantes: política interna y manejo del dinero; 2 para el PRD –tenía 2- y uno para el PAN. Hasta aquí cerró esta ronda de acuerdos, pero…
LA COORDINACIÓN LEGISLATIVA DEL PRD Y EL TELÉFONO DESCOMPUESTO
Llegó el 8 de noviembre de 2013, a 3 días del cambio de legislatura, con una revuelta interna dentro de los diputados locales en el PRD ante el nombramiento de quién sería el coordinador de la fracción parlamentaria local, polarizándose en dos diputados: 1.- Anselmo Ortiz García, ex tesorero de la Cámara de Diputados saliente y perredista orgánico 2.- Jaime Bolaños Cacho Guzmán, gente cercana al gobernador al haber sido a principios del sexenio Coordinador de Asuntos Internacionales y luego Jefe de la Oficina de la Gubernatura, ambos en el gobierno del estado, sin filiación política en el PRD. Justo ese 8 de noviembre por la mañana se emitió el comunicado oficial del nombramiento de los perredistas Martínez Neri y López Jarquín en Seculta y Sedesoh, es decir, de su integración al gabinete de Cué. Varias personas comentaron a este columnista que eso definía la coordinación de la fracción perredista a favor de Bolaños Cacho, pues sería la reciprocidad a esas posiciones del Sol Azteca. Sin embargo, el nombramiento recayó en Anselmo Ortiz y gente cercana a Gabino calificó de ingratos a los perredistas porque “cómo era posible” no apuntalar a una gente del mandatario luego de los espacios otorgados al PRD. Hoy a la distancia y en consulta con prácticamente todos los involucrados en este tema las premisas son dos: 1.- Los nombramientos estaban pactados de antemano por otras razones y nunca se mencionó el tema de la coordinación en esos acuerdos 2.- Gabino nunca pidió directamente a los perredistas que nombraran a Jaime Bolaños como su coordinador.
OTRA VEZ, GABINO NO PIDE
Un antiguo líder del PRD en Oaxaca comentó a este columnista en una plática al respecto: “Si el gobernador hubiera querido a Bolaños como coordinador, hubiera sido”; sin embargo, según otras referencias, eso hubiera implicado, por supuesto, un costo, quizá político o económico, o ambos. Como sea, otra vez quedó el tema en un valor entendido entre quienes aseguran eso quería el gobernador, lo nunca pedido por él directamente y la terrible rebatinga formada a través de las interpretaciones de cada grupo. Digamos, el círculo político alrededor de este tema interpreta por una parte que nombrar a Bolaños Cacho como coordinador parlamentario habría sido una señal de buena voluntad hacia el gobernador y así ir logrando otros acuerdos posteriores; otros alegan la falta de comunicación entre Cué y ellos y no aclarar específicamente sus conveniencias, pero sobre todo, la falta de operadores políticos para llenar esos huecos, cuando en el pasado, no sólo intervenía de manera directa el mandatario en turno, sino decenas de operadores. Hoy no hubo nada de eso.
LO QUE VIENE
El punto clave de la necesidad actual de acuerdos políticos para el equilibrio y buen funcionamiento de la Cámara de Diputados pasa muy específicamente por las alianzas de Gabino con el PRD y se vuelve muy necesaria una interlocución fluida, de entrada por la aprobación de las cuentas públicas en los próximos dos años y medio. Se vuelve urgente superar las diferencias en esa fracción porque de entrada, esos desacuerdos han generado un ataque entre los propios diputados ya no sólo del Sol Azteca, sino se han sumado los partidos pequeños como MC, PANAL , PSD y algunos del PAN en contra de la Junta de Coordinación Política, es decir, los coordinadores del PAN, PRI y PRD. La bola de nieve creciente podría desgastar la actividad legislativa al sumir al Congreso del Estado un una lucha por posiciones y canonjías, sobre todo de corte económico, pero sustentadas por los desacuerdos de origen político descritos en esta columna. Los cocolazos mediáticos están de antología. Dos coordinadores tendrían que consolidar sus liderazgos, el primero, Anselmo Ortiz porque el año legislativo entrante, es decir, a partir del 15 de noviembre, quien detente la coordinación del PRD será el presidente de la Junta, es decir, la máxima autoridad del Congreso. La segunda es Natividad Antonia Díaz Jiménez, coordinadora de la fracción del PAN, a quien le pisan los talones dentro de su propio grupo y si se da el cambio de presidente local del blanquiazul en un año, como se prevé al buscar el actual dirigente de ese partido, Juan Mendoza Reyes una diputación federal, entonces deberá dejar el cargo y la suerte de Naty Díaz podría estar echada, ya que es el líder local panista quien define la coordinación, a diferencia del PRD donde es por votación de los diputados de la fracción. Al PAN le toca la presidencia de la Junta de Coordinación política hasta el tercer año y podría no llegar la diputada. Eso será motivo de otro análisis. jaimelabc22@gmail.com
