Todas venimos en diferentes formas y tamaños. Algunas somos altas, otras bajitas. Algunas tienen copa D y otras A. Y, por supuesto, algunas tienen muslos delgados… y otras muy, pero muy grandes.
Igual y tus muslos grandes son el resultado de un tipo de ejercicio, o tal vez sean parte de tu genética, pero lo importante es que los tienes… y han causado muchos problemas.
- Tus pantalones se CAEN, así que los odias: Debes comprar unos pantalones en los que puedan entrar tus muslos, así que serán muy grandes en la cintura y en las piernas. Y ni siquiera el cinturón te salva de este dilema.
- ¿Overoles? ¿Rompers? … Tal vez algún día tengas la confianza de llevarlos, pero por lo mientras, son prendas hechas para otro tipo de muslos.
- Shorts: Tan sólo el acto de usar shorts es conflictivo. Primero debes encontrar unos que te queden sin cortar tu circulación , usualmente también debes comprarlos extra grandes. Y lo mismo sucede con los strech o spandex, casi nunca los encuentras en la talla correcta.
- Fricción: Tus muslos se tocan, se raspan, se molestan y crean fricción cada vez que usas shorts, vestidos y faldas. Obviamente la fricción hace algo de ruido, pero usualmente nada más es algo molesta y, en ocasiones, dolorosa.
- Correr: Gracias a la fricción, las actividades de intensidad como correr o bailar, se vuelven muy incómodas y más complicadas.
- Comparativos: ¿Y si tu novio tiene muslos mucho más pequeños que los tuyos? Primero es algo difícil de superar, y luego tienes que tomar en cuenta que cada vez estás comparando tus grandes muslos con los de los demás.
- Bikinis: Aunque el resto de tu cuerpo sea pequeño y estés en en forma, exponer tus muslos en un bikini es algo atemorizante. Muchas veces, como son más grandes de lo normal, tienen estrías o celulitis, y te roban un poco de confianza.
- Cruzar tus piernas: Entre más grandes sean tus muslos, más difícil es cruzarte de piernas. Este es realmente el último reto de las que tienen muslos grandes, ya que, aunque puedas hacerlo, posiblemente no sea lo más cómodo del mundo. Y peor aún es que, si usas algún vestido o falda, y no te gusta cruzar las piernas, es incómodo el no saber qué hacer si estás sentada.
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