Sin los recursos económicos necesarios para regalar despensas o comprar votos, Mariuma Munira Vadillo Bravo impulsa en el quinto Distrito electoral una campaña a ras de suelo, diferente, en la que sus paisanos y paisanas la invitan y la reciben en sus casas, en sus barrios, en sus colonias.
“Los electores y yo nos estamos haciendo cómplices de este sueño electoral para transformar el Istmo de Tehuantepec”, puntualiza con alegría la candidata del Partido Acción Nacional (PAN) a Diputada federal.
En entrevistas por separado con reporteros de diferentes medios de comunicación, escritos y electrónicos, subraya: “Me encanta que haya este diálogo con los electores, que estemos haciendo equipo y que esté consolidándose la esperanza de que ganaremos la elección del 7 de junio próximo”.
Militante del PAN desde 2007, refiere que a diferencia de antaño, cuando los candidatos llevaban primero las sillas y luego llamaban a la gente, “en mi caso son las personas las que me invitan a ir a sus hogares y a sus colonias; ellos y ellas me reciben”.
Indica que es una campaña humana, de equipo, en la que las personas se integran conmigo para trabajar a marchas forzadas “porque no contamos con los recursos económicos que traen otros candidatos”.
Celebra como “una satisfacción muy grande que las personas me den su amistad y confíen en mí, a pesar del hartazgo y la desconfianza que tienen hacia los partidos políticos y sus candidatos”.
LOS SECRETOS A VOCES
La candidata albiazul Mariuma Munira señala que ella es “muy clara con sus paisanos y paisanas. Yo les digo de frente que no tengo posibilidad de regalarles despensas ni de comprarles su voto, pero sí de trabajar los próximos tres años de mi vida de manera incansable por el Istmo de Tehuantepec que tanto queremos”.
Dice que es un secreto a voces y en el Istmo todo mundo se da cuenta quiénes son los candidatos que están derrochando dinero para intentar ganar la contienda, pero también saben que esa compra de votos implica que a la fecha no tengamos calles pavimentadas, electrificación, escuelas dignas, etcétera.
También denuncia que los activistas de sus contrincantes con dinero intentan engañar a la gente. “Les dicen que en las urnas habrá camaritas filmando para comprobar si votan o no, pero yo les digo que es tiempo de abrir más los ojos y actuar con la mejor arma que tenemos los ciudadanos: el derecho a votar por el candidato que se quiera”.
Convertida en “promotora del voto”, Vadillo Bravo informa que ella pide a los electores que investiguen quiénes somos los candidatos que participamos en esta contienda, por lo que “seguramente su voto será para mí porque soy la mejor opción”.
LO QUE LA GENTE SABE…
Segura de lo que dice, la abanderada del partido blanquiazul afirma que “la gente del Istmo sabe que al final de cuentas esta contienda es sólo entre los partidos Acción Nacional y el tricolor: el de siempre y el impuesto a los hermanos del PRD”.
La gente del Istmo también sabe que los partidos políticos de siempre decidieron apostarle a los políticos de siempre, con sus propuestas de siempre, agrega.
Comenta que “es indignante caminar por el quinto Distrito electoral federal y ver todavía las paredes pintadas con publicidad de campañas realizadas en 2006-2007 con los candidatos de ahora, los que desde entonces vienen prometiendo y no han cumplido”.
De José Antonio Estefan Garfias, el ex priista que busca el mismo puesto de elección popular por el PRD, considera que “algo teme o tiene que esconder y por eso no asiste a los debates que hemos sostenido los demás candidatos del quinto Distrito”.
Opina que “el no asistir a los debates denota temor del ex priista a enfrentar preguntas y cuestionamientos y en determinado momento quedar en medio de una situación que no pueda controlar”.
Sin embargo, sostiene que “hoy la gente del Istmo ha despertado y coincide en que no darán otros tres años de oportunidad a esos que se han servido del cargo para seguir enriqueciéndose”.
Al final de la plática, sonriente, Mariuma Munira confía a los comunicadores que se ve legislando en San Lázaro desde el momento en que le dijeron quiénes eran sus contrincantes.
“Me dije: la tengo fácil porque mis paisanos y paisanas saben quién es quién”, concluye.