El tabasqueño que hace 6 años, con un lenguaje furioso, “mandó al diablo a las instituciones”, este jueves al terminar su gira por el Distrito Federal, se mostró con cautela para no incurrir en ninguna falta y no violar la ley electoral.
Así, ante la determinación del Tribunal Electoral de que los precandidatos únicos no deben realizar actos políticos ante la población en general, Andrés Manuel López Obrador preguntó a las miles de personas que se congregaron en el Monumento de la Revolución que si eran militantes del PRD, PT y Movimiento Ciudadano.
Ante la pregunta del aspirante sólo se escuchó un sí rotundo que hizo eco en los alrededores del Monumento.
Y para que no quedara duda, el perredista llamó a la concurrencia a levantar la mano, a lo que los lopezobradoristas levantaron sus brazos sin soltar las banderas amarillas, naranjas y rojas que sostenían en sus manos.
“Que tome nota el notario público”, dijo en forma de broma.
Ya con esta prevención, y acompañado de su pequeño hijo Jesús Ernesto de 4 años de edad, quien estuvo a su lado en los primeros minutos de los 40 que duró el discurso, el aspirante presidencial de la izquierda mexicana inició su discurso.
En el templete principal se encontraban los dirigentes del PRD, PT y Movimiento Ciudadano (antes Convergencia), además de los aspirantes a la jefatura de Gobierno del DF, quienes se placearon y buscaron tomarse la foto con el precandidato presidencial.
En el último de los cinco días que duró la gira informativa de López Obrador, en primera fila estuvieron Dolores Padierna, secretaria general del PRD; Luis Walton, líder del Movimiento Ciudadano, y los aspirantes Alejandra Barrales, Mario Delgado, Martí Batres, Porfirio Muñoz Ledo (quien hasta bailó la canción de Morena con Barrales) y Gerardo Fernández Noroña.
Ante el entusiasmo de sus simpatizantes, el tabasqueño volvió a insistir en que se necesitaba un cambio verdadero para el “renacimiento de México” y se lanzó de nueva cuenta contra la corrupción y la desigualdad social, “pues no hay nada más que dañe al país que la deshonestidad de sus gobernantes, eso ha dado al traste con todo y es la causa social de la desigualdad social”.
Ante el grito de los lopezobradoristas, el precandidato de la izquierda señaló que si se atacara la desigualdad, sería mejor la distribución de la riqueza.
Al respecto, el aspirante ejemplificó: Si se repartiera el presupuesto anual del país, que es de 3.5 billones de pesos, a cada familia le tocaría 10,000 pesos al mes, “pero de cada 10 trabajadores, 7 ganan menos de 7,000 pesos al mes”.
“No permitir la cultura del agandalle y de su máxima de que el que no transa, no avanza. No, que haya honestidad en nuestro país para que pueda haber justicia”.
López Obrador aseguró que “vamos a insistir mil veces en el amor a las familias, al prójimo, a la naturaleza, vamos a crear una nueva corriente de pensamiento”.
En esta parte del discurso, no pararon de gritar y agitar sus banderines unas 10 mujeres que portaban una camisa naranja con un corazón que en medio decía TeAMLO, además de mantener en alto una manta que decía “somos las Guerreras de la República Amorosa”.
Ante la algarabía de sus huestes y para reforzar su imagen ante sus simpatizantes, el precandidato presidencial remató diciendo que en su vida siempre ha llevado tres normas: “no mentir, no traicionar y no robar”, recibiendo gritos y aplausos de sus seguidores.
ADN Político