Los milagros de los papas Juan XXIII y Juan Pablo II que los convirtieron en santos

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22-juanpabloEs la primera vez en la historia de la Iglesia Católica que dos papas son canonizados simultáneamente.

Los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II llegan a los altares por vías poco comunes: el primero con un solo milagro reconocido de dos mínimos que la Iglesia Católica estipula como norma general; el segundo en tiempo récord apenas nueve años después de fallecido.

Se trata de dos vías extraordinarias en tiempos modernos, donde la santidad parece un asunto de gente antigua y virtudes extinguidas.

Fue a comienzos de julio de 2013 cuando la Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano aprobó los milagros que permiten la canonización de los beatos Juan XXIII (italiano) y Juan Pablo II (polaco).

El milagro de Juan XXIII

Juan XXIII gobernó la Iglesia Católica entre el 28 de octubre de 1958 y el 3 de junio de 1963. Fue beatificado en 2000 por el Papa Juan Pablo II y será llevado a los altares este 27 de abril por el Papa Francisco, el primer Sumo Pontífice de América en ocupar el Trono de San Pedro.

Al “Papa Bueno” (Angelo Giuseppe Roncalli) se le atribuyen varios milagros pero de todos ellos uno solo ha sido reconocido por el Vaticano.

El suceso extraordinario que lo llevó a ser declarado Santo tuvo lugar en 1966 gracias a la curación de una monja, Caterina Capitani, que padecía una perforación gástrica hemorrágica con fistulación externa y peritonitis aguda.

El informe de la Congregación para las Causas de los Santos detalla que el 22 de mayo de 1966 las hermanas de Capitani le colocaron una imagen de Juan XXIII en el estómago. Y que a los pocos minutos la religiosa, a la que ya habían dado la extremaunción, se recuperó y pidió de comer.

Una comisión de teólogos reconoció el milagro al no poder justificar los médicos la curación de Capitani.

El relato de Capitani

Capitani aseguró que el propio Juan XXIII se sentó al pie de su cama de enferma diciéndole que su plegaria había sido escuchada por el Cielo.

Luego de la súbita cura, los médicos que la atendían, en Nápoles, le practicaron una radiografía a su estómago. La prueba constató la desaparición completa de la enfermedad. No había señas de cicatrices causadas por la fístula.

ACI Prensa le preguntó a la Santa Sede si podía reconocer un solo milagro para canonizar a Juan XXIII. Federico Lombardo, el portavoz del Vaticano, respondió que el milagro “no es una necesidad absoluta”, e indicó que se trata de una potestad del Papa Francisco.

“Un milagro es una visión teológica de la Iglesia, la prueba, la demostración del poder de intercesión, y la confirmación por parte de Dios de la santidad de una persona pero no es un dogma de fe que de alguna manera sea necesario”, explicó.

“Por ejemplo, los mártires son beatificados sin milagro alguno, lo que quiere decir que los milagros por tradición y teología se dan comúnmente pedidos, pero no es una necesidad absoluta”, dijo.

Los milagros de Juan Pablo II

A Juan Pablo II (quien gobernó la Iglesia Católica entre el 16 de octubre de 1978 y el 2 de abril de 2005) el Vaticano le reconoce dos milagros.

El primero corresponde al caso de la monja francesa Marie Simon-Pierre, quien trabaja en una clínica de maternidad en París, Francia.

Según relató la religiosa, el 3 de enero de 2005 sintió que nació nuevamente al despertar, después de haber rezado a Juan Pablo II para sanar del mal de parkinson.

El papa polaco sufría de esa enfermedad. Antes de su muerte apenas podía sostenerse en pie y hablar.

La Congregación para las Causas de los Santos estudió la curación de Simon-Pierre y determinó que fue obra de Juan Pablo II. La curación de la religiosa ocurrió aproximadamente dos meses después de la muerte del papa polaco el 2 de abril de 2005, a la edad de 84 años.

El milagro de Mora

El segundo milagro atribuido a Juan Pablo II fue la extraordinaria cura de Floribeth Mora, una mujer costarricense que padecía un aneurisma cerebral.

Para el Vaticano y la ciencia la recuperación de Mora fue de manera inexplicable. Ocurrió el 1 de mayo de 2011, el mismo día en que el pontífice polaco fue beatificado.

Según el informe oficial de canonización, Mora ingresó a un hospital con un gravísimo aneurisma. Pasados unos días, el coágulo del cerebro se disolvió sin tratamiento alguno.

El médico a cargo de la paciente no se explica cómo ocurrió la cura. “Por qué desapareció, pues yo nunca le he encontrado una explicación”, dijo Mora.

Para la familia de la mujer la recuperación fue fruto de las plegarias que le dedicaron al Papa Juan Pablo II.

El decreto que abrió las puertas a la canonización de los papas Juan XXIII y Juan Pablo II fue firmado por el Papa Francisco luego del visto bueno dado por la comisión teológica de la Congregación para la Causa de los Santos.

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