El ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague, negó que el Reino Unido tenga previsto armar a los rebeldes sirios, como señaló en una entrevista el presidente de Siria, Bachar al Asad.
Durante un programa dominical de la cadena BBC, Hague calificó de “ilusión” esa acusación de Asad, al tiempo que afirmó que el Reino Unido “no puede quedarse al margen” mientras continúan las matanzas en Siria.
Se espera que Hague anuncie la próxima semana una asistencia financiera para la oposición siria, después de que hiciese eso mismo el jueves el Gobierno estadounidense durante una reunión del grupo Amigos de Siria en Roma.
EEUU y el Reino Unido afirman que esa asistencia no se destinará a comprar equipamiento militar, mientras Asad mantiene lo contrario.
En una entrevista hoy con el dominical “The Sunday Times”, el presidente sirio acusó al Reino Unido de “militarizar” la crisis siria y alertó a Occidente de que no arme a los rebeldes sirios.
El presidente sirio reiteró su oferta de diálogo a los rebeldes si dejan sus armas, aseguró que no se irá de su país y dirigió duras acusaciones al Gobierno de Londres, del que dijo que “no esperamos que un pirómano actúe de bombero”.
A este respecto, William Hague indicó que Londres seguirá apoyando a la oposición siria y que “no descarta nada” si la crisis en ese país continúa durante más meses o incluso años.
“Cuanto más dure todo esto, mayor será el riesgo de que se imponga el extremismo, mayor el riesgo de desestabilización de los países vecinos y mayor el problema humanitario. Así que no nos podemos quedar al margen y simplemente mirar”, apuntó el ministro.
El titular del Foreign Office apuntó además que “tendremos una mayor implicación si no hay avances diplomáticos o políticos” pues la situación en Siria es “demasiado peligrosa para la paz y la seguridad de toda la región como para que el mundo lo ignore”.
En más de dos años, el conflicto sirio ha causado la muerte de más de 70.000 personas, el desplazamiento interno de casi dos millones y la huida a los países vecinos de casi un millón, según la ONU, y la crisis se ha recrudecido en los últimos meses.
Agencias