Después de las elecciones del 5 de junio se hizo un silencio casi profundo por parte de todos los elegidos. Hasta ahorita ninguno de ellos ―gobernador, diputados locales ni presidentes municipales― han emitido opinión alguna respecto a la violencia que vive en la entidad oaxaqueña.
Después de haber mostrado al electorado el mejor ángulo del rostro en espectaculares y volantes para vendernos su voto y luego echarlo a la urna, hoy, todos ellos guardan silencio ante la agresión que sufre la entidad.
Atrás quedaron los días para seleccionar a la “miss” gobierno, municipio o diputación. Todas las campañas se desarrollaron con elegancia y finura (aunque a algunos no se les dio), para que los electores los vieran asépticos e higiénicos y ganaran un voto en favor de la “flor más bella del ejido”.
A casi tres meses del gane, ahora los grupos se reúnen para designar a aquel que tenga las características que la responsabilidad exige.
Los cargos más importantes dentro del gabinete del gobernador serán para los hombres más cercanos al ungido, además, que cuenten con un toque distinguido: voz suave, bien matizada, sin estridencias y conocedor profundo de los pensamientos del jefe.
Los que no están dentro del equipo político más importante del estado pero pueden meter las narices para enterarse un poco sobre los posibles hombres de los que ocuparán cargos en determinadas secretarías, hacen apuestas con otros para asegurar quiénes serán los buenos en el próximo gabinete.
Todos juegan a los pronósticos políticos. En cualquier restorán, cantina, boda, café, peluquería, es más, hasta en los expendios de masaje y sauna, hablan de saber quiénes serán los buenos para el próximo gabinete estatal.
Hay otros que presumen tener en su casa una bolita de cristal la cual nunca se ha equivocado.
Es indudable que ante tantas pláticas de los adultos sobre quién quedará en cada responsabilidad, simultáneamente los niños, siempre curiosos, inquietos, preguntarán a su papá o a su mamá que ¿cómo saben que al señor ese le tocará determinada oficina y no otra?
La respuesta llegará pronta y exacta. Le dirán que se trata de un señor muy bien portado, de mucha autoridad ante sus compañeros y cercano al mero jefe. Esa persona, la que ocupará el segundo lugar después del mero jefe, regularmente es la más enterada de todo, además, es sabedor de que la geometría política es un invento del demonio desde donde se le puede hacer la vida imposible a los ciudadanos, más no a los grupos violentos que reinan la entidad desde hace más de 35 años. Bueno, le dicen al niño, así ha sido desde hace más de cinco periodos gubernamentales, aunque es seguro que ahora sea completamente diferente.
Conforme se vaya integrando el gabinete, estos ciudadanos bien portados, modositos, de alma pura y transparente, elegirán entre sus iguales a otros bien portados, modositos, de alma transparente, a que también integren el cuerpo de trabajo que requiere la entidad.
Y añadirán a sus transparentes definiciones la sentencia que los grandes se sienten obligados a decir para dar a la frase corona y remate: mira hijito, cuando seas grande, yo espero que no olvides tan bella lección para cuando ocupes una responsabilidad pública o de elección popular,
Siempre debes de acercarte al mejor partido político así como a los hombres buenos, sencillos y santos. Huye del mal; cierra tus oídos a las tentaciones contenidas en las palabras satánicas que pronuncian hombres malos de los partidos contrarios al que hayas elegido. Solo así, la vida puede transcurrir en paz. Por eso hay que elegir también a los mejores hombres por el bien de la entidad.
Las preguntas de los niños nunca se quedan aisladas; siempre se encadenan, y añadirá otra pregunta: ¿qué es un gabinete de gobierno? Y papá o mamá permanecerán unos instantes en silencio para ordenar sus ideas y satisfacer la avidez de conocimientos de los menores. Después de la solemne meditación añadirán otras palabras. Mira, niño, un gabinete de gobierno del estado es un grupo de señores muy buenos, muy bonitos, muy respetuosos, que dominan el manual de urbanidad cuyo autor fue Carreño. Son los hombres que se sientan en unas sillas muy grandotas para aplaudir lo que diga el jefe, el gobernador. Ellos son modelos de obediencia frente a las autoridades superiores, jamás levantan la voz, no riñen, no discuten ni dicen malas palabras; son gente linda, a quienes todo les gusta, nunca reprochan y a todos le dicen que “sí” con una voz muy parecida a la voz de los ángeles.
Tal vez el niño interrumpa para preguntar: ¿y cómo es la voz de los ángeles? Y otra vez vendrá la respuesta meditada; porque los grandes tienen la obligación de la enseñanza frente a los pequeños. Mira, la voz de los ángeles, dicen los teólogos, es un arrullo, va acompañada con la música de fondo de las arpas y de las trompetas, normalmente se integran a un coro para repetir incesantes: “aleluya, aleluya, hosanna al gobernador del estado de Oaxaca; bendito sea el gobernador así como el que lo envía”.
El niño no se dará por satisfecho y continuará su interrogatorio: ¿y no será muy aburrido que todo el día y todos los días digan “sí”, y le digan cosas bonitas al jefe, toquen el arpa o la trompeta? Mira hijo, continuará el papá o la mamá, pudiéramos decir que es un santo y sacramental aburrimiento. Pero mientras el equipo de gobierno diga “sí” y aleluya y hosanna y bendito el señor… tú podrás disfrutar de lo que dijo en campaña: “juntos sí podemos”. Y sin esta otra “Es tiempo de crecer juntos”, Oaxaca no tendría esperanza en su futuro. Además, cuando cumplas dieciocho años, tendrás la oportunidad de elegir entre los hombres más modositos del estado para que te representen. O tú tienes que ser como los hombres modositos de ahora para que representes al pueblo.
El niño no se dará por satisfecho. Oye, ¿es cierto que la mayoría de los que entrarán ahí será para llenarse las bolsas de dinero? Después de escuchar esto la respuesta es rápida, ágil, bonita, alegre. No, hijo, dirá el papá o la mamá, el dinero de este sexenio no será para eso. El dinero a que te refieres, fue el dinero del sexenio de Gabino, de Ulises, de Diódoro y de Heladio. El dinero de este nuevo gobierno será bonito, padre, muy padre, porque traerá riqueza para todos los oaxaqueños. Este periodo de gobierno será “el gobierno del milagro”. Por eso, cuando seas grande no te creas de los políticos que en verdad se han llenado los bolsillos de nuestro dinero en otros sexenios. Ellos no son gente bonita, ellos quieren destruir la armonía y el avance de Oaxaca.
Entonces, papá, mamá, continuará el niño, ahora entiendo que para ser gente bonita se necesitará decir siempre sí, aleluya, hosanna, bendito sea el jefe así como el que lo envía.
Correcto. Esos señores bonitos, atentos, bien portados, de voz angelical son el ejemplo de lo que deben ser los niños con sus padres. Si los hijos responden sí, el hogar será lleno de paz y las bendiciones estarán en la casa día y noche.
Entonces, cuando sea grande, me gustaría ser parte del gabinete del gobernador. Desde hoy comenzaré a portarme bonito, dijo el niño, mientras la hermanita había permanecido en silencio todo el tiempo. A mí me gustaría ser “Miss Oaxaca”, añadió la niña. Y el papá y la mamá le dijeron: es igual hijita, es igual.
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