A Lorena Robles, Tere García, Félix García y Marco Amador.
La reservación de información sobre las últimas auditorías de la Corporación Oaxaqueña de Radio y Televisión (CORTV), la presentación de su nueva programación y la iniciativa de ley para actualizar al organismo público, abren el debate sobre el nuevo modelo de medios públicos en Oaxaca.
Consideradas como el instrumento tradicional de los grupos de poder en el gobierno para uso personal o visualizado como simple negocio privado, la radio y la televisión oficiales se enfrentan a las últimas modificaciones constitucionales amarradas a un viejo modelo de comunicación política.
Por ejemplo, mientras Televisa y TV Azteca concentran la propiedad de los medios de comunicación en el país, además de los presupuestos públicos, los medios públicos locales dan “palos de ciego” para allegarse de recursos económicos y son despreciados en el gasto social por los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, bajo el argumento de “ser de casa”.
Con el nuevo marco jurídico, desaparece el concepto de medio de comunicación de gobierno y se fortalece el de Estado, se obliga a ampliar la pluralidad de los contenidos, a cumplir con la independencia editorial y competencia informativa, además de asumir con mayor responsabilidad el servicio público para las audiencias y la sociedad.
Este simple cambio de figura jurídica a medios de Estado, revoluciona la radiodifusión y la televisión públicas en Oaxaca, ya que abre la obligación de normar y transparentar presupuestos públicos y apoyos financieros privados, pero principalmente obliga a conducirse con ética profesional y rendir cuentas, y principalmente de sus directivos.
Y por si fuera poco, la legislación vigente presiona a la Corporación Oaxaqueña de Radio y Televisión (CORTV) a solucionar las irregularidades jurídicas que la llevaron a vivir por años una simulación que daño no solo el modelo de medio público, sino que la llevó a convertirse en el “canal invisible”.
Es así que desde hace un par de semanas, los especialistas, académicos, comunicadores, organizaciones sociales, trabajadores de los medios, legisladores y ciudadanos de Oaxaca tienen materia para impulsar un nuevo modelo de comunicación política de Estado, ese que tanto anhelan, aquella que es democrática, plural, transparente, regional y multidireccional.
Pero principalmente que permita el testimonio de todos los sectores, promueva el Derecho a la Información y la Libertad de Expresión, sin olvidar la independencia editorial de sus noticiarios, contenidos y producciones.
Señoras y señores, el debate ya comenzó.
Especialista en análisis y estrategia política.
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