Los fabricantes de tablets Windows 8 ARM batallan con los precios de las licencias

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Problemas a la vista para la versión ARM de Windows 8, apodada Windows RT por la compañía de Redmond. Según un informe publicado por la siempre activa DigiTimes, los fabricantes de tablets con base en Taiwán se están encontrando con serios problemas a la hora de poner un precio competitivo a sus productos basados en el nuevo sistema operativo de Microsoft.

 

Las tablet Windows RT, que llegarán para competir con la más “alta alcurnia” de las tablets Android y con los iPad de Apple podrían empezar con muy mal pié en el aspecto económico, pues según fuentes sin identificar relacionadas con la cadena de suminsitro asiática los fabricantes, que pueden en estos momentos establecer precios bastante competitivos basándose en el hardware, encuentran que las licencias que Microsoft pretende cobrar por Windows RT supondrán un sobreprecio inaceptable comercialmente.

Las primeras tablets ARM con Windows 8 podrían tener un valor de entre 300 y 350 dólares para los modelos de 10 pulgadas, mientras que este se podría reducir hasta un rango comprendido entre 150 y 200 dólares en los modelos con pantalla de 7 pulgadas — dada la naturaleza de la informació no me atrevería a decir si se trata de precio de mercado o coste de producción — El problema viene, sorpresa sorpresa, por parte de las licencias que según el informe añadirían de US$90 a US$100 al precio final que los dispositivos alcanzarían en el mercado, algo que los ensambladores consideran muy contraproducente.

Las tablets en general han experimentado un recorte general de precios gracias al abaratamiento de los componentes primarios como SoCs ARM, módulos de memoria y almacenamiento Flash, siendo casos como el de Kindle Fire los más evidentes de la tendencia del “Low Cost” en este sentido. Esto ayudaría a colocar las tablets Windows 8 en la cadena comercial acelerando el índice de aceptación, un objetivo que podría truncarse debido a los precios de las licencias, bastante similares a los del sistema operativo de sobremesa, lo que parece tremendamente exagerado. Otro de los problemas que podría afectar a la nueva combinación ARM + Windows es la ventana de lanzamiento, que en el caso de la versión x86 parece fijada para noviembre, pero que en la vertiente ARM podría retrasarse, lanzándose finalmente en los primeros compases del año 2013. Malos tiempos para Microsoft, que aparentemente no quiere bajarse de la burra, y sigue empeñada en un modelo que no beneficia a ninguna de las partes.

Agencias